Capitulo 15

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Pasaron los días y poco a poco evadía más la situación.

Dejé de ver las redes sociales porque sabía que podía ver algo que no me agradara. Me centré en la promoción de Sutil Universo y ultimé los detalles de todo para que nada fallara.

Todo se iba acomodando en su lugar, aunque a veces no podía evitar acordarme de ella. Habíamos vivido muchas cosas juntos, no todas fáciles, pero siempre unidos. Uno de los momentos en los que supe que esto sería para siempre fue en el final de RBD. La presión que sentimos porque todo acabara y los planes que otros tenían para nosotros nos metió en un bucle del que nos costó mucho tiempo salir.

Quedaba poco tiempo para el final de la gira del adiós, y Pedro nos reunió en su oficina para proponernos un nuevo proyecto en el que ambos seríamos protagonistas. No podía creer que una vez más estuvieran decidiendo por nosotros, y ellos creían que sería nuestra liberación. ¿Qué liberación era seguir órdenes de otros mientras nosotros solo queríamos vivir nuestra vida?.

No firmé ese contrato. Quería dedicarme a la música, sacar un disco en el que iba a poner mi alma, y de una vez poder disfrutar de mi relación con Dulce sin que nadie nos molestara. Para algunos fue un delito lo que hice, dejar plantado a Pedro en un proyecto ambicioso en el que según todos Dulce y yo hubiéramos triunfado. Todo era un mal sueño para mi, que se convirtió en pesadilla cuando Dulce aceptó fingir un noviazgo con uno de los actores de la novela. No podía aceptar eso, tuvimos días de no hablarnos, de estar distantes, pero al fin y al cabo yo no podía estar lejos de ella.

Apoyé cada una de sus decisiones, éramos uno y no dejaría que pasara por todo eso sola. Una noche hablamos de cómo sería todo una vez que acabara el grupo y prometimos aguantar pasara lo que pasara.

- Christopher tenemos que hablar. - Me dijo Dulce al entrar en la habitación del hotel.
- Dime, mi amor.
- Ven, siéntate. - Me senté a su lado en la cama y vi en sus ojos que algo no andaba bien.
- Me estas asustando, Dul.
- Yo estoy asustada. Mañana salen las primeras fotos con Pablo, y quería que lo supieras antes de verlas.
- Ya lo sé, pero no quería pensarlo. No quiero verlas.
- Van a salir en todos los medios, Chris. Esto acaba de empezar y ya siento que no puedo más. - Dulce comenzó a llorar y yo la abracé.
- No va a ser fácil, pero yo voy a estar contigo siempre, ¿ok? Me da igual lo que diga Pedro, o si Televisa quiere ir más lejos, no voy a permitir que se metan en lo nuestro.
- Te amo, mucho.
- Yo también. Y quiero proponerte una cosa, sé que es un poco loco, pero en el último concierto quiero hacer lo que sienta.
- ¿Cómo? No podemos meternos en problemas, yo tengo un contrato.
- En el contrato no pone que no puedas actuar sobre el escenario. Además, siempre podremos decir que era nuestra forma de despedirnos de la pareja.
- Quizá tengas razón, pero prométeme que pase lo que pase no te arrepentirás.
- Nunca me arrepentiría de hacer lo que siento. - Nos besamos para sellar esa promesa, que días después se cumpliría.

Madrid. 21 de diciembre de 2008.

Entramos abrazados en el camerino del lugar donde se celebraría el último concierto de RBD. No podíamos estar más emocionados por el momento que estábamos viviendo, Dulce no paraba de llorar y yo la consolaba antes de salir al escenario.

Y empezó el concierto. Cantamos las canciones que habían marcado nuestra experiencia en RBD y disfrutamos de cada momento del concierto.
Llegó nuestro momento, nuestra canción.

Comencé a cantar agarré una sábana pintada por los fans poniéndomela en el hombro. Dulce siguió mis pasos y se acercó donde yo estaba. Los fans esperaban que nos acercáramos como en cada show, pero esta vez sería distinto. Aparté la silla que ponía distancia entre nosotros y puse una de mis manos rodeando su cintura mientras con la otra agarraba su barbilla, y sin pensarlo la besé.

Fue un momento especial, único. Después de años escondiéndonos pudimos ser nosotros, aunque nuestra felicidad durara apenas una canción. Al salir del escenario Pedro nos gritó cosas que jamas pensé que escucharía de él, pero no me importaba. Ese día solo éramos Dulce y Christopher, dos personas que por un momento fueron una pareja detrás y delante de las cámaras, y solo por eso, ya había merecido la pena.

Habíamos pasado por muchas situaciones. Y nunca pensé que tantos años después siguiéramos escondiéndonos detrás de una mentira que se nos había ido de las manos y ahora más que nunca, se había hecho muy grande.

Me fuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora