Te me has vuelto inalcanzable

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Narra christopher:

Escuché su canción más de tres veces antes de escribirle aquel mensaje.

Era ella, su esencia, sus vivencias y todo su corazón puesto en tres minutos. Nunca había dejado de escribir lo que sentía y eso era lo que hacía su música tan especial. Dulce ponía su alma en cada canción y no se traicionaba a sí misma componiendo algo que no saliera de lo más profundo de ella.

Recuerdo cuando uno de los días que afortunadamente podíamos estar en Mexico, llegó a mi casa con una libreta llena de canciones que nunca había enseñado a nadie y me demostró que sus letras eran muy especiales. Ese día sentí que entre nosotros había algo más fuerte que una simple relación de dos personas que se gustan, ya éramos uno y me hacía muy feliz que fuera así.

- Chris, te quiero enseñar una letra que compuse hace unos meses. - Me dijo Dulce mientras abría su cuaderno.
- Quiero que la cantes, quiero escucharte.
- Está bien, pero aún no tiene música. La escribí una noche en uno de nuestros viajes de gira.
- Cántala, estoy seguro de que encontraremos la música perfecta para ella.

Dulce comenzó a cantar Quiero poder. Yo la miraba con un orgullo que no me cabía en el pecho y solo pensaba en lo afortunado que era de compartir mi vida con ella. Esa letra decía tantas cosas, me llevaba a los momentos en los que estuvimos más alejados de lo que me hubiera gustado, pero al mismo tiempo el coro me recordaba el instante en el que sentí que era ella la persona con la que quería estar.

Cuando Dulce terminó de cantar la canción se tapó la cara con el cuaderno donde la traía escrita y yo la abracé con intención de no soltarla nunca.

- ¿Te ha gustado?
- Creo que hace tiempo que no sentía tanto una canción.
- Quería que fueras el primero en escucharla porque de alguna manera el coro lo escribí pensando en ti.
- ¿En serio?
- ¿Te acuerdas de las semanas en las que estuvimos sin hablarnos? Memo y yo ya no estábamos bien, y te necesitaba, pero ya no como amigo.
- Yo también te necesitaba y me moría de ganas de decirte que quería estar contigo.
- ¿Sabes qué se me está ocurriendo? Esta canción no está completa, le falta una parte importante.
- ¿Qué parte?
- Faltas tú. Quiero que sea nuestra canción, que cantes conmigo.
- ¿Me lo estás diciendo de verdad?
- Claro que sí, quiero que seas parte de esto.
- Sabes una cosa, esto es muy importante para mi. Aparecer en tus canciones. Estoy muy orgulloso de ti.
- Nunca vas a dejar de estar en mis canciones, aunque pasen los años y nos hagamos viejitos.
- Y tú nunca vas a dejar de estar aquí. - Señalé mi corazón y nos fundimos en un beso que selló aquella promesa que hasta hoy se ha cumplido.

Yo sabía que en sus canciones había una parte de mi, y ella seguía estando en mi corazón como el primer día.
Seguía dándole vueltas a cómo Dulce podía participar de alguna manera en el concierto, pero cada vez se acercaba más la fecha y se me acababa el tiempo.
Guillermo había propuesto hacer un live cada martes hasta el día del show. Se me hacía una gran idea poder compartir con los fans este proceso y también contarles alguna anécdota del grupo, quería que ella estuviera presente en algún momento y pensé en hablar con Guillermo para proponérselo.

Llegó el día en el que hicimos el primer live. Guillermo nos avisó a Maite y a mi, y Christian se conectaría más tarde. Cuando comenzó el live estaba nervioso, no pensaba que se conectaría tanta gente e incluso sentía inseguridad por lo que pudiera pasar. Pero a los pocos minutos todo eso se esfumó, comenzamos a contar algunos secretos del show y cuando Christian entró al live también quisimos compartir algunas anécdotas del grupo.

Maite contó la vez que pensábamos que el avión en el que íbamos se iba a estrellar. Un pájaro se metió en el motor del avión y por un momento casi no lo contamos. Christian comentó que Dulce agarró un pánico terrible a los aviones desde ese momento y yo no pude disimular mis nervios al escuchar su nombre. ¿Qué me estaba pasando? Otra vez ella estaba metida en mi cabeza y con todo lo del show no conseguía dejar de pensar en ella. Cada vez que ensayaba alguna canción, sobre todo la más especial para nosotros, creo que no es necesario decir cuál. Cuando planeábamos rendirle homenaje a Poncho y Dulce de alguna manera.

Yo quería ir más allá, no me bastaba sólo un homenaje. Ella estaría en su casa, quizás viendo el concierto y solo imaginarme cantar todas esas canciones sin ella me dejaba un vacío en el corazón que era imposible llenar con nada. Cada vez que alguien mencionaba su nombre en alguna entrevista no podía evitar sonreír, era como un acto reflejo imposible de evitar. Quizás fuera porque durante años ella fue el motivo de mi sonrisa y mis ganas de levantarme cada mañana para verla sonreír.

Aún no me acostumbro a no escuchar su voz en las mañanas, a no ver su cara de dormida mientras intenta despertarme, a no sentir sus besos cuando le suplico que me deje dormir cinco minutos más. Es duro pensar que sea otra persona quien vaya a disfrutar de esos momentos el resto de su vida, alguien que no soy yo. Es difícil esperar algo que quizá no ocurra, aunque el corazón a veces es más fuerte y es capaz de tener paciencia aunque en ocasiones yo la haya perdido.

Me fuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora