Capítulo 139 : Tiempo pasa

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Pasaron 7 años, Elisabeth cumplió 15 años y todos festejaron ese día a más no poder y el apodo evolucionó.

Ya no era la princesita, ya era la princesa a la que Eren llamaba.

Todos estaban más que felices por la edad que había alcanzado ahora.

Platicaron, rieron, recordaron, los apodos seguían casi igual y su voz ya no era tan tierna, cosa que a Hanji no le gustó mucho pero lo que sí es que ya estaba crecida.

Todos terminaron cansados por terminar el festejo más tarde que la 1:00 de la mañana, sin embargo la chica despertó felíz.

Todos terminaron cansados por terminar el festejo más tarde que la 1:00 de la mañana, sin embargo la chica despertó felíz

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Bajó a la planta baja después de cambiarse y alistarse bien para comenzar a desayunar.

- Hola, ya estoy aquí -

Dijo bajando el último escalón y sacudiendo un poco su cabello.

- Que bueno Liz, siéntate ya voy a servir -
- De acuerdo 🎶 -  cantó las palabras

- Hola papi...buenos días -
- Hola -
- ¿Soy yo o me contestaste muy serio? -
- Es igual que siempre -
- Mmm ¿Qué hizo Hanji ayer? -
- Recordar -  apareció la ojimiel
- ¿De verdad fue tan mala la boda? -
- No claro que no, fue algo estupendo pero tomó demasiado -
- Pero no creo que seas tan rencoroso ¿O si papi? -
- No le hagas caso, es solo que recordó eso y lo pone de malas -
- ¿Así como en el castillo real? -
- Exacto -
- Bueno, bueno, ¿Quedaste con algo ayer con Iris? -
- Si, vamos a salir hoy, puede que en la tarde; por fin volveremos a salir juntas -

Eso llamó la atención de ambos y miraron a la chica algo extrañados.

- ¿Por qué dices eso? -  preguntó Levi

- Mmm, pues desde que su...novio tuvo un problema personal me la ha dejado solo para mi -
- Ya veo -
- Eso es bueno, me alegra que siguan juntas -
- A mi también -  sonrió felíz

Al poco tiempo sirvió la comida y tocaron la puerta.

- ¡Liz...ya llegué! -  gritó desde fuera

Elisabeth sonrió y se levantó, abrió la puerta y miró a su amiga la cual tenía su mirada algo perdida y seria.

Elisabeth sonrió y se levantó, abrió la puerta y miró a su amiga la cual tenía su mirada algo perdida y seria

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Al ver a Elisabeth, sonrió enormemente y la abrazó.

- Hola...-
- Hola -  correspondió el abrazo

- Pasa -
- Ok, gracias, veo que llego temprano -
- Si, apenas estamos desayunando -
- Si quieres siéntate -  añadió la ojimiel

- Si gracias, pero primero me lavo las manos ya que acariciar un perro por la calle no es muy bueno -

- Entonces ve, aquí te espero -

- Es bueno que te veas así de felíz -
- Pues qué quieres mamá? Es mi amiga -
- Y así se van a mantener -
- Claro, es un juramento entre ella y yo -

- Ya estoy de vuelta, perdón por las molestias -
- No tienes de qué disculparte -
- Si, tu no te preocupes, aquí puedes ser bienvenida -
- Gracias, ustedes son muy buenos -
- Siempre y cuando seas mi amiga y no me hagas daño o...traición -
- Ni lo menciones, eso jamás -
- La cuidas bien -
- Mucho, sin Elisabeth no soy nada -

Ambas rieron y asintieron, su amistad era muy bien reforzada por todo ese tiempo.

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