Capítulo 144: Salida de paseo

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Al día siguiente, Elisabeth despertó algo exaltada por un sueño que tuvo, sin embargo, no fue nada importante más tarde.

Desayunaron tranquilamente y poco rato después tocaron la puerta.

- ¿Tenías planes para hoy Lizi? -
- No mamá, pero, veamos -
- Yo abro -
- Bien...ya me iba a parar -  sonrió dulcemente

Al abrir la puerta, el rostro de Iris resaltó por su gran mirada y su sonrisa.

- Hola, buenos días -
- Tardes -   corrigió algo serio
- Aa, Buenas tardes, podría dejar salir a Elisabeth, tengo algunos planes para divertirnos un poco -

- ¿Irán a otro lugar? -
- Pues yo tenía pensado ir a las murallas a perder el tiempo o comprar algo -

Elisabeth sonrió.

Levi volteó a ver a ambas, las dos sonreían así que lo aceptó.

- Bien, puede ir...-   dijo sin mirar a Iris de nuevo  - No lleguen tan tarde -

- ¡Genial! -  contestaron ambas y Elisabeth salió

- Se cuidan niñas -
- Si mamá no se preocupen, llegaremos antes que la puesta de sol -
- Más les vale -

Las dos sonrieron y asintieron para irse después.

Más adelante se encontraron con Liam, el mejor amigo del novio de Iris, el que hacía de reemplazo de Derek.

- Lo invité -
- De acuerdo, nada mal; entonces...¿Dónde empezamos? -

- ¡Oh ya sé! Vamos a ver a la joyería, solo para ver -
- Bien -
- Si quieren les puedo comprar algo -
- No Liam, no tienes porqu...-
- ¡¡Claro que sí!! Si puedes claro -

Interrumpió

- Si les digo es porque tengo la posibilidad -  sonrió

Se dirigieron allá, y vieron lo que era un collar repleto de diamantes.

- Pensé que esto solo estaba en Sina -
- Igual yo -
- Quien lo diría -

- Mira este es el supuesto Zafiro, el color se tus ojos mientras no te de el sol -

- ¿A qué te refieres? -
- Si, es que cuando estás así normal tus ojos son Zafiros pero cuando te da la luz del Sol o incluso de la Luna se aclaran, como un turquesa increible -

- ¿A sí? -
- ¡Si! -
- Vaya...nunca lo noté -  sonrió

Al salir las dos terminaron con un anillo de plata que hacía lucir una piedra pintada refiriéndose a los diamantes y más piedras extrañas.

- Gracias Liam -
- Si, vaya que eres considerado -
- Tal vez -
- Eres muy serio -
- No he tenido un gran día -
- Mm se nota -
- Podemos ir a comprar....un pan, ya que tu yo ya tenemos lo que nos debíamos -

- Cierto ¿No quieres un pan...Liam?  -
- Mmm sí, suena bien -
- Entonces vamos, pero cambia esa cara, no quiero que Owen crea que te trato mal -

Liam sonrió y negó con la cabeza para después encaminarse hacia una panadería cercana donde el aroma abundaba a todas horas.

Llegaron en poco tiempo, Iris y Liam entraron solos, Elisabeth esperó fuera.

Tenía una sonrisa enorme como de costumbre, mientras esperaba miraba el cielo y jugaba con su collar tan especial, el cual siempre llevaba con ella como prometió.

Miraba el volar de dos patos que cruzaban hacia el exterior, para después bajar la mirada y mirar a ambos lados.

En un momento, cierto chico llamó su atención, estaba sentado en una silla y recargado en una mesa cerca de un local, estaba muy serio.

Sin embargo...lo que sostenía en su mano izquierda llamó más su atención, era una concha marina, un caracol que...le resultó familiar.

Acomodó su cabello y se acercó un poco, la mirada del chico estaba perdida y se veía triste.

Acomodó su cabello y se acercó un poco, la mirada del chico estaba perdida y se veía triste

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Se acercó más, algo insegura...tomó una de las sillas y habló.

- ¿De...Derek? -

De inmediato su vista se dirigió a la chica que lo llamaba.

Se quedó quieto por unos segundos y después, al ver aquél collar que colgaba del cuello de aquella chica se levantó sorprendido

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Se quedó quieto por unos segundos y después, al ver aquél collar que colgaba del cuello de aquella chica se levantó sorprendido.

- ¿E..Elisabeth? -

Ambos se miraron un momento más y sonrieron.

- ¿De verdad eres tu? Estás irreconocible -

Se acercó y lo abrazó.

Y lo que nunca pensó que sentiría de nuevo, lo sintió, se sintió nervioso y su corazón aceleró, correspondiendo el abrazo.

- Yo...Yo diría lo...lo mismo de..ti - 

Se separaron y de nueva cuenta, la sonrisa de Elisabeth atrapó su mirada.

- Noo ¿Derek? ¿Eres tú? -
- ¿Iris? -
- ¡Oh por Dios! ¡¡Derek!! ¡Volviste! -

Corrió a abrazarlo, siendo correspondida.

- ¿Le dirás ahora? -   le susurró al oído - Ahora no puedes fingir -  Derek sonrió  y asintió.

- Solo tendré que esperar -
- No tienes que hacerlo -  se separaron y sonrieron, fingiendo solo un abrazo.

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