Capítulo 117 : Esperanza hasta el cielo

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Pasaron minutos, para ambos los minutos se hacían horas, Kuchel seguía abrazando a Levi, aún se encontraba mal y preocupado.

- Supongo que su padre debe venir ¿No crees? -

- Si, Si es lo mejor -

Se reincorporó y se quedó sentado con una mano recargando su frente en ella.

- Calmate cariño....estarán bien -

Dió un beso en su cabeza y fue en busca del padre de Petra.

2 minutos más, nada aún, ya habían pasado 6 minutos, los seis minutos más largos.

- ¡Aniki! -  escuchó desde la entrada, Isabel se encontraba rota y con los ojos llorosos.

Levi se levantó y recibió a Isabel en un abrazo.

- ¿Cómo está? -  preguntó con una voz rota

- No han dicho nada aún, ¿Cómo te enteraste? -
- Eso ahora no importa -  volvió a llorar

Isabel se dejó caer en una de las sillas que ahí había y abrazó sus piernas, se sentía mal por su gran amiga.

Farlan no dijo nada al principio y abrazó al azabache con fuerza, sintiendo la desesperación, la tristeza y el miedo que su amigo sentía en ese momento.

- ¿Cómo estás? -
- No sabría decirte -

Dijeron al separarse

- No te preocupes, todo saldrá bien, ten esperanza - 

El azabache asintió y volvió a sentarse al lado de Isabel.

Por parte de Farlan, abrazó a la pelirroja y comenzó a sobar su espalda para calmarla, era una situación difícil.

Al poco tiempo, el padre de Petra llegó y el médico que atendía a la chica salió del cuarto.

El trío se puso de pie, impacientes y preocupados, todos quedaron frente al doctor.

- ¿Cómo está? -  preguntó el azabache abrazando a la pelirroja

- Pues...sólo les diré que se calmó un poco la fiebre, el parto está en proceso pero...dado a sus dificultades de antes.... -

- ¿Qué? - 

El experto miró al azabache y luego a todos los demás con una mirada preocupada.

- Pues que o sobrevive el bebé, o sobrevive la mujer -

Todos sintieron un nudo en la garganta y una presión en el pecho.

Levi se dejó caer en la silla.

- Aún así, haré lo imposible para que ambos estén bien -

Dicho eso, volvió a entrar al cuarto de doble puerta por cierto.

- No es posible...-  susurró con un gran nudo en la garganta

Kuchel se sentó al lado suyo y volvió a abrazarlo, no sabía que decirle.

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