Un año después de la boda Levi y Petra tienen una hija la cual se involucra en lo que una vez ellos experimentaron, el enamoramiento, sólo que para Elisabeth enamorarse por primera vez es algo compliacado.
Llegó poco después, toco la puerta y esperó, pronto fue recibida con gran entusiasmo y alegría.
- Mi Elisabeth, que bueno verte de nuevo por aquí - - Ya llevaba dos semanas sin verte - - ¿Querías venir? - - Claro, para mi dos semanas es mucho tiempo - - Ya veo, ¿Cómo están por allá? -
La hizo pasar y sentarse en la pequeña sala.
- ¿Quieres algo? - - No, nada gracias; pues estamos muy bien, el trabajo para ellos va en aumento y aunque a veces llegan estresados y cansados no hay duda de que les encanta hacerlo -
- Que bueno, yo a veces los veo pasar y aprovecho al menos para saludarlos -
La chica sonrió.
- ¿Y esa caja? - - Pues, es un regalo...para que ya no estés tan solo - - ¿A sí? - - Si, no te va a molestar mucho, digamos que es...práctico - - Entiendo pero ¿Qué es? -
Abrió la caja lentamente, vió que todo estaba en orden y decidió sacarlo.
Sacó una jaula que contenía un pajarito, muy colorido y todo, brincaba de un lado al otro en las paredes de aquella jaula.
- Es un canario - - Muy bonito por cierto, gracias - - Así cuando te sientas solo lo escucharas cantar y te acordarás de nosotros con más frecuencia -
- Y en especial de ti - - Claro - - Pues te lo agradezco demasiado, la verdad es que si me sentía algo solo -
Elisabeth sonrió aún más, sentía una gran satisfacción verlo feliz con su regalo.
- Bueno, no me gustaría irme pero, en el recorrido se me hará tarde y no quiero preocupar a mis padres -
- Está bien, con lo que me acabas de dar, sentiré como si no te hubieras ido jamás -
- De acuerdo, vendré cuando pueda - - Claro, aquí te espero -
Salió de la casa con un gran sentimiento de felicidad, le encantaba verlos.
Se acercó a la puerta de la muralla de Trost y decidió en irse.
- ¡Elisabeth! - La llamaron
Ella volteó y se encontró con sus dos amigos.
- Hola, ¿Qué hacen aquí? - - Iris quiso venir a comprar algo y pues la acompañé - - Si, vimos el escándalo con Kendra ¿Estás bien? - - Oh vaya, pues sí, si estoy bien, no se preocupen - - Te seguimos y bueno ya que vas de salida, te acompañamos de regreso - - Me parece bien, ¿tomamos el barco? - - Si, buena idea - - Yo traigo dinero de sobra - - Pues perfecto vamos -
El tiempo transcurrido fue más rápido a pesar de la velocidad del barco.
- Supongo que llegaremos temprano, no creo que tengamos problemas con tus padres -
- Tal vez no lleguen tan temprano, mañana tendrán una expedición larga... -
- ¡Estaremos los tres! - - Si, eso es bueno - - Pues será super -
El barco avanzaba, una una mirada los seguía detenidamente, una mirada desconocida para ellos.
- Pero mira cuanto a crecido - dijo para sí misma
- Apuesto a que esa sonrisa le alegró el corazón a los dos - sonrió dulcemente
- Mañana haré una pequeña visita... -
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