¿Qué es el Amor?

Capítulo 155 : ¿Sentimientos reales?

La tarde llegaba, ambas chicas estaban en el piso de arriba.

Elisabeth salió lista y se dirigió a la habitación de sus padres, donde Asia sólo estaba Petra.

- Ya me voy mamá -  entró  - ¿Irás a la Legión? -  preguntó al ver el saco en su espalda

- Si, hoy harán varios papeleos y cuando eso pasa tu padre se estresa demasiado -

- Ah ya veo -
- ¿Tu ya te vas? -
- Si, vine a decirte, Isabel me verá en la puerta de Shiganshina -
- Bien, ve con cuidado -
- Tu también -

Se dieron un abrazo y Elisabeth se marchó.

Por el camino no encontró a nadie, así que fue más sencillo.

Llegó a la puerta 10 minutos después y justo ahí estaba Isabel.

- Hola hermosura -
- Hola tía -
- No sé si soy yo...pero cada vez te veo más linda -

Elisabeth rió.

- La combinación que te dieron es perfecta, ven vamos ya -
- Si, vamos -  sonrió

Mientras caminaban el silencio acompañaba a las chicas hasta que a Isabel se le vino a la cabeza...

- ¿Qué nombre crees que le pongan al nuevo bebé? -
- Amm, no sé, eso lo decidirán ellos -
- Será adorable ¿no crees? -
- Si, bastante -
- Si saca los ojos verdes o plateados será perfecto -
- Te imaginas que saque uno de un color y otro de otro? -
- Sería genial, ya no estarías tan sola -
- Pero no estoy sola -
- Es un decir hermosa -
- A ya... -

Llegaron poco después, tocaron la puerta y la bella mujer abrió la puerta.

- ¡Elisabeth, Isabel! Que linda sorpresa, pasen -

Ambas chicas pasaron con una sonrisa y ya al estar dentro Elisabeth la abrazó con un notable cariño.

- Te extrañé mucho -
- Pero, solo pasaron tres semanas -
- Si, lo sé pero para mi es mucho tiempo, si venía cada semana -
- Bueno, no te preocupes, tu sabes que puedes venir cuando quieras -
- Lo sé -
- Igual ustedes -  se dirigió a Isabel
- Ah si, es que el trabajo en la Legión se ha vuelto algo pesado por las últimas dos expediciones -

- A mi me dan ganas de ir -
- No creo que sea recomendable linda, puede ser riesgoso -
- Si hermosura, aveces ocurren accidentes aunque estemos sin titanes -

- No me importa, yo quisiera ir, mi padre dijo que lo hablaría con Erwin -
- Es que por ti, cualquiera haría cualquier cosa para verte felíz -
- Eso es cierto, tu y tu madre lograron ablandar el corazón de Levi -
- Si, eso está claro, esta hermosura y la bella mujer que tiene a su lado lo han vuelto menos irritable -

Las tres sonrieron.

Kuchel se levantó de repente y se adentró en la cocina y les llevó un vaso de agua.

Las chicas lo recibieron con una sonrisa y en ese momento la azabache miró la mirada de Elisabeth, lo dedujo de inmediato.

Volvió a su lugar y sonrió.

- Cariño...estás enamorada ¿Verdad? -

Elisabeth casi se ahoga.

- ¿Qué? No ¿Por qué piensas eso? -
- Tus ojos no saben mentir, esa mirada yo la vi tanto en tu padre como en tu madre, la conozco bien -

- Eli, estás enmorada? -
- No tía, claro que no -
- Claro que si -  corrigió Kuchel
- ¿Quién es? -
- Abuela, ni siquiera lo sé -
- Mmm, seguro -
- En serio -
- ¿Es tu amigo de la infancia verdad? -

Elisabeth quedó en shock, su corazón latía con rapidez.

- Mmm, acerté -
- ¿Es cierto? -  preguntó Isabel

La chica solo se limitó a sonrojarse al recordar su cercanía ocurrida hace unos días.

- Su...Supongo -
- Alguien más lo sabe -
- No, absolutamente nadie -
- Si Levi se entera, seguro querrá matarlo -  rió la pelirroja

Elisabeth sonrió sin dejar su sonrojo pasar.

- Es normal, te sientes extraña, lo sé, lo viví una vez -
- Tu mamá lo podría decir mejor hermosura -
- Si...tal...tal vez -
- Bueno, lo he visto pasar por aquí así que lo conozco un poco -
- Es agradable -
- ¿Y es guapo? -
- Tiene su buen ver -  dijo Kuchel
- ¡Abuela! -  se sonrojó
- ¿Qué? Es la verdad cariño -
- Mejor no lo digas -
- ¿Pero lo es? -  Isabel recayó en su pregunta

- Amm, pues si, un poco -
- Entonces si! -
- Si, algo -
- Que lindo, mi linda niña está enamorada -
- Ya tía -
- Bueno bueno, tienes que decirle a tu mamá, ella le dirá a tu padre y sabrá como calmarlo -

- Bueno, es cierto, lo haré -

Después de hablar de ese tema y ser descubierta, su sentimiento brotó de mejor manera y con más fuerza, llegando incluso a tener miedo.