Capítulo 118: Enfrentamiento real

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Todos tomaron asiento en las sillas que ahí había cerca de aquél cuarto, donde todo se decidiría.

En la cabeza de Levi no podía caber la idea de que solo sobrevivirá o la mujer que ama o su hijo....no podía pasar eso, porque ese no era el plan.

Sus pensamientos estaban saturados, su ser estaba frustrado y con miedo...deseaba desde lo más profundo de su alma que ambos salgan con vida.

Todo empezó a salir mal....por culpa de Irving y por culpa del insecto.

Al poco tiempo llegó Hanji y Erwin, la noticia llegó a sus oídos...

De inmediato, aquella mujer castaña abrazó a su compañero sin pleno aviso o consentimiento, él no la rechazó.

- Calmate...seguro saldrán bien -

Hubo un silencio entre todos y luego Levi susurró en una voz rota y desconsolada.

- ¿Por qué?.... ¿Por qué? -
- Tranquilo...-

Se separaron y éste limpió aquella lágrima que se iba derramando, Hanji se sorprendió un poco pero ahora no era el momento.

- No te preocupes amigo mío, ten fe...todo saldrá bien -

Dijo Erwin mientras lo abrazaba y el azabache solo asentía.

Al momento de separarse miró de reojo la puerta principal para después volver a mirarla con más atención...alguien no deseado había entrado.

Levi se dirigió hasta allá y tomó a aquella persona por las solapas, saliendo junto con él....Irving se sorprendió mientras su mirada se llenaba de terror.

- ¿Qué carajo haces aquí? -
- Solo...quise venir a verla -
- ¿Cómo te enteraste? -
- Alguien se lo dijo al comandante y escuché -

- Eres un maldito cínico, por ti fue que comenzó esto!! -

Sin más que decir, el rostro del chico recibió un gran golpe que lo hizo voltear el cuello con violencia y después seguir así hasta que quiso, no sin antes ser detenido por Farlan y Erwin.

- ¡¡Está bien, Está bien, paren los dos!! -

Levi lo miró con odio.

- Lo siento -  susurró el chico, que para Levi fue la gota que derramó el vaso para deshacerse de sus amigos y dirigirle una patada al pecho y estómago al mismo tiempo, haciéndolo caer al río cercano.

- ¡Aniki! -   gritó Isabel para detener a su gran amigo

El azabache entró de nuevo al hospital y se olvidó de todo.

Isabel entró después y se sentó al lado de él.

- ¿Estás bien? -
- Si no te preocupes -
- Calma, no creo que vuelva, pero...deberías mojar tus manos...realmente lo dejaste mal y tus manos..están manchadas -

- No puedo irme de aquí -
- Si puedes, será rápido -

Ambos se levantaron y se dirigieron a un lavabo apartado del cuarto.

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