Lanzo mi valija sobre la cama, haciéndola rebotar apenas, debido al peso vacío que carga dentro. Un mechón de pelo cae por mi frente y no tardo en acomodarlo detrás de mi oreja al tiempo que giro sobre mis talones para enfocarme en el ropero. Me llevo una mano a la barbilla, cuestionándome qué tanto debería empacar. La sensación es extraña, este es mi primer impulso en años y el mal sabor que me ha dejado el haber terminado recién una llamada con Cian, luego de haber pasado poco más de un mes sin tener contacto con ella, aún se asoma por mis labios.
Estoy preocupada.
Ella está bien, dentro de lo que alguien como ella, yo, o alguno de todos nosotros puede estar. Se la escucha bien también, es cierto, pero todavía no está lista. Camuflada en aquellas palabras tranquilizantes, pude oír su culpa. ¿Ella también la siente?
Suspiro.
Ella ha vuelto a Inglaterra con su familia horas más tarde luego del entierro en Los Ángeles. Ella también necesitaba y continúa necesitando sus tiempos. Ha sido difícil para todos, y si bien, no hemos perdido contacto, ambas nos hemos dado el espacio. La extraño muchísimo, pero las cosas siguen sin estar bien en mi cabeza, y ni siquiera puedo imaginar cómo debe ser para ella.
Aún no se asoma dentro de sus planes el venir a Nueva York, me ha comentado que quiere hacerlo, Cian quiere continuar con la vida que había planeado para ella antes de todo el desastre. Cian sabe perfectamente que sus primeros planes, siguen en pie. Pero lo que la está reteniendo ahora mismo es el miedo, y es completamente lógico. Por otro lado, sé también que ella, antes de asistir a la escuela de baile aquí, quiere ver a Brent y a Bonnie, pero el solo pensarlo la abruma.
Puedo imaginarlo, la cantidad de recuerdos que podrían ir a su mente de solo pisar la casa, si ni siquiera yo me permito tener contacto con algo relacionado a mi hermano, para ella debe ser peor.
Sin embargo, mi situación actual es un desastre. Yugyeom ha desaparecido desde el sábado y desde entonces ha estado lloviendo y cada vez que despierto observo la ventana, desando no ver todos esos edificios. Durante el domingo he tenido tiempo de pensar. Lo que ha ocurrido entre él y yo es algo que se ha salido de las manos. Aún recuerdo aquellas palabras: "Tú y yo no somos amigos. No te conozco." Me atraviesan la garganta como una cuchilla, provocando mis más profundas ganas de hundirme en un llanto incontrolable, obligándome a cuestionarme por qué, justo yo, de todas las personas, tuve que fallarle tanto.
Y ahora estoy huyendo como una cobarde, porque de repente he entendido que no le he estado haciendo ningún bien, incluso sin hablarle, mi simple presencia debe perturbarlo. Aunque por otro lado me carcome este maldito sentimiento de tener que irme de nuevo. El armar las valijas se ha vuelto mi actividad menos favorita desde que un día, de repente, ese simple acto ha tomado forma de un nuevo significado para mí.
Pero esta vez lo necesito.
Durante meses me he cuestionado si, al llegar el día, me merecía hacer algo como esto. Y luego de toda esta situación, mi conclusión es que no debo hacer esto por mí. Debo hacerlo por Mark. Yo nunca quise dejarlo, y si bien ir a llorarle a su tumba no cambiará lo que hice, necesito y quiero ir a visitarlo.
Este miércoles se cumple un año del entierro.
Y si hay algún lugar al que necesito huir ahora mismo, es hacia él.
Quiero abrazarlo y llorar en sus brazos. Me gustaría oír de sus labios que todo saldrá bien. Quisiera oír su voz, quisiera una respuesta en un momento como este. Quisiera estar en casa.
Mis mortales limitaciones me privan de cualquier cosa terrenal que pretendo, así que me parece correcto dejar a Yugyeom en su espacio al menos por un par de días, hasta que yo decida, al volver, hacia dónde ir. Mientras tanto, quiero cerrar los ojos y sentir cómo el viento choca contra mi rostro, provocándome cierta sensación de familiaridad, cuando su tumba yazca frente a mí, y me haga sentir que estoy, al menos, un poquito cerca de mi hermano.
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Las reglas de un corazón roto. #4
RomanceA un año del mayor acontecimiento de su vida, Paige todavía intenta librarse de los traumas y la culpa que la abrazan luego de perderlo todo. Buscando la forma en la que podría aceptar darse una oportunidad para retomar su vida normal, Devan Bélange...