"No habrá paz, si primero no somos revolución."
Especial Park Jinyoung ½.
Tengo un nudo en la garganta, mis sentimientos han hablado y ya no hay forma de revertir el tiempo. Paige acaba de escucharme decir abiertamente algo que, quizá, he estado guardando por más tiempo que el que me gustaría admitir. O tal vez no. Pero es real.
Esos ojos verdes que he anhelado por tanto tiempo volver a ver, y que he tenido el deleite de cruzármelos cada mañana desde que todos vivimos bajo el mismo techo, ahora están inexpresivos, ahogados por las luces a nuestro alrededor, aturdidos no por el bullicio, sino por mis propias palabras. Sé que en su cabeza está intentando descifrar si lo que cree haber escuchado es lo que realmente dije, y quiero sonreír ante esa delicada expresión de sorpresa que tiene, asustada tanto por el presente como el futuro al igual que yo. Y sé que está buscando qué responder, pero creo que ya he dicho demasiado como para seguir hablando, yo también estoy inmóvil, sumiso ante el Jinyoung que ha ganado esta batalla porque ya no lo soportaba más. Pero lo cierto es que no quiero una respuesta de su parte, no es lo que pretendía diciéndole lo que le dije. No me interesa que conteste, no quiero nada.
Solo quería que lo sepa.
Porque hemos llegado juntos a este momento. Estamos en el punto límite en el que todo se fraccionará y comenzará a derrumbarse. Y merecía cerrar toda esta parte con un final que valiera la pena.
Paige finalmente abre la boca, a punto de balbucear algo que, incluso yo sé, que no sabe cómo comenzar, y no quiero someterla a esa presión, así que estoy a punto de decirle que no necesita responder, porque yo no busco una respuesta y mucho menos un cambio.
Pero ambos somos interrumpidos por la conexión del auricular, donde Jaebeom articula con seguridad:
—Kim Yugyeom.
La burbuja en la que mi compañera y yo estábamos metidos hasta recién, aislados en un universo paralelo en el que parecía no existir nada más que nosotros, se rompe, devolviéndonos a la realidad por la que estamos hoy aquí. Nuestros ojos siguen mirándose, pero ya no hablan de sentimientos, sino de miedo.
—Kim Yugyeom —repite—. Subsuelo.
El plan está a punto de comenzar.
Así que me pongo de pie, sujeto a seguir la información que mi amigo me brinda y dirigirme hacia allí cuanto antes. Paige me imita, con el pánico trazándole líneas en la cara, quiere llamar mi atención; yo asiento, haciéndole saber que ella puede hacer esto.
—Jinyoung... —musita, y arruga mi saco entre sus dedos al querer detenerme.
Por un segundo, caigo una vez más en el trance de sus pupilas.
—Tú sabes qué hacer —pronuncio, con todas las intenciones de depositar en ella toda la confianza que alguna vez me rogó que le diera.
—Por favor, no confíes... —susurra, y asiento antes de continuar mi camino.
Entiendo a lo que se refiere. Viniendo la información de parte de Jaebeom, no es algo a lo que me puedo arriesgar y tirarme de cabeza, pero las posibilidades son cincuenta y cincuenta, y nos hemos preparado para esto. Matthew me está siguiendo, y Paige también estará preparada para lo que sea.
No tengo tiempo para esperar el elevador, y las escaleras se presentan en mi camino antes, así que correteo en los peldaños, sumergido en la incertidumbre de lo que me encontraré al bajar. Si Yugyeom está aquí, ¿cómo tiene las agallas? Tiene que ser en serio valiente, si nadie sabe que él es Devan Bélanger, entones debe estar sin guardaespaldas. ¿Ha decidido enfrentarse a este lugar solo? Ese niño ha perdido el miedo a todo. ¿Cómo es posible?
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Las reglas de un corazón roto. #4
RomanceA un año del mayor acontecimiento de su vida, Paige todavía intenta librarse de los traumas y la culpa que la abrazan luego de perderlo todo. Buscando la forma en la que podría aceptar darse una oportunidad para retomar su vida normal, Devan Bélange...