32• Antes del caos.

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Observo la silueta de Jinyoung alejarse a paso decidido, parpadeando rápidamente para disipar las lágrimas que están en mis ojos.

—Me rindo, lo siento.

Niego con la cabeza, invadida por un dolor insoportable en el pecho al recordar aquellas palabras y la forma en la que su mirada tenía de hacerme frente.

Jinyoung, de alguna forma ha sido la persona más transparente que he conocido en mi vida, temeroso y temerario a la hora de decir lo que piensa, e, incluso, con sus sentimientos si es muy necesario. Pero a la hora de mostrar dolor es la persona más cerrada, y desde que lo volví a ver, presencié día a día cómo se rompía a pedazos. Él mismo me ha sumergido en un huracán del que no tengo cómo salir, porque exterioriza que quiere estar solo, siempre, sin embargo, necesita a alguien que lo escuche, que lo ayude, o que le dé un abrazo cuando está cayéndose a pedazos.

Pero hoy... recién... fue diferente.

Le tembló la voz, pero del miedo, no de avanzar, sino, de haber avanzado demasiado.

Se mostró herido, roto. Mostró la punta de un iceberg que, por el contrario a chocarse con algún barco, está a punto de hundirse.

Por primera vez sus peticiones, exigencias de estar solo me parecieron sinceras, clavando mis pies al suelo sin permitirme mover.

Ahora, camino lentamente hasta el punto donde el pequeño collar cayó de entre sus dedos. Lo tomo ahora, observándolo como si fuese de los tesoros más preciados que podría cargar entre mis manos. Las lágrimas vuelven a amenazarme.

¿Por qué me siento perdida?

¿Por qué el haberlo dejado ir así me hace sentir, por primera vez, un dolor tan profundo que no puedo controlar?

Se siente como cuando perdí a Mark.

Las gotas se deslizan por mis mejillas sin poder controlarlo. Acaricio los nombres grabados y por primera vez no me produce nada. Desearía que las letras aquí escriban: Mark. Jinyoung. Matt.

Ellos son los que verdaderamente hubiesen necesitado alguien que se preocupe por ellos, por tener una vida normal.

Yugyeom...

Cian...

Yo...

Es evidente que no.

Aún no puedo creer que ellos dos estén juntos en esto. No creí que fuese posible, pero ver a Cian allí parada quebró algo dentro de mí.

Toda esta historia estuvo mal direccionada desde el principio, no somos nosotros los que tenemos que ser ayudado. Mientras nosotros ya estamos perdidos, ellos todavía están ahí.

Tienen esperanza, tienen una vida, pueden avanzar.

Tenían una vida antes, eran otras personas antes, y lo pueden volver a ser.

Jinyoung, ¿quién eras antes de que te rompan el corazón?

Me llevo la mano al cuello para buscar el dije que le hace par al que tengo en mi mano. Mi respiración se corta al no encontrarlo.

Dios mío, ¿dónde está?

Y entonces, recuerdo que Jinyoung me dijo que no debía traerlo y me lo sacó.

¿Dónde lo puso?

Hago memoria, recorriendo cada rincón de mis recuerdos desde que inició la noche. Matt llegó, comenzó a explicarnos una nueva teoría; bajamos las escaleras, Jinyoung me ofreció ayuda; llegamos al primer piso, Matt continuaba hablando y él se dirigió a la mesa para preparar el equipo que usaríamos.

Las reglas de un corazón roto. #4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora