Las emociones que nos consumieron en la noche de ayer, empezando desde que salimos del departamento buscando los motivos de por qué Oliver o Jaebeom podrían no ser los traidores, hasta llegar al casino y luego vivir todo lo que hemos vivido allí dentro como grupo y personalmente, se siente tal lejano que podría jurar que pasó una semana. Y creí haber visto la decepción en los ojos de Jinyoung horas más tarde, cuando dijo que se rendía. Por primera vez lo había visto desanimado a tal punto que estaba dispuesto a abandonarlo todo en ese mismo momento, y así fue. Pero ahora, en su mirada hay más que solo decepción, siendo cosas que no sé ni cómo describir.
Como si quisiera recomponerse a sí mismo, el chico pasea la lengua por sus labios y asiente, luego muerde su labio a tal punto que podría arrancárselo; su mandíbula se tensa, seguido por su cuerpo, el cual comienza a temblar cual hoja seca en medio del invierno. Atino a dar un único paso hacia él, pero retrocede.
¿Cómo puedo ayudarlo con todo esto?
Tiembla del dolor, de la angustia y de una situación que parece un caso perdido. Aunque esté mal, preferiría que lo esté haciendo de la bronca, pero no es así.
—Ya no podemos seguir con esto —balbuceo tan pequeñamente, que solo Jaebeom, quien está más cerca, se percata de que he hecho un comentario—. Ya no podemos seguir con esto —reitero hacia el resto del grupo, captando la atención a excepción de Park.
Nadie dice nada, me observan como si acabara decir la cosa más estúpidamente lógica.
—Estoy hablando en serio —sentencio—. ¿No podemos simplemente... parar?
—¿Dejarías a Yugyeom, Paige? —pregunta Matthew— Luego de todo lo que has batallado con tus propios sentimientos y lo que has soportado, lo lejos que hemos llegado, ¿te detendrías ahora?
¿Dejarías a Yugyeom, Paige?
Algo duele en el centro de mi pecho, porque hay una parte de mí que, con toda la paz y paciencia del mundo me dice que sí. Que ningún precio es el suficientemente alto como para entregarlo todo por Yugyeom, ¿qué más hay que perder? ¿qué más hay que arriesgar? Podemos resistir físicamente, y cualquier cosa que nos lastime sanará con el tiempo, pero no ocurre lo mismo en lo mental. Mi Paige interior respira, niega con la cabeza y con una dulce determinación me explica que Yugyeom es un caso perdido.
Y por otro lado, la otra parte de mí me grita con furia que no he agotado todas mis opciones todavía, que no puedo dejarlo y que, ya le he fallado y abandonado antes, ¿por qué tengo que seguir siendo tan mala con él? Si yo quería salvarlo, sí sé lo que es estar hundida, sintiendo que no tienes a nadie y que nada te corresponde, ¿por qué abandonarlo? Si yo sé que allí dentro existe un Yugyeom que alguna vez fue mi amigo, la antítesis de lo que muestra hoy.
Pienso que eso es lo que más nos mueve a todos.
Aquí, todos sabemos lo que se siente. Y somos la familia que hemos elegido, porque nos hemos comportado como tal, siendo que nuestra propia sangre nos ha dejado sin importarle.
Yugyeom es mi familia, la única persona que queda de mi infancia, con quien comparto recuerdos de toda la vida. Alguien a quien Mark también adoraba. Él también está solo, todos le han fallado, no puedo soltarlo yo también.
—Nosotros tampoco —responde Pattien al ver que los segundos pasan y la respuesta no sale de mis labios.
—No podemos desistir todavía —acota Jaebeom—, porque todavía existe una pieza perdida en el rompecabezas. Sé que esto nos está matando lentamente, y lo más triste es que cada uno es consciente de que esto está causando nuestra propia destrucción, pero nadie se atreve a apartarse todavía. Pero es que todavía hay una pregunta que no tiene respuesta: ¿Dónde está Bambam?
![](https://img.wattpad.com/cover/223627015-288-k544899.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Las reglas de un corazón roto. #4
RomanceA un año del mayor acontecimiento de su vida, Paige todavía intenta librarse de los traumas y la culpa que la abrazan luego de perderlo todo. Buscando la forma en la que podría aceptar darse una oportunidad para retomar su vida normal, Devan Bélange...