18• Y también me salvarás a mí.

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Con el corazón en la garganta, ansío ponerme de pie y bajar esas malditas escaleras pero mi cuerpo no responde. La cadena se desliza entre mis dedos sin que pueda quitarle los ojos de encima a las siglas.

¿Y. P. C?

Leo una vez más la nota escrita a mano: "Por Yugyeom, por Paige, por Cian."

Y. P. C.

Repaso una y otra vez la tipografía, reconociendo que podría ser la letra de Mark; logrando recobrar la compostura busco en la caja con sus pertenencias la pequeña nota que él había escrito.

"Paige:

A pesar de haberme convencido cada día de que estabas bien, incluso cuando no sabía dónde estabas, yo te continuaba buscando."

Es definitivamente la letra de mi hermano, sin embargo, la frase "Por Mark Tuan" no está escrita por él, y las letras abajo son distintas las unas de las otras.

M.P. P.J. M.T.

¿Park Jinyoung?

¿Mark Tuan?

¿Por qué ellos dos escribirían algo como esto?

¿M.P.?

¿Quién es M.P.?

Busco en mi memoria el grupo de muchachos que conformaba a Devan Bélanger. Haciendo un rápido repaso, encuentro que la única otra persona cuyo nombre comenzaba con M era Matthew. Pero, ¿cómo era su apellido?

"Por el poco tiempo en el que he aprendido que la familia puede destruirse tan rápido como puede construirse."

Sin intenciones de hacer más especulaciones, me pongo de pie para ir en busca de una explicación. Afuera el silencio es latente y las luces están apagadas, siendo guiada nada más por la iluminación que viene del piso de abajo, camino sigilosamente temiendo que alguien esté durmiendo, mi primera parada es caminar hasta el pasillo que antes no había podido ver a dónde dirige, y descubro que contiene también dos puertas, pero no hay nadie aquí. Al voltear, descubro la parte inferior de la escalera, llamándome la atención la pequeña pero preciosa biblioteca que hay. Me acerco llena de curiosidad, y sonrío de encontrar títulos que en algún momento me han llamado la atención pero nunca tuve el tiempo, ni los libros para leer. Junto mis labios con satisfacción, prometiéndome a mí misma de que luego vendré a echar un mejor vistazo, mientras tanto, tengo cosas que hacer. Me asomo desde la cocina hacia la sala y ahogo un grito al ver a Oliver sentado sobre la barra, tomando un té.

—Hey, ¿qué pasa? —estira él, sintiéndose dolido— ¿Decidimos ser amigos como corresponde y de repente soy un monstruo?

—No seas idiota. —Pongo los ojos en blanco.— No esperaba encontrarte ahí, tan silencioso.

—Ah, bueno, perdón. Hace frío y quería beber algo que me relaje antes de ubicar todas mis cosas en el armario. —Señala con la cabeza las dos valijas.

—Oh... ¿Cómo es tu habitación?

—Es bonita.

Entonces recuerdo que Jinyoung dijo que tenía algo que hablar con él.

—¿Qué te dijo Jinyoung? —cuestiono sin rodeos.

Oliver sonríe, como si estuviese esperando de antemano mi pregunta.

—¿En realidad? Quería hacer tiempo.

Mi cara se arruga en desentendimiento.

—No se suponía que a donde me llevó sería mi habitación. Me dijo que había que tú debías encontrar allí y quería que lo hicieras en tranquilidad, mientras tanto me explicó que la recámara a la que Jaebeom te acompañó, también es la mía. ¿Sabes? —comenta pícaramente— Creo que piensa que estamos juntos.

Las reglas de un corazón roto. #4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora