—¡Matt! —grito con todas mis fuerzas al teléfono.
Sé que la comunicación no se ha cortado porque el bullicio del otro lado es constante, incluso son distinguibles las llamas ardiendo.
—¡Matthew! —insisto.
La desesperación me consume, el nudo en mi pecho se hace cada vez más grande.
¿Qué mierda hago?
—¿Qué está pasando? —me habla Youngjae, intentando mantener una actitud centrada, a pesar de estar siendo contagiado por la mía.
Le clavo los ojos fijamente sin despegar el aparato de mi oreja. Quiero que las lágrimas dejen de hacerse presente continuamente, pero carajo que ya no puedo controlar nada de mí.
—Secuestraron a Jinyoung —articulo—. Matt lo estaba siguiendo. —No parpadeo, las palabras salen de mi boca como si fuese un jodido robot.— Chocaron, o algo. Una explosión. Matt no contesta.
Youngjae se mantiene boquiabierto por un pequeño segundo, hace un espacio en su cabeza para pensar las cosas fríamente, logrando su objetivo para decir:
—¿Y Matthew cómo sabe que Jinyoung fue secuestrado?
—Lo escuchó por el auricular, parece que activaron su micrófono —le explico.
El chico levanta un poco más su barbilla, analizando la situación, luego voltea en dirección hacia donde nos estábamos dirigiendo, como si algo no le cuadrara.
—¿Y cómo es que lo estaba siguiendo? —inquiere al mirarme otra vez.
Mis hombros se dispersan, culpables. Maldita sea.
—Matt tenía un rastreador para saber en dónde se encontraba Jinyoung en todo momento —confieso—, era parte del plan.
—Entiendo —dice sin nada más que agregar.
Acto seguido, vuelve a colocarse el receptor al oído para poder escuchar, y yo elevo mis cejas en admiración, ¿cómo no se me ocurrió?
Lo imito, descubriendo más ruidos de los que se pueden percibir al teléfono.
Me sobresalto cuando, de la nada, se oyen disparos en aquella escena del crimen.
Maldita sea, Matthew, ¿podrías decirme algo?
Otro disparo.
Y otro más.
¡Mierda!
La angustia se está hundiendo en mí, las preguntas sin respuestas me exasperan y no entiendo cómo Youngjae puede estar tan concentrado, sumido en él mismo, escuchando atentamente todo lo que está ocurriendo.
Entonces, el alma me vuelve al cuerpo cuando al teléfono, Matt vuelve a hablar.
—Mierda —pronuncia entre dientes.
¿Qué está pasando?
—¡Matt! —insisto.
—Paige —me llama, agitado.
—¿Qué? ¿Qué? —suelto.
—Tengo un plan —anuncia, esforzándose por recuperar constancia en el oxígeno.
Observo por una fracción de segundo a Youngjae, que, sigue atento a lo que pase en el auricular.
—Dime —contesto.
—Haré que nos guíen hasta donde estaban llevando a Jinyoung. —¿Qué?— Déjame ver... Estamos en la Avenida Central Park y Mile Square, ¿en cuánto crees que podrías llegar aquí?
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Las reglas de un corazón roto. #4
RomanceA un año del mayor acontecimiento de su vida, Paige todavía intenta librarse de los traumas y la culpa que la abrazan luego de perderlo todo. Buscando la forma en la que podría aceptar darse una oportunidad para retomar su vida normal, Devan Bélange...