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El jefe de policía fue el último en llegar a la escena. El Ford Explorer dobló la esquina sobre dos ruedas, y tras hacer un brusco viraje para evitar golpear a la Pequeña Lorna, frenó con un derrapaje.

Lloyd dejó el cuatro por cuatro en mitad de la calle. Con un gruñido sacó su humanidad de debajo del volante, salió del coche y se quedó en el sitio con las manos en las caderas, examinando a la multitud. Intentaba parecer importante. Arrugando el entrecejo para que cualquiera que pudiera observarle supiera que consideraba que la situación era de extrema gravedad, se subió los pantalones tirando del cinturón, irguió los hombros y entró en el jardín delantero de ____ dándose importancia.

—¿Qué está ocurriendo aquí? —gritó.

—¿A usted qué le parece que está ocurriendo? —le preguntó Joe—. La casa está ardiendo.

Lloyd miró a Joe con el ceño fruncido, mostrando bien a las claras que no le hacía gracia su sarcasmo. En ese momento se dio cuenta de que Brenner llevaba las manos a la espalda y tenía la cara cubierta de sangre. Se inclinó hacia un lado y vio las esposas.

—Eh, ¿qué hace Steve con esas esposas?

—Ha infringido la ley —contestó Joe.

—Gilipolleces —despotricó Brenner—. Lloyd, no he hecho nada. Haz que me quiten estas jodidas esposas. Me están desollando las muñecas.

—A su debido tiempo —le garantizó Lloyd. Reparó en Joe y, examinándolo con mirada escrutadora, dio un paso amenazante hacia él—. ¿No eres el tipo que estaba arreglando el fregadero de ____ el otro día? ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Has golpeado tú a ese ciudadano? Parece que tiene la nariz rota. Bien, te voy a hacer una pregunta directa, chico, y quiero una respuesta directa. ¿Has sido tú quien le ha golpeado?

—He sido yo —dijo Harry—, y debería haberle disparado.

—No te pases de listo, chico. Éste es un asunto serio.

—Sí, sí que lo es —convino Harry—. Y si me vuelve a llamar chico, a quien voy a esposar es a usted. ¿Lo pilla, Lloyd?

Lloyd retrocedió un paso nerviosamente para poner distancia entre él y Harry, y actuó como si estuviera valorando la situación. En realidad, el jefe de policía estaba empezando a tener la sensación de que Harry estaba por encima de él, pero sabía que Brenner lo mataría si no lo sacaba de aquel lío. Levantó la mirada hacia Harry con cautela. El agente del FBI le recordaba un puma, relajado en un momento y hundiendo los colmillos en su presa al siguiente.

—Lloyd, haz algo —exigió Brenner—. Me ha roto la nariz; quiero que lo detengas.

Lloyd asintió con la cabeza y se obligó a mirar a Harry a los ojos. La gelidez que encontró allí le provocó un escalofrío. Se sintió orgulloso de sí mismo por vencer el impulso de salir corriendo.

—Golpear a un ciudadano constituye un delito de lesiones —dijo—. ¿Cree que no puedo detener a un agente del FBI?

La respuesta de Harry fue inmediata.

—No, no creo que pueda.

—Mierda —masculló Brenner.

—Eso lo veremos —dijo Lloyd poniéndose gallito—. Hay que llevar a Steve a un hospital para que le curen esa nariz, y eso es lo que voy a hacer. Estoy al mando, porque ésta es mi jurisdicción.

Joe miró a Harry antes de contestar.

—Éste es mi prisionero, y no lo va a tocar.

Harry se puso al lado de Joe para hacer una demostración de unidad contra el jefe de policía, pero también porque no quería quitarle el ojo de encima a ____.

Rompere tu ❤ (01)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora