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El coche de ____ era un cacharro. El carburador se obstruía, necesitaba un cambio de bujías y la transmisión patinaba. A Harry le sorprendió que hubieran podido atravesar la ciudad con él para llegar al hotel.

Había hecho las reservas desde la rectoría. Estaban registrados bajo nombres de señor y señora Hudson. Pasaron por la recepción para recoger las llaves, y subieron. En el ascensor, Harry le dijo a ____ que había hecho que trasladaran su ropa.

—Muy eficiente por tu parte.

—Soy del tipo eficiente.

Salió del ascensor el primero, se aseguró que el largo pasillo alfombrado en rojo estuviera vacío, y empezaron a recorrerlo uno al lado del otro. Reinaba un silencio sepulcral. Su habitación estaba al final del pasillo. Harry introdujo la tarjeta de plástico en la cerradura y abrió la puerta con un empujón.

—¿Te comenté que teníamos la suite nupcial? Es la única que les quedaba disponible. Vamos, ____, no te sientas tan violenta conmigo. —Cuando vio su expresión, añadió a toda prisa—: Parece que quieras echar a correr.

____ se obligó a sonreír. Era una situación violenta, pero estaba decidida a superarla.

—Estoy demasiado cansada para echar a correr.

—¿Quieres que te entre en brazos?

____ no contestó. Por fin, Harry la empujó suavemente para que se moviera, y entró en la suite de un solo dormitorio con paso vacilante. Oyó el chasquido de la puerta a sus espaldas y sintió una repentina punzada nerviosa. No era el momento de mostrar vergüenza ni timidez, se recordó. Harry se había parado justo detrás de ella. ____ sintió el calor de su cuerpo y se apartó a toda prisa de él para examinar el salón. Estaba decorado con buen gusto en unos suaves y relajantes tonos marrón topo. Había dos sofás de felpilla color chocolate, puestos uno enfrente del otro a ambos lados de una mesa de café de mármol negro. En el centro de la mesa habían colocado un gran jarrón de cristal lleno de flores primaverales recién cortadas, y sobre el aparador situado delante de la triple ventana que daba a la explanada iluminada se veía una bandeja con fruta, queso y galletas, así como una botella de champán sumergida en un cubo de ónice negro.

Harry estaba haciendo algo raro con la puerta. Tenía un cable delgado en la mano y lo estaba enlazando alrededor del pestillo. Del extremo del cable colgaba una diminuta caja cuadrada del tamaño de una pila de nueve voltios; cuando terminó de enrollar el cable alrededor del pomo, dio la vuelta a la caja y una luz roja empezó a parpadear de repente.

—¿Qué es eso?

—Mi particular sistema de alarma —le dijo—. Jordán lo diseñó para mí. Si alguien intenta entrar mientras me ducho o estoy durmiendo, me enteraré.

Se levantó, balanceó los hombros y sugirió a ____ que se preparase para acostarse.

—Utilizaré este baño te puedes quedar con el del dormitorio.

____ asintió con la cabeza y atravesó la puerta que separaba el salón del dormitorio; de pronto, se detuvo. Había una cama de matrimonio con un edredón y sábanas blancas, abierta para la noche. Una rosa roja con el tallo largo reposaba en medio de la cama, y sobre ambas almohadas habían colocado unas chocolatinas Godiva envueltas en un reluciente papel rojo.

—¿Qué ocurre? —preguntó Harry al ver que seguía parada en la entrada.

—Hay una rosa en la cama.

Harry atravesó la estancia para verlo por sí mismo.

—Bonito detalle —comentó.

Harry estaba apenas a unos centímetros, apoyado contra la jamba de la puerta.

Rompere tu ❤ (01)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora