La iglesia estaba atestada. Debían de haber sido invitados a la boda todos los habitantes de Holy Oaks, concluyó Harry mientras observaba desde el fondo de la iglesia la oleada de gente que entraba. Varias familias intentaron subir a la galería, pero la cancela de hierro estaba cerrada, y además había un sencillo letrero escrito a mano que rezaba: «NO PASAR.» Algunos probaron a sacudir el cerrojo, que estaba flojo, pero acabaron por rendirse y buscaron asiento en la nave principal.
Los dos ujieres instaban a los invitados a que se juntaran para que cupiera más gente en los bancos, mientras la madre de la novia estaba siendo acompañada a la primera fila.
Harry intentaba quitarse de en medio. ____ estaba con los invitados en el vestíbulo situado debajo de la galería. La puerta estaba abierta, pero no se podía ver a la novia. Harry observó que ____ abría la puerta del armario y dejaba el bolso en el estante interior. Ella se dio cuenta de que la estaba mirando cuando se volvió, le dedicó una vacilante sonrisa y desapareció de la vista.
El padre de Michelle había cerrado parcialmente la doble puerta que conducía al interior de la iglesia para que no se vieran los preparativos del cortejo nupcial. Sujetaba el picaporte con la mano mientras escudriñaba el interior y esperaba a que el padre Tom saliera de la sacristía y ocupara su sitio delante del altar. Preocupado y aturullado por si se olvidaba algo de lo que se suponía que tenía que hacer o por si tropezaba con el vestido de su hija y la hacía salir a trompicones, empezó a resollar de ansiedad. En pocos minutos iba a entregar a su única hija. Se llevó la mano al bolsillo del chaleco del chaqué alquilado y sacó el pañuelo. Fue en el momento de secarse el sudor de la frente cuando se acordó de las hermanas Vanderman.
—Ah, Dios mío —dijo en un sonoro murmullo.
Su hija lo oyó y vio el pánico reflejado en la cara de su padre.
—¿Qué sucede, papá? ¿Se ha desmayado alguien?
—Me olvidé de las hermanas Vanderman.
—Ya no puedes ir a buscarlas, papá. La boda va a dar comienzo.
Su padre miró en derredor desesperadamente, localizó a Harry y le echó el guante.
—Por favor, ¿podría acercarse y traer a Bessie Jean y Viola? Lo más seguro es que estén esperando en la acera, y si se pierden la boda no dejaré de oírlas el resto de mis días.
Harry no quería dejar a ____, pero era el único hombre o mujer disponible en el vestíbulo que no participaba en la ceremonia. Sabía que sólo tardaría un par de minutos en bajar y subir la colina en coche, pese a lo cual opuso resistencia.
____ lo vio dudar, salió de la fila y se acercó corriendo hasta él, haciendo susurrar la falda de seda en los tobillos.
—No te perderás nada —dijo lo bastante alto para que lo oyera el padre de Michelle. Después, se acercó más y susurró—: Se ha acabado, ¿recuerdas? Ya no tienes que preocuparte más por mí.
—Sí, muy bien —asintió a regañadientes—. Iré dentro de un minuto, después de que hayas recorrido la nave.
—Pero si te das prisa...
—Quiero ver cómo recorres esa nave —dijo con un poco más de brusquedad de la que pretendía. Lo que en realidad deseaba era asegurarse de que ____ quedaba en las manos competentes de Noah antes de abandonar la iglesia.
Aun en el caso de que ____ hubiera querido discutir, Harry no le dio tiempo. Entró en la iglesia y recorrió a toda prisa el muro del fondo hasta la esquina sur, que quedaba en línea recta con la sacristía. Esperó a que salieran Tommy y Noah para llamar la atención de este último.