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____ encontró un par de vestidos que podían servir para la boda, y después de dejarlos en la tintorería, se dirigieron a la abadía. Noah estaba en la cocina, comiendo pollo frito frío con toda la guarnición habitual. Harry sacó una silla para ____ mientras cogía un muslo.

—Deberías comer algo, cariño.

La ceja derecha de Noah se levantó, y su mirada brincó de la cara colorada de ____ a la expresión afligida de Harry. Entonces, soltó una carcajada.

—Os ha llevado tiempo.

—No empieces —le advirtió Harry.

—¿Que no empiece qué? —preguntó Noah inocentemente.

—Harry le llama cariño a todo el mundo —soltó ____, sintiéndose un poco tonta.

—Pues claro que sí —asintió Noah—. A Tommy y a mí nos lo llama cada dos por tres.

—Déjalo ya —insistió Harry—. ¿Dónde está Tommy?

—Está en una de las salas de conferencia con esa redactora.

—¿Qué es lo que quiere? —preguntó ____.

Noah se encogió de hombros.

—Ni idea.

Harry oyó que se cerraba una puerta a su espalda y atravesó la cocina para mirar por la ventana. Vio que Lorna bajaba las escaleras corriendo.

—¿De dónde ha salido este banquete? —preguntó ____ a Noah.

—Del club de admiradoras de Noah —respondió Tommy desde el umbral
Noah sonrió con aire burlón.

—Las señoras me adoran. ¿Qué le voy a hacer?

—Ha estado ejerciendo de consejero espiritual —dijo Tommy meneando la cabeza con desesperación.

—Eh, lo hago bien.

____ tenía problemas para mirar a su hermano. La culpa era de Harry, lo sabía, por haber sembrado la ridícula idea de que Tommy sabría lo que había ocurrido la noche anterior con sólo mirarla a los ojos.

—____, quiero hablar en privado contigo —le dijo Tommy.

Harry le lanzó una mirada «ya te dije que lo sabría» y se dio la vuelta para encararle.

—Tommy, tú y yo tenemos que hablar.

—No —casi gritó ____ mientras empujaba la silla hacia atrás y se levantaba—. ¿De qué quieres hablar conmigo?

—Lorna acaba de estar aquí.

—¿Y qué quería? —preguntó ____—. Con lo del incendio y lo de Steve Brenner ya tiene bastantes noticias en las que ocuparse durante el próximo mes. ¿Está intentando encontrar la manera de culparme también de todo eso?

—Está escribiendo otro artículo sobre ti, pero no tiene nada que ver con el incendio ni con Brenner. Quería mi confirmación. Parece ser que se encontró con la mujer del banquero, la cual le habló del préstamo que pediste para la tienda, y un chisme llevó a otro. Maldita sea, ____ —dijo con la voz temblándole de ira—, ¿por qué no me dijiste que el fideicomiso se había acabado? Durante todo este tiempo pensaba que estabas bien y que no tenía que preocuparme por ti.

____ se quedó estupefacta por el atrevimiento de Lorna.

—Tuve que rellenar una declaración de bienes y contar lo del fideicomiso para conseguir el préstamo —gritó—. Pero el banquero no tenía derecho a contárselo a nadie, ni siquiera a su esposa. Era información confidencial. ¿Y cómo se atreve Lorna a meter las narices en mis asuntos? —Dio un paso hacia su hermano—. ¿Te has dado cuenta de lo que acabas de decirme? Todo este tiempo pensando que estaba bien y que no tenías que preocuparte por mí. No tengo diez años, Tommy, pero no parece que te entre en la cabeza. El dinero se acabó antes de que cumpliera los veintiuno y pudiera hacer algo al respecto. Se lo quedaron los abogados; hasta el último centavo. No te lo dije porque sabía que te disgustarías y no había nada que pudieras hacer.

Rompere tu ❤ (01)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora