Cuando Harry llevó a ____ al hospital, Noah ya estaba en el quirófano. Tommy, todavía con las vestiduras ensangrentadas, bajó corriendo a la sala de urgencias cuando una de las enfermeras le informó de que su hermana había ingresado.
Presa del pánico, no se tranquilizó hasta que la vio. Parecía haber pasado un infierno, pero respiraba e incluso consiguió que le sonriera. Harry estaba sentado en la mesa de reconocimiento junto a ella, rodeándole la cintura con el brazo. Tommy pensó que Harry tenía peor aspecto que su hermana, el cual ya era bastante terrible; tenía la cara gris, y en sus ojos había una mirada de angustia.
—¿Y Noah? —preguntó Harry—. ¿Cómo está?
—Lo están operando ahora —dijo Tommy—. El médico me ha dicho que la bala no afectó a ningún órgano vital, pero que ha perdido mucha sangre. Se pondrá bien —le aseguró—. Sólo tardará un poco en recuperar las fuerzas.
—¿Cuánto tiempo lleva en el quirófano? —preguntó Harry.
—Unos veinte minutos. Se pondrá bien —repitió—. Ya lo conoces; es duro de pelar.
____ se recostó sobre Harry y apoyó la cabeza en su hombro. Él le sujetaba con fuerza la mano que le había puesto en el regazo. A ____ le dolía todo y era incapaz de precisar dónde era peor el dolor, si en la cabeza, en el brazo o en la pierna. Un dolor lacerante parecía mortificar cada centímetro de su cuerpo. Quiso descansar, pero cuando cerró los ojos la habitación empezó a girar y se mareó.
—¿Dónde demonios está el medico? —preguntó Harry.
—Lo acaban de avisar por megafonía —dijo Tommy. Se acercó a su hermana y le retiró el pelo de la cara con suavidad—. Te pondrás bien. —Se esforzó en sonar convincente, seguro, pero le salió fatal y pareció que se lo estuviera preguntando.
—Sí, estaré bien. Sólo estoy cansada.
—¿Me puedes contar qué sucedió? Estabas detrás de mí cuando saqué a Noah de la iglesia.
—Estaba allí y me llamó. Me pidió que lo ayudara. Creo que me dijo que lo habían disparado.
—¿Quién te llamó?
—Justin Brady —respondió—. Sólo que en realidad no era Justin. —Levantó la vista hacia Harry—. Empecé a caminar hacia él, pero de repente oí tu voz en mi cabeza.
—¿Y qué decía?
—«No creas nada de lo que te diga la gente.» Supe que había algo en él que no encajaba, y entonces vi el guante que llevaba en la mano. Era un guante quirúrgico, creo. —Miró a Tommy mientras añadía—: Intenté echar a correr, pero me persiguió y lo siguiente que recuerdo es que me desperté en la furgoneta. Había quitado todas las manillas de las puertas y no podía salir. Tommy, me enseñó una foto de su esposa. Fue en la merienda campestre, y me enseñó una foto. Se la debe de haber robado a alguien.
—Ya hablaremos de esto más tarde —sugirió Tommy cuando vio lo alterada que estaba—. No pienses en eso ahora.
—Tommy, corre a buscar a ese condenado médico —gritó Harry.
Un malhumorado médico de mediana edad llamado Benchley descorrió la cortina en el momento en que Tommy salía para ir a buscarlo. Le echó un vistazo a ____ y ordenó a Harry y a Tommy que salieran.
Tenía un trato con los pacientes propio de un Doberman. Pidió a gritos a una enfermera que lo ayudara, y cuando Harry no se movió de la mesa, le lanzó una mirada furiosa y le volvió a pedir que saliera.
Harry se negó a abandonar a ____ y tampoco fue muy diplomático en su negativa. El miedo lo volvía hostil y agresivo, pero no se dio cuenta de que se enfrentaba a alguien igual de agresivo. El doctor Benchley había trabajado en una peliaguda sala de urgencias en las zonas más deprimidas de Los Ángeles durante doce años. Lo había visto y oído todo, así que no lo intimidaba nada, ni siquiera un agente del FBI armado y con una mirada enloquecida en los ojos.