12.

2.7K 184 126
                                    

Llegamos a casa y fuimos a la habitación dónde se quedaba Roberto.

-¿Por qué es más grande que la mía?- Pregunté mientras miraba a Roberto quien cerraba la puerta.

-Por qué me quieren más a mí.- Se rió burlón.

-Que te den.- Me indigné.

-¿Por qué no me das tú?- Me tomó de la barbilla y me miró a los ojos.

-No estaría nada mal.- Me mordí el labio inferior.

-Ahg no puedo con esto, eres demasiado linda.- Tiró su cabeza para atrás mientras reía.

-¿Mi das un betito?- Hice voz de niña chiquita.

-No te lo negaría nunca.- Me dió un beso corto o mejor dicho pico.- Oh, debes sentir esto.- Llevó mi mano hasta su pecho y me sonrió. Sentí como su corazón estaba acelerado.- Me he dado cuenta que solo pasa cuando estoy contigo.-

-¿Lo dices enserio?- Abrí un poco mis ojos.

-No tendría razón para mentirte.-

Se escuchó la puerta principal abrirse. Por primera vez desde que llegué a Monterrey, Juan tocó la puerta. Roberto caminó hasta allí y la abrió.

-NO ME TOCÓ VER ESOOOOO, SOY LA VERGAAAA.- Gritó emocionado.- Por cierto, buscan a Sky, es Pan.-

Bajé las escaleras y encontré a Pan nervioso sentado en la sala.

-¿Qué pasa?- Me preocupé un poco.

-Se que Roberto es tu novio.- Me tomó del hombro y sonrió.

-¿Pero quién...?-

-De eso quiero hablar contigo, ¿Puede ser en privado?-

-Solo dame un minuto.- Me giré y en la cocina encontré a mis amigos y mi novio.- Chicos, voy a salir un momento con Pan. Ya regreso.- Me despedí con la mano.

-Listo, vamos.- Comenzó a jalarme de la mano.

Salimos de la casa y fuimos a un mini parque cerca de la casa.

-Se qué esto es raro, pero un tal Tadeo y Nuvia están trabajando juntos para separarlos.- Me miró preocupado.

-¿Por qué debería creerte?-

-Sabes que yo no miento cuando se trata de mis amigos.- Me miró fijamente.

-¿Y sabes que es lo que planean?-

-Algo así como una trampa para que Roberto se vaya con Nuvia y tú con Tadeo.- Rió.- Che mayate loco que tenía como novio.-

-Cállate.- Tomé mi cabeza.- ¿Y cómo sabes todo esto?-

-Nuvia no bloquea bien su celular.- Se encogió en hombros.- Tengo que irme. Nos vemos luego, si pasa algo más, te informo.- Asentí y Pan se fue caminando.

Caminé hasta casa, era algo tarde, por ahí de las 9 p.m., Mierda, todo me pasa a mí últimamente. Llegué a la casa y entré cerrando la puerta despacio para no hacer ruido, caminé hasta mi habitación y estaba algo solitaria, Roberto no se encontraba allí. Quizás se fue a dormir a su habitación. Me dejé caer sobre la cama y cerré mis ojos para dormir. Un ruido me levantó, al parecer ya era de mañana, la puerta se abría era Abril quién entraba.

-Buenos días nena, ¿Roberto no está aquí?-

-No... ¿Espera no está en su cuarto?- Me alteré un poco.

-Creí que estaría aquí, ya sabes, como son novios dormir juntos, esas cosas.-

-¿Te contó?- Ella asintió.

-Después de irte con Pan y que recibiera la llamada.- Se encogió en hombros.

-¿Llamada?- Alcé un ceja.

-Sí, Nuvia le dijo que Pan vino por ti para intentar conquistarte y luego el salió de la casa.- Se tocó la barbilla.- ¿A dónde podría ir a esa hora?- Preguntó Abril mientras miraba el techo.

-Verga, no, no, no, no.- Tomé mi celular y le marqué a Roberto, me mandó directo a buzón.- Tengo que salir.- Tomé mis tenis y en el camino iba poniendomelos mientras iba casi corriendo a la puerta.

Salí corriendo de la casa y fui hasta casa de Pan, toqué la puerta repetidas veces y me abrieron, creí que era Manuel, pero era... Tadeo.

-Hola muñeca, ¿Qué necesitas?- Me apoyó sobre el marco de la puerta.

-Pan, ¿Dónde está?- Pregunté mirando detrás de él.

-En su habitación, creo que dormido.- Habló riendo maliciosamente.

-Si le hiciste algo créeme que no sales vivo, Tadeo.- Lo amenacé mientras entraba a la casa.

-¿Quieres ver algo genial?- Me susurro casi al oído mientras me guiaba por los hombros hasta un cuarto.

-Si intentas algo créeme que te mataré.- El asintió.

-No intento nada más que hacerte abrir los ojos.- Abrió una puerta, se veía todo obscuro a excepción de unas siluetas en la obscuridad.

Tadeo encendió la luz de aquella habitación y lo primero que ví fue a Nuvia al parecer dando sentones a un chico delgado y de cabello largo. Tadeo tomó mi mentón haciéndome mirar aquella escena.

-¿Ese es tu Romeo?- Rió.- Ayer tuvieron una cita muy romántica sabes, pero creo que la excitación que le causa Nuvia es más fuerte.- Me soltó del mentón bruscamente.

Lo empujé y salí de aquella casa. Comencé a correr, no sabía a dónde iba solo quería huír de allí.

-Se suponía que éramos tú y yo, Roberto Guadarrama.- Susurré y comencé a llorar.

Sentí una mano en mi hombro y volteé a ver para encontrarme a Tadeo.

-Vete de aquí, tú causaste esto.-

-¿Yo?, disculpa pero yo no no puedo obligar a nadie a tener sexo.- Habló algo obvio.- Fue decisión de tu chico engañarte de esa manera.- Me tomó de la mano.- Solo tienes que venir conmigo.-

-¿Contigo?- Miré a su cara.- ¿A dónde?- Me solté de su agarre.

-Si vienes, lo sabrás.- Me extendió la mano.

¿Debería de ir?, creo que ya no tengo razón para estar aquí, ¿Pero y si todo esa un mal sueño?, se siente demasiado real. Discutía conmigo misma en mi cabeza mientras miraba la mano de Tadeo.

-La pasaremos bien, seremos solo TÚ Y YO.- Me sonrió de una manera algo tétrica.

Si intentas huir... 《RobertoCein》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora