35.

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Al terminar de empacar bajé con mis amigos para despedirme, Barca y Pao se encontraban allí.

-Chicos ya me voy.- Tomé la mano de Pan sin notar la presencia de Barca y su amada novia.

-¿A dónde?- Barca caminó hasta frente de Pan.

-A mi nueva vida de casada con Pan, ¿No te contamos?- Tomé al mencionado y junté mi mejilla con la suya.- Que pena, la ceremonia fue hermosa, con mi vestido y Pan de traje.- Barca fulminaba más que enojado al chico al lado mío.

-¿Por qué no nos invitaste tampoco?- Juan tenía que ser tan imbécil como para decir semejante mamada.

-Abril, si no lo matas tú lo hago yo con todo gusto.- Señalé al esposo de mi mejor amiga.- Solo dice pura estupidez, YAAAAA.- Me harté del mayor de lentes.

-N-No es cierto que nos casamos.- Pan tenía ambas manos en el aire intentando protegerse de un Barca furioso que lo tomaba del cuello de su camiseta.- Emma, dile algo.- Me suplicaba con la mirada.

-Qué idiota, Dieguito.- Separé a ambos chicos.- Solo me quedaré con Pan, por algunas incomodidades.- Miré detrás de mi mejor amigo y ví como Lynda casi se comía a Roberto.

Barca miró unos segundos después que yo, asintió al saber de que hablaba. Me despedí de los esposos y novios que SÍ me caen bien, los otros dos, Dios los bendiga.

Pan me ayudaba con mi maleta mientras íbamos en dirección a su casa. Al llegar Pan habló un momento con su familia y ellos aceptaron.

-Cariño, tendrás que dormir con Manuel.- Su madre me decía de una manera educada y cariñosa.

-No hay problema con eso.- Le sonreí de una manera tierna. Ella asintió.

Llegué con Pan a su habitación, analicé cuidadosamente su set up, era como lo imaginaba cuando miraba sus directos. El chico carraspeó la garganta llamando mi atención.

-¿Tienes hambre?- Yo negué con la cabeza.- Si necesitas algo me dices, ¿Sí, princesa?- Me acerqué hasta él y lo abracé.

-Gracias.- El correspondió, yo hundí mi cara en su cuello.- Eres una de las mejores personas de mi vida, te amo.- Se escuchó tan sincero que incluso yo le sorprendí.

No sé si lo dije porqué sentí que debía decirlo o porqué mi corazón habló. No lo sé bien pero sentí que fue mi corazón el que dijo esas palabras.

Pan se separó del abrazo. La he cagado y bien feo. Sentí una mano en mi barbilla, alzó un poco mi cara para mirarlo a los ojos. Pasó la mano hasta mi mejilla acariciandola delicadamente mientras me sonreía de una manera muy jodidamente tierna. No pude evitar sonrojarme.

-Tú sin duda alguna eres la mejor persona en mi vida.- Susurró mientras se acercaba lentamente a mi cara.

Podía sentir su respiración en mis labios. Dios, me pones muy nerviosa, hazlo ya. Ahora yo tomé el impulso para unir nuestros labios en un algo largo beso, era tierno, nuestros labios se movían a un ritmo lento, era el beso perfecto.

Si intentas huir... 《RobertoCein》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora