31.

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Al salir terminar la película, salimos de la sala de cine y me dirigí al baño junto con Pao, entramos y esperamos un momento a que se desocuparan algunos, terminamos de hacer nuestras necesidades y mientras me lavaba las manos Pao me habló.

-¿Entonces ya regresaste con Roberto?- Me miró con una sonrisa de niña pequeña.

-No... no lo sé.- Pensé un momento.- Igual me dolió, creo que ahora no será tan fácil para él.- Pao me miró y negó mientras reía por lo bajo.

-¿Debe reconquistarte o algo por el estilo?- Me miró dudosa.

-Así es, nena.- Ambas salimos del baño y caminamos dónde los chicos.

Al llegar con los demás Ari apuntó a Roberto con su cabeza y yo le hice seña para hablar luego. Caminamos un rato por la plaza, entrando a tiendas y comprando cosas inservibles a decir verdad. Estábamos sentados en unas bancas cuando Pao habló.

-¿Y por qué no regresan a Monterrey?- Yo la miré y ésta me guiñó el ojo.

-No lo sé, no creo que sea...- Interrumpí a Roberto mientras hablaba.

-Yo si jalo.- Me encogí en hombros y Abril me chocaba los cinco.

-Igual voy.- Roberto se apresuró a hablar.

-Entonces debemos comprar boletos.- Habló Juan.

-Me encargo de eso.- Barca miraba su celular.- Hay un vuelo a las 7:00 p.m.- Barca mostró su celular.

-Es en dos horas.- Hablé mirando mi celular.- ¿Nos vemos en mi casa en media hora?- Todos asintieron.- El último en llegar es un huevo podrido.- Ellos salieron corriendo.

Caminé a paso veloz a mi casa, entré y decidí por unas cuantas prendas para empacar, entre mi ropa encontré el anillo de promesa. Lo miré y suspiré, lo guardé en mi mochila, no quería que pensara que caería tan fácil. Tocaron la puerta y eran ambas parejas peleándose por quién entraba primero, en fin, después de unos minutos llegó Roberto con su maleta.

-Huevo podrido.- Le hice burla.

-Vergaaaaaa.- Gritó mientras no aceptaba su derrota.

-Debemos salir rápido al aeROPUERTO.- Juan jugaba con sus tonos de voz.

-De una.- Salimos casi corriendo de mi casa.

Tomamos dos taxis, en el primero iban Abril, Paola y Juan, en el segundo Diego, Roberto y yo. Al llegar al aeropuerto corrimos como unos pendejos a revisión para luego abordar el avión.

-A huevo.- Hablé mientras me sentaba a un lado de Ari.- Llegamos temprano.- Suspiré del cansancio de correr.

-Aún creo que es injusto esto.- Juan iba sentado al lado de Roberto.

-Ya me toca con Aribebé, te jodes pendejo.- Me reí mientras abrazaba a mi amiga.

En fin, el vuelo despegó y pasada casi una hora llegamos a Monterrey. Espero verte Panesito, repetía en mi mente mientras bajamos del avión. Pedimos un Uber y nos despedimos de Barca y Pao quienes iban a casa de la chica. Los cuatro restantes llegamos a casa de nuestros amigos y nos dirigimos a las habitaciones donde nos quedamos la primera vez.

-Entonces...- Ari habló desde la puerta, vaya que le gustaba el chisme.

-Golpee a Valentina, solo lo manipuló.- Ari tenía la boca abierta.- Mierda, cuanto espacio le sobra a la verga de Juan.- Me reí para acto seguido Ari riera.

-¿Cómo pasó?- Me encogí en hombros.

-Solo me sacó de quicio.- Abril me dedicó una sonrisa burlona.

-Nunca hiciste eso por ninguno de tus ex's, pero lo hiciste por Roberto.- Mis mejillas se tornaron carmesí.- ESO SÍ ES AMOR.- Abril miró mi maleta y vió la cajita del anillo de promesa.- NO ME LA MAMEEEES, EMMA.- Gritaba como fangirl mi amiga.

-Cállate.- Le tapé la boca pero la chica me lamió la mano.- Hija de puta. Bueno, antes de que preguntes, lo dejó ese día, la verdad ni siquiera se si fue él.- Ari se asombró un poco al ver lo hermoso que era.- Pero no será tan fácil recuperarme, no habría problema si me hubiese contado.- Me encogí en hombros.

-Vaya, vaya, vaya, hija de tu puta madre.- Juan habló desde la puerta.

-Tú chinga tu madre.- Lo señalé.

-¿Yo?- Corrí hasta aquel chico y me colgué de su cuello.

-TE EXTRAÑÉ, PINCHE IDIOTA.- Pan se reía.

-Igual, he de decir lo mismo.- Besó mi cabeza.- Escuché todo sobre Roberto.- Miré mal a Juan y él negó.

Miré a Abril y ella desvió la mirada. Tienes que estar bromeando, brah. Me acerqué hasta Ari y la abracé en uno de esos abrazos asfixiantes como castigo, la apretaba fuertemente y ella suplicaba que la soltara. Entre Juan y Pan nos separaron, Juan ayudaba a respirar a Ari y Pan me alzaba mientras me tomaba de la cintura para alejarme de Abril.
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Qué ganas de tener un Pan o un Roberto en mi vida UnU

¿El sin respeto con Pan o con Roberto? 7u7

Si intentas huir... 《RobertoCein》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora