24.

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Cuando desperté fui directo a la cocina, he despertado con algo de sed. Pude notar queh yo no he dejado un papel pegado en el refrigerador, me dirigí y tomé el papel, lo abrí y leí.

Emma, perdona si hoy no estamos en casa, he estado planeando una cita perfecta para Pao y para mí, regresaremos por la noche, te queremos y NO hagas idioteces.

-Citas planeadas.- Tomaba un poco de agua de una botella.- Eso me suena familiar.- Sonreí de lado algo burlona.

Caminé de nuevo hasta mi habitación y opté por cambiar mi ropa. Me puse unos jeans rasgados negros, una blusa corta de color negro y mis Converse negros.

-Vaya que me veo de la mierda.- Tocaba mi cara frente al espejo.- Creo que me verán rara hoy.- Tome una pequeña bolsa blanca donde guardaba algunas cosas.

De aquella bolsa tomé mi gargantilla de cuero negra con una cruz y me hice un delineado de gato.
Caminé hasta la puerta y salí para caminar un rato.

-¿Emma emo o qué?- Preguntó Luis, mi vecino.

-No te interesa.- Seguí caminando.

-Espera, Emma.- Giré mi cara para verlo y alcé una ceja.- ¿A dónde vas?-

-Solo iré a caminar.- Solté encogiéndome en hombros.

-Te invito un...- Interrumpí.

-Luego, ahora no he estado bien.- Le dediqué una sonrisa algo hipócrita y seguí caminando.

Todo estaba en silencio, caminaba por un parque y me senté en una banca. Me puse mis audífonos y puse música, un chico se sentó a mi lado, estaba llorando.

-¿Por qué lo preferiste a él?- Susurraba mientras lloraba.

-Al parecer a la gente le gusta que los traten mal.- Mencioné mientras miraba el cielo.

-¿Tú crees eso?- Él solo miraba una cajita en sus manos, el chico soltó un gruñido y me acercó la caja.- Toma, no lo necesito ya, tómalo como un regalo, chica extraña.- Se paró y se fue.

Cuando estaba suficientemente lejos miré la cajita y la abrí. Era un bello collar con un pequeño dije de estrella, era muy hermoso. Guardé la caja en mi bolsillo y me paré para seguir mi camino, ¿A dónde? No lo sé.

Pasé por un hotel, miré hacía dentro de éste y pude ver a Roberto que se veía feliz con dos chicas allí, eran las idiotas de Valentina y Elizabeth.

-Oh, hola amor.- Me reí sarcásticamente mientras seguía caminando.

Decidí regresar a mi casa, cuando iba a entrar suspiré y caminé hasta la casa de Luis, toqué la puerta pero no hubo respuesta. Rendida después de tocar tres veces más, entré a mi casa y caminé a mi habitación.

Al momento que me dispuse a relajarme un grito llamó mi atención, me levanté exaltada de mi cama y caminé hasta el lugar de donde provenía el grito. Entré a esa habitación y al parecer solo fue el imbécil de Donovan enojado por el Xbox.

-Idiota, me sacaste un pedo.- Aquel chico solo rió.- Yo quiero jugar también.- El azabache palmeó un lado de la cama como señal para que me sentara.

Tomé otro control y nos pusimos a jugar Rocket League, solo se escuchaba el juego, ninguno decía nada. De un momento a otro alguien que no había notado me quitó el control y comenzó a jugar por mí.

-Eres mala en Rocket, mira, cero puntos.- Barca metió gol.

-Si, ya llegamos amiga.- Me crucé de brazos.

-Pao se quedó con Ari, Juan vino conmigo.- Barca ganó la partida y me miró.- Pendeja.-

-Yo ya tengo que irme.- Donovan miraba su celular, se paró de la cama y se fue casi corriendo, solo se escuchó un portazo.

-Tengo unas chelASSS LOCAAAAS.- Juan entró con tres cervezas a la habitación mientras gritaba como imbécil.

-Vamos a beber, amixes.- Sonreí de lado.

-Hey, hoy ví a Roberto estaba en...- Lo miré con una mueca.

-En un hotel con Valentina, lo sé.- Me encogí en hombros.- Solo tengo que olvidarlo y ya.-

Seguimos bebiendo y jugando la consola hasta estar los tres considerablemente borrachos, Juan cantaba y yo bailaba su intento de canción, Barca solo reía y grababa.

Pasaban las horas y seguíamos tomando hasta que Juan fue a vomitar, cuando regresó cayó dormido en la cama, seguido por Barca, yo reí y los tapé con una manta. Caminé a mi habitación e igual me dejé caer en mi cama, caí profundamente dormida.

Si intentas huir... 《RobertoCein》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora