La lluvia terminó. Salimos del establecimiento y nos dirigíamos al centro comercial donde los demás esperaban. Antes de entrar me puse nerviosa y dejé de caminar.
-¿Qué pasa?... ¿No quieres volver?- Habló Roberto haciendo una pequeña pausa y algo triste.
-Si quiero regresar... pero... ¿Me aceptarán?-
-Sky, son nuestros amigos, claro que sí.- Me dió una sonrisa de confianza.
Entramos y los chicos estaban sentados en unas bancas, al vernos corrieron hasta nosotros.
-EMMAAAAA.- Gritaron todos al verme.
-Hija de la verga, creí que no ibas a regresar.- Pan me abrazó fuertemente.- Creí que no ibas a caer...-
-Fui débil.- Tomé la mano de Roberto.- La situación me cegó.-
-Lo bueno es que la pinche pendeja está de regreso.- Granizo como siempre molestandome.
-Emma, aquí estás, tenemos que irnos.- Llegó Tadeo y me jaló del brazo.
-No.- Dije firme y me solté del agarre del azabache.
-¿Disculpa? Recuerdo bien que dijiste que no querías el corazón roto de nuevo.- Comenzó a reír cínicamente.
-Ya déjala.- Habló Roberto jalandome detrás de él.
-¿Me vas a obligar?- Rió cruzando los brazos.
-Me veo en el derecho de hacerlo si intentas algo más.- El peli negro frunció el ceño.
-Emma, ya dile cómo en las noches me pedías más y más.- Tadeo me señaló con un dedo.
-Ella no hizo eso.- Tadeo alzó una ceja ante las palabras de Juan.- Puede ser todo, menos una fácil.- Se enfadó.
Yo estaba absolutamente sorprendida de la manera en la que Juan me defendió. Nos miramos y asentimos con una sonrisa.
-Solo VAMONOS, Emma.- Habló Tadeo en un tono de voz alto.
-Ella no se irá contigo.- Roberto se enfabada más.
-¿Entonces ella sufrira por el hecho que aún tengas sentimientos confusos por Nuvia?- Comenzó a reír y se fue caminando.
-Eso...- Miré a Roberto y después miré a la nada.
-Emma, no es así... sabes lo que Nuvia y yo hemos pasado.- Alcé mi mano para darle una señal que dejara de hablar.
-¿Todas esas palabras fueron en vano?- Roberto agachó la cabeza.- Entonces solo me usabas para olvidarla.- Mis ojos se cristalizaron nuevamente.- CONTESTAME, ROBERTO GUADARRAMA.- Grité y éste solo puso sus manos en su nuca.- Nunca debí regresar.- Comencé a caminar.
-No te vayas de nuevo, no por favor.- La voz del peli negro se escuchaba quebrada.
-No soy un juguete, y tú tampoco.- Seguí caminando.
-Nuvia ya no me hará caso, puedo seguir contigo.- Me giré con lágrimas escurriendo por mis mejillas y una sonrisa.
-¿Entonces soy para olvidarla?- Aún más lágrimas caían por mis mejillas.- ¿Soy la segunda opción?- Roberto no hablo.- Vaya... nunca te diste cuenta que siempre... se trató de ti.- Nadie dijo nada, Juan quiso hablar pero cerró la boca.- Solo quiero ir a casa...- Susurré y miré a Abril.
Abril se me acercó y abrazó mientras yo lloraba. Nunca me había sentido tan destrozada.
-Si eso quieres, iremos por tus cosas y te llevaremos al aeropuerto, ¿Sí?- Abril me susurró y dedicó una sonrisa.
-Por... favor.-
Abril se acercó a Juan y Pan, hablaron algunas cosas y poco tiempo Ari se me acercó, me llevó al auto, éramos solo ella y yo, íbamos camino a su casa, era un silencio cómodo, ella sabía como no hacerlo incómodo. Llegamos a su casa y me ayudó a empacar. Salimos de su cara y nos dirigimos al aeropuerto.
-Me siento agradecida contigo.- Hablé limpiándome algunas lágrimas.- Por invitarme.-
-Aquí tienes tu casa. Perdona por hacer que tu verano se arruinara.- Se escuchaba algo arrepentida.
-No fue tu culpa.- Sonreí.
-Hombres...- Susurramos ambas al unísono y reímos por lo bajo.
Llegamos al aeropuerto y compré un boleto para el vuelo más rápido a CDMX. Era en 2 horas, Ari y yo fuimos a comer algo y después nos despedimos.
-Te extrañaré mucho, mejor amiga.- Me abrazó en un abrazo asfixiante.
-Igual, me despides de los demás.- Ella asintió.
Abordé el avión y me senté. Saqué mi celular con mis audífonos. Espero llegar rápido a casa. Durante el corto vuelo estuve revisando redes sociales, nada interesante. Llegué a CDMX, tomé un taxi y llegué a casa. Entré en a mi casa y cerré la puerta, me encargué en ésta y me dejé caer. Saqué mi celular y grabé una historia para Insta.
-Razita, ya regresé de Monterrey.- Sonreía falsamente.- Puede que al rato haga directo, atentos.- La subí y dejé mi celular en una mesa.
Me dirigí a mi cuarto y cuando estaba desempacando ví lo que parecía una nota en la cama. La tomé y me dispuse a leerla.
Emma, puede que leas esto hasta que regresemos de Monterrey, solo quería decirte que si tuve los huevos para invitarte a esa cita pues sí, la neta me gustas mucho, me siento demasiado feliz contigo, princesa. Te amo.
-Roberto Sebastián.
-¿Qué diablos?- Susurré.
Me di una ducha, una larga y fría ducha. Pensaba en esa nota que dejó Guadarrama. ¿La habrá dejado antes de irnos?. Todo era confuso, salí de la ducha y me puse un short negro con una blusa azul. Me hice unos Hot Cakes de comer. Los de Beto estaban más buenos, hice una mueca con mi cara.
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Si intentas huir... 《RobertoCein》
Fiksi Penggemar❝Vaya... nunca te diste cuenta que siempre... Se trató de ti.❞ Segunda parte ya disponible "Iré contigo."