14.

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Volteé por la ventana de la casa y era de mañana. Caminé hasta la cocina e hice un café, subí a mi habitación con el café en la mano y me cambié la ropa. Llevaba puesta una falda negra que me llegaba a mitad de los muslos, una blusa blanca, para zapatos me puse unas medias altas blancas y mis Converse negros. Me dirigí a la puerta para salir a tomar aire.

-¿A dónde?- Habló Tadeo desde las escaleras.

-Tomar aire.- Habló sin siquiera mirarlo.

-Te dije que siempre que saliera iría contigo.- Se notaba enojado.- No puedes salir sola

-Entonces te espero.- Le hice una sonrisa burlona.

Tadeo regresó a su habitación y al poco tiempo salió algo arreglado. Salimos de aquella casa y Tadeo tomaba fuertemente mi mano.

-Ahora no puedes huir.- Susurró casi inaudible pero logré escucharlo.

Salimos a una plaza y cuando íbamos caminando a una tienda de ropa ví como por la entrada pasaban mis amigos, Roberto iba con ellos. Jalé a Tadeo dentro de la tienda y puse la excusa que quería más ropa.

-Lo que necesites.- Habló el chico.

Al salir de la tienda escuché unas voces detrás mío. Los chicos le preguntaban a unas señoras si me habían visto, yo me eché a correr con Tadeo detrás mío.

-Ya nos alejam...- Tadeo me soltó una cachetada.

-Te dije que no debes huir, estúpida.- Me enfadé y lo miré mal.

-IMBÉCIL.- Me atreví a gritar mientras muchas miradas se posaban sobre nosotros.

Escuché unos pasos detrás míos, eran varias personas, alguien me tomó del hombro y retiré la mano delicadamente.

-No entienden que no quiero volver a verlo.- Comencé a correr.

Ahora Tadeo no fue detrás mío. Ya lo suficientemente lejos revisé mi celular. Cientos de llamadas de Cein. Ja, ahora que quiere. Mi celular comenzó a vibrar era Abril, no contesté. Comenzaban a caer gotas de lluvia y yo comencé a caminar. Poco a poco la lluvia se hacía cada vez más fuerte. Veía como la gente corría para no mojarse mientras yo solo caminaba, estaba mojada y algo arrepentida. Miraba como algunas parejas corrían de la mano y reían. Recordé el día que conocí en persona a Roberto, llovía y corrimos pero ambos caímos. Sonreí inconscientemente y quité la sonrisa.

-Emma.- Se escuchó una voz que no pude reconocer por la lluvia.- Regresa conmigo.. por favor.-

Me volteé y encontré a un chico solitario de greñas largas y tatuajes en sus brazos, estaba mojado y se podía ver que casi llorando. Yo miré a un lado, estaba realmente apenada.

-Me enteré de lo que viste.- Me sorprendí y regresé mi vista hasta él.- ¿Crees que lo haría después de planear esa cita? Se que no fue mucho pero me esforcé.- Se escuchaba su voz rota.- Me han roto el corazón más veces que a ti, yo no confiaba en nadie... que no fueras tú.- Comenzó a caminar y yo retrocedí un paso.- Solo quiero regresar a lo de antes, regresar contigo.- Tomó mi mano y me miró a los ojos, definitivamente estaba llorando, aún con la lluvia se podía diferenciar.- Eres la única con la que quiero estar en todos los sentidos, Emma.-

Yo me quedé callada y bajé la mirada, Roberto de alteró un poco y llevó mi mano a su pecho, igual que antes.

-Mira, mira, mira.- Reía mientras lloraba.- ¿Ves que solo pasa contigo?- Tenía el corazón destrozado. Roberto y abrazó.- Por favor.. regresa conmigo.- Susurró mientras lloraba aún más.

-Yo...- Comencé a llorar un poco.- No te merezco.- Me tomó la cara y la alzó haciéndome mirarlo.

-¿Enserio crees eso?, Mírame, soy un streamer, no soy guapo, no tengo dinero.-

-Pero eres tú.- Le tomé su mejilla.

-Y estoy demasiado agradecido que así te gustara a ti, digo, mírate eres demasiado preciosa y con sentimientos uf.- Reía por lo bajo.- Pero créeme que no tengo ninguna meta ni ningún propósito en el que no estés involucrada.- Me sorprendí por sus palabras.- Desde que nos conocimos, fuera como amiga, fuera como algo más, todo lo que realmente quería era a ti, y creo que te perdí.- Su sonrisa se fue deshaciendo.

-Roberto.. perdóname, por todo.- Apreté los ojos y sentí unos brazos rodeandome.

-No importa pedir disculpas, solo dime que quieres volver a estar conmigo, solo dime que me quieres a mí.- Susurraba en mi oído mientras seguíamos mojandonos.

-Si quiero estar contigo, eres el chico que siempre amé.-

Sentí unos labios encima de los míos. Fue un beso corto ya que me comenzó a jalar hasta un establecimiento para cubrirnos de la lluvia.
Roberto me tenía de la mano y apretaba un poco sin lastimarme, yo por impulso me acerqué a él, nos estábamos mojados y en lo personal tenía algo de frío. Roberto me abrazó en un cálido abrazo.

-Yo también tengo frío, pero tranquila, intentaré darte algo de calor.- Me sonrió levemente y besó mi cabeza.

Si intentas huir... 《RobertoCein》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora