—¡Dile que no estoy!—lo escuché gritar en un susurro.
Había llegado a casa de Jisung luego de darle mil y un vueltas al asunto, a eso de las nueve de la noche, donde apenas y si empezaba a oscurecer. Una ventaja del verano, los días duraban más.
Llegué sin muchas expectativas y aún así tan solo escuchar eso todo mi ánimo cayó en picada.
Decidí venir a verlo a su casa puesto que en todo el día jamás me escribió de vuelta o dió señales de vida. Tampoco se había dignado en aparecer para el partido de básquet, así que simplemente emprendí camino desde la cancha a su casa.
Su casa me quedaba a menos de una cuadra de diferencia. Era una casa considerablemente más grande que la de Haechan o la mía, que eran iguales prácticamente, solo se diferenciaban en que eran en espejo. Es más, estaba claro que de todos nosotros, la familia de Jisung era la que tenía más dinero después de Chenle.
El padre de Jisung fue una especie de estrella naciente, hace algo más de dieciséis años. Park Hyunmin pertenecía a la primera generación del kpop, o algo así, y era uno de esos artistas que prometía en el entretenimiento, pero claro, apenas un año después de debutar se enteró que sería papá, por lo cual decidió distanciarse por un largo tiempo.
Además de ser idol, era papá joven. Su novia universitaria se había embarazado a la edad de veinte, siendo este mayor por tan solo dos años. Nada más enterarse que serían padres decidieron casarse y por lo visto no eligieron mal, puesto que en todos estos años jamás se habían separado, cosa rara en un matrimonio joven.
Según tenía entendido, cuando Jisung cumplió el año su padre había vuelto a trabajar, solo que en vez de continuar su carrera de idol, empezó trabajando detrás de las cámaras. Trabajaba entrenando trainees en empresas de entretenimiento, haciendo de jurado en programas y cosas por el estilo. También era contratado como principal compositor a la hora de crear la melodía de los dramas y demás.
Por mientras, su madre, Park Shiah, continuó estudiando hasta terminar la universidad. Cuidaba del recién nacido Jisung y mantenía clases vespertinas. Siempre se aseguraron de que a Jisung nunca le faltara nada, y por ello debieron sacrificar cierto tiempo durante sus primeros años.
Nada más graduarse empezó a trabajar en una editorial, donde escaló desde traductora a asistente a finalmente editora en jefe. Y ahora aquella editorial era una de las más importantes en todo Seúl. Definitivamente a su familia no le iba para nada mal.
—Ya lo escuchaste—me respondió su padre apretando sus labios en un gesto divertido. De igual manera me dejó pasar.
Le agradecí en una reverencia antes de entrar a su casa, en donde su madre me recibió apretándome los cachetes.
—¡Pero si es el lindo Jaemin con un nuevo color de pelo! Te queda fantástico. Que raro verte por acá—bromeó. Es decir, Jisung prácticamente vivía en mi casa y yo en la suya, que no nos viéramos era pronóstico para un temblor—. ¿Cómo te encuentras, lindo? No te vi en todo el día y Jisung extrañamente se quedó acostado toda la tarde.
¿Acostado? Pensé que la cosa iba solo con evitarme a mi, pero al parecer quería un día para si solo.
—Estoy bien, mi madre les manda saludos a ambos.
Hyunmin se giró hacia mi, riendo.
—Dile a tu madre que cuando quiera se pase para acá para tomarnos algo, hace falta su junta.
Asentí, curvando las comisuras antes de que Shiah se girara hacia mi.
—¿Acaso están peleados?—preguntó curiosa, yo negué con las manos.
—Tesoro, no seas metiche. Además, no creo que sea el caso, ¿verdad, Jaemin ssi?—levantó su ceja hacia mi.
—Ahora quien es el metiche—su esposa lo codeó antes de que este pudiera rodearla por los hombros, besando su casco—. Tu tranquilo, Jaemin, tu sube a hablar con Jisung. Nosotros mientras iremos a comprar algo para la cena en lo que intentamos alegrarle el ánimo al niño.
—Supongo que sabes cual es el plato escogido...
—Pollo frito y pizza—respondí riendo. Conocía demasiado a Jisung.
Hyunmin asintió, aplaudiendo.
—Era de esperarse del mejor amigo de Jisunggie. Bueno, Jaeminnie, nos vemos al rato... ¿verdad? ¿Te quedarás?
Reí, subiendo los hombros restándole importancia.
—Ni aunque Sunggie me eche me voy, se los aseguro.
Sonrieron fraternales antes de abandonar por la puerta.
Una vez solo suspiré, animándome mentalmente. Solo tenía que decirle la verdad a Jisung, ¿no? Era sencillo, le preguntaría la razón de su actitud esquiva y seguramente nos quedaríamos jugando en su consola el resto de la noche.
Sí, era fácil. Justo como lo había dicho el señor Park, Jisung y yo éramos amigos, los mejores. Era de esperarse.
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Hush➳JaeSung; NCT
Fanfiction❝Jaemin nunca había probado lo mal que sabía el silencio, hasta ahora.❞ ↬romance/comedia/fluff ↬homosexual (jaemin x jisung) ↬capítulos cortos ↬escenas y lenguaje explícito [ bemycorean© | 2020 ]