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Dejé las cosas sobre la isla, deteniéndome en el lavabo, donde llené con agua un vaso, antes de dejarlo también.

—¿Quieres agua?—le pregunté, asustándolo.

—No, no, gracias, estoy bien.

Asentí, caminando hasta los cajones, donde logré sacar una de mis ya tan conocidas pastillas. La introduje en mi cavidad bucal y simplemente la pasé con agua, bajo la atenta mirada de Jisung.

—No sabía que la seguías tomando...—comentó, ensimismado.

—Hay muchas cosas que no sabes, Jisung.

Eso al parecer lo dejó sorprendido, puesto que no supo que responder.

No era mentira, había muchas cosas tanto en el mundo como en general, que él no sabía. Supongo que él lo asimiló como si hablara de mi, como si no me conociera realmente, y, después de todo, no estaba totalmente errado.

Formó un puchero antes que mi madre entrara a nuestro campo de visión.

—¡Jisung ah! ¡Tanto tiempo! Hace días que no te veía. ¿Cómo has estado, cielo?—abrazó a Jisung por los hombros, consiguiendo una sonrisa tímida en respuesta.

—Bien, he estado bien—fingió una risa, asintiendo.

Al parecer mi madre se percató de mi mueca plana, puesto que acto seguido se separó de Jisung, captando el ambiente tenso.

—Ustedes dos, niños, tienen cosas que solucionar. Así que, mientras conversan, yo saldré, ¿correcto? Y no se va nadie hasta que no resuelvan este asunto. Los veo al rato—terminó de decir antes de abandonar rápidamente.

Definitivamente había cosas de que hablar con Jisung, pero no me sentía realmente preparado, menos aún que recién me estaba haciendo la idea de que nada volvería a ser como antes entre nosotros, y por ello, sentía que si hablaba un sollozo escaparía de mi garganta y simplemente me quebraría.

Me senté en un de las sillas del mesón, dejando caer mi peso sobre mis codos, apoyados en la isla. Estaba expectante, jamás esperé que Jisung se fuera a presentar en mi puerta.

—¿Querías hablar? Te escucho.

Él pareció tímido, achicándose en su lugar y balanceándose con sus pies. Sus manos formaban un ovillo a la altura de su cadera y sus labios formaban un puchero; realmente se estaba planteando lo que iba a decirme y eso me molestaba, porque mientras más estaba enfrente mío más sentía que me costaría mantener mis sentimientos bajo control.

—Hyung... yo...—comenzó, dejando la frase en el aire.

Tenía que mantenerme firme, así que simplemente lo empujé a contarme.

—Si no vas a decir nada, Jisung, es mejor que te vayas. Tengo cosas que hacer—lo corté.

Era mentira, pero él no lo sabía, y si lo sabía mejor aún puesto que se decantaría por una opción más rápido.

—Hyung, no, yo en verdad quiero...—volvía a trabarse.

Esto me estaba haciendo mal.

—Jisung, en caso de que no lo sepas, estoy comenzando un proceso y realmente no quiero que se vea afectado con tu visita, no porque quieras jugar de nuevo al "mejor amigo"—formé comillas con los dedos—. Si realmente viniste a ver cómo estaba o directamente a saludar no tienes porqué seguir aquí, puedes irte. De verdad yo...—fue su turno de cortarme.

—¡Dios, Na Jaemin, déjame hablar!—me gritó.

Me quedé estático, sin saber que decir. Como primer punto me había gritado, y nunca había oído ese tono en su voz. Como segundo punto me había gritado informalmente y eso me descolocó. Jisung casi siempre me hablaba informal, pero siempre me preguntaba antes y de pronto creí que ya no sentía hacia mi.

—Lo siento—finalizó.

Hice como un pez, abriendo y cerrando la boca antes de dignarme a responder.

—¿Lo sientes por gritarme?

—No.

—¿Por hablarme informalmente?

—No...

—Ah, bien, ¿entonces lo sientes por desaparecer de un día para otro de mi vida?—me levanté de mi lugar, acerándome peligrosamente a él.

Sentía que mis emociones se desbordaban y de pronto ya no podía controlarme, por lo que todo comenzó a salir, todo aquello que me impedía dormir por la noche y lo que me había convertido en la egoísta persona que era.

—Yo...—quiso contestar en vano.

—¿O acaso lo sientes por bloquearme? ¿Por no dejarme verte?

—Hyung...

—¿Lo sientes por mentirme al decir que estabas indispuesto y meter a tus padres en medio? ¿Lo sientes por sacarme de tu vida de golpe y simplemente deshacerte de mi?

—Jaemin—soltó una vez mi frente chocaba con la suya, su mirada se mantenía gacha y sus manos se habían aferrado a mis hombros, intentando empujarme.

Una de mis manos encerró su muñeca, mientras la otra se aferró en su nuca impidiendo que se separara.

—Dilo, Jisung. Dime, ¿por qué lo sientes? Solo dilo y te dejaré libre, ya no te molestaré y podrás rehacer tu vida sin mi. Si lo que quieres es que desaparezca bien, lo haré, solo dime por qué—sentía unas lágrimas salvajes acumularse en mis ojos, pero no las dejé escapar.

Tenía rabia, miedo y me sentía más impulsivo que nunca. Seguramente si mi psicóloga me viera en este estado me derivaría a un psiquiatra.

Fue entonces cuando me empujó lejos, tanto que casi me hizo caer sobre la silla nuevamente.

Me afirmé del mesón, tratando de comprender la situación y porqué parecía más enojado que nunca.

—¡Por todo, Jaemin! ¿Bien? ¡Lo siento por todo! Lo siento por... cómo te traté, como te saqué de mi vida, como te hice sentir... Lo siento por todo lo que te he hecho sufrir hasta ahora... ¡Pero no lo sabía, hyung!—escupía las palabras como un vomito verbal, lo sacaba todo de su pecho y se estaba finalmente desahogando.

Suspiré extenuado.

—¿Saber qué?

—Que estoy loco por ti, Na Jaemin.


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Hush➳JaeSung; NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora