¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
No sabía lo celoso que era hasta que empecé mi último año de clases.
Nada comenzó fuera de lo común: acto de presentación, saludos para último año, discurso de profesores... Todo dentro de lo esperado, básicamente, por lo cual la mañana se me pudo haber hecho más aburrida de lo previsto.
Nada más poner un pie en el colegio corrí a los brazos de mi ser amado, donde lo llené de besos bajo la atenta mirada de todos los estudiantes y profesores.
No pude evitarlo, ¿correcto? No vi a Jisung en más de una semana, debido a que estuvimos ambos ocupados con temas de la escuela. En mi caso me refiero a reintegrarme a terapia y en caso de Jisung comprar materiales y renovar su uniforme, ya que de pronto había crecido unos centímetros y no le entraba nada, incluso tuvo que renovar todos tus zapatos, por lo cual lo me lleve con más de un par que no usaría nunca más.
No fue hasta el recreo del primer día que algo dentro de mí se removió. Había ingresado un nuevo alumno al curso de Chenle, uno llamado Jung Sungchan que, además de medir más de un metro ochenta a sus cortos 17 años, parecía ser el hombre más guapo del colegio.
Las chicas que suspiraban por él no estaban del todo equivocadas; era todo un sueño. Era alto, guapo y carismático. Parecía que atraía todo a lo que se acercara y por ende mejoraba el ambiente con solo su sonrisa.
¡Inclusive sus dientes disparejos le otorgaban un toque encantador!
Era, sinceramente, demasiado para digerir.
Por ello, cuando Chenle llegó al grupo, acompañado de un alegre Jisung, quien sonreía de oreja a oreja a causa del nuevo; solo sentí mi sangre hervir.
No lo pensé mucho y simplemente me acerqué a mi novio y me colgué de su cuello, formando un puchero intentando llegar a su altura. El estirón que se pegó Jisung definitivamente fue inesperado. Era como si de un día al otro hubiera pasado el metro ochenta y por ende ahora yo parecía ser menor que él.
Se veía más maduro, a pesar de aún seguirme abrazando por las noches cuando escuchaba ruidos extraños y se asustaba. Claro aproveché la situación al máximo, y, si ya antes lo consideraba lindo ahora por seguro era aún atractivo y eso necesitaba hacérselo saber, por lo que me dedicaba a obtener su atención por medio de unos cumplidos algo fuera de lo común, más en público.
—¡Oppa!—abracé a Jisung con mis brazos y piernas, consiguiendo un reclamo vergonzoso de su parte—. ¡Si estás tan guapo hoy día! ¿Cuando me propondrás matrimonio? No puedo esperar para que seas totalmente mío—refregué mi mejilla con la suya antes de que pudiera soltarme.
El grupo ya estaba acostumbrado a este tipo de cosas, menos el nuevo Sungchan, quien contemplaba divertido la escena.
—Oh, eres Na Jaemin, ¿cierto? ¿Estás saliendo con Jisung? ¿Eres menor que nosotros?