xvi.

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Nunca supe cuando sucedió, sin embargo ahí estábamos todos, jugando una extraña mezcla del nunca nunca y verdad o reto. Todos a medio beber. Y digo "medio" solo porque Mark, Jisung y Jeno no habían probado ni una gota de alcohol, y apostaba a que no lo harían.

El juego consistía en algo así de que, en caso de verdad, tenias que responder y si no te creían eran obligado a beber. Lo mismo con el reto; si no lograbas cumplirlo te tocaba beber.

Había gente, como Jeno, que hizo todo bien, así que no tuvo necesidad siquiera de beber. Y hablo en serio cuando digo que lo hizo todo bien, incluso había caminado con las manos por todo el patio.

También había gente como yo que no tenía suerte y era obligado a beber en todas las rondas.

—Jiwoo, te reto a besarte con Heejin—soltó Jisun ya a quien sabe qué número de ronda.

—¡Oye! Pero que Jiwoo y Heejin tienen novios—río Chaewon, deteniéndola.

—Mark, ¿te importa?—Jisun volvió a él.

—Bueno...

—¿Ven? Dijo que no—lo cortó.

Y así se iba desarrollando la velada. Que decir, Heejin, Haechan y yo bebíamos cada que teníamos oportunidad así que nuestro estado anímico definitivamente, para bien o para mal, había evolucionado.

—¡Jaemin! ¿Verdad o reto?—era Haechan. Lo conocía como la palma de mi mano, así que supuse enseguida que si decía "verdad" le daría permiso para revelar mi secreto, así que lo esquivé.

—Reto.

—¡Te reto a decir la verdad!—gritó levantándose de su lugar, ganando risas de todos.

—La verdad—le saqué la lengua, tomando mi vaso al seco posteriormente.

Me aseguré de emborracharme lo más rápido posible. Ya ni siquiera me importaba que mi madre estuviera a metros de mi, dentro de la casa. Simplemente necesitaba olvidar que besar a mi mejor amigo era lo mejor que había hecho en mucho tiempo.

No era la primera vez que me emborrachaba, claro que no, esa fue cuando tenía catorce y tomé el vaso de mi abuela pensando que era gaseosa. No sabía mal así que bebí al seco aquella vez, claro no fueron necesarios ni diez minutos y yo ya me había desmayado a medio salón.

Y la situación no era muy distinta ahora. Me había enterado que era de esa clase de borrachos que aguanta solo dos vasos y medio (en todo caso apenas si tenía diecisiete años, tampoco podía ser una máquina de resistencia y menos con mi complexión), y que después, en vez de ponerse melancólico, cariñoso o enloquecía, simplemente le daba sueño.

Dejé caer mi cuerpo hacia el lado, soltando un eructo. Traté de apoyar mi cabeza sobre las piernas de Chaewon, pero al instante supe que se trataba de Jisung, así que simplemente fingí no darme cuenta.

Me acomodé un par de veces sobre su regazo, con los ojos entrecerrados y doblándome en posición fetal, tratando de encaramar los pies sobre la persona al otro lado del banco, quien seguramente era Jungwoo.

Jisung se removía incómodo bajo mi peso. Parecía conmocionado, un vacío entre la desilusión y tristeza. Sus labios estaban en una "u" invertida y sus cachetes resaltaban en su rostro. Era como si quisiera sacarme de encima pero a la vez no. Casi como las dudas que tenía yo día a día, pero minimizadas en un mil por cierto.

Mi mano subió a su rostro, apretando uno de sus cachetes con mis dedos. Sus ojos bajaron, encontrándose con los míos. Alzó la ceja, confundido, y yo en respuesta solo pude inclinar la trompa, regalándole un beso imaginario.

Y de ahí no recuerdo más. Aunque seguramente fue mucho, mucho peor.

Nada más despertar en la mañana me di cuenta que la resaca era monumental. Mi madre llegó enojada, pateando la puerta y adentrándose con un par de pastillas y agua.

—No se por qué el escándalo, mamá. Apenas y sí bebí dos vasos...—me refregué los ojos antes de tomar la aspirina.

—De esos te acuerdas. Si supieras todo lo que hiciste no te darían ganas de volver a emborracharte. Estás castigado.

Me prohibió salir por dos semanas si no que algo más. Una vez me vio chatear con el móvil me lo sacó de las manos y me ordenó limpiar mi habitación y después trapear el baño.

¿Cómo es que mi cuarto se desordenaba tan rápido? Si había algo que odiaba con mi ser era limpiar, y ahora tendría que hacerlo por tiempo indefinido hasta que mi madre me perdonara.

Pero nada. No era ni posible ni viable. Ni con la borrachera de anoche logré olvidar como los labios de Jisung parecían encajar a la perfección con los míos (y estos parecían ser los únicos, porque Chaewon... nada). Como jadeaba bajo mi tacto y como su cuerpo se encendía con la misma intensidad de un motor.

Mis dedos llegaron a mis labios, recordando el último beso con dolor. Y es que yo ya no tenía salvación. Necesitaba hacer algo con este silencio que empezaba a devorarme por dentro.


 Necesitaba hacer algo con este silencio que empezaba a devorarme por dentro

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che como andan?

Hush➳JaeSung; NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora