xvii.

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Salí al patio una vez el timbre sonó, encontrándome con Haechan acompañado de una bolsa y unos lentes oscuros.

—¿Y eso?—señalé ambos objetos.

—Ah, sí, mi padre nos trajo estos helados de su viaje, te vine a dejar unos.

—Qué lindo gesto, agradécele de mi parte—me acerqué al portón con la intención de abrir, luego recordé que estaba castigado, así que simplemente decidí dejar caer mis manos a mis costados—. Tendremos que hablar sobre la reja, me tienen secuestrado.

—Toma—me tendió la bolsa, cosa que acepte y enseguida abrí una de las paletas—. También estás castigado, por lo que veo—bajó sus gafas y pude ver unas ojeras inmensas.

—Solo a nosotros nos pasa. ¿Sabes si a Heejin la castigaron también? Nuestro intento por no llamar la atención fue en vano—lamí del helado, sintiendo un agradable sabor a limón y albahaca.

—Nah, Jeno la llevó a su casa anoche, pero estaba casi durmiendo. No sé si la habrán descubierto, me quitaron el móvil.

—Nuestras madres comparten la misma neurona—reí y el asintió apretando los labios—. ¿Recuerdas algo de anoche? Según mi madre hice varias cosas, pero no logro acordarme de ninguna. Recuerdo que me desmayé sobre Jisung.

Haechan carcajeó antes de responder.

—No solo te desmayaste sobre Jisung. Después, de una patada, volcaste la mesa del patio.

—¿¡Qué!?

—Que sí. También trataste de tocar el abdomen de Jaehyun, y Heejin y tu y yo tuvimos un beso.

—¿Cómo? ¿De a tres?—pregunté y el asintió.

Volví a lamer mi paleta, definitivamente no me acordaba.

—Bebiste más de lo que crees, Nana. También uno de tus sueños se cumplió, ahora todos saben que Jisung y tú se tienen ganas.

—¿Y eso por...?

—¡Lo besaste frente a todos...! O él te besó a ti... no lo sé, la cosa es que todos lo vieron.

Mi pulso se detuvo.

—¿Mi mamá lo vió?—volví hacia él, metiendo de una estocada la paleta en mi boca. Estaba empezando a chorrear por el insoportable calor y me rehusaba a que se me cayera.

Levantó los hombros.

—Ni idea. ¿Pero sabes quien si lo vio? Mi mamá.

—Estoy jodido. Seguramente le contará a mi madre y ya no seré capaz de volver a tocar a Jisung por "inmoral"—formé comillas con los dedos—. ¿Te ha dicho algo?

—Para nada. Esa señora también estaba algo bebida, así que dudo que lo recuerde. De todas maneras, si te hace sentir mejor, me aseguraré de saber si se acuerda.

—Gracias...—solté en un suspiro.

Volví a lamer lo que quedaba de helado, pasando mi lengua de arriba a abajo cuando vi a alguien al otro lado de la calle.

Jisung yacía plantado en medio, con dirección en mi casa cuando su mirada chocó la de ambos. Parecía tímido y sus ojos estaban achinados de una manera tan alegre que sentí mi corazón fundirse.

Vestía unos jeans ajustados, arremangados hasta sobre los tobillos y unas zapatillas cortas. Su parte superior la mantenía simple, con una camisa blanca de béisbol, de esas mismas que yo solía sacarle cada que me quedaba en su caso. Su ropa era totalmente su estilo, y aún así supe apreciar que se veía distinto que cualquier otro día.

Empezó a acercarse con una sonrisa de oreja a oreja a nosotros y sentí mi rostro colocar.

—Nos vemos luego, Nana. Seguramente cuando el confinamiento termine—me besó el cachete por sobre la reja antes de girarse a Jisung—. Hola y adiós, Sunggie.

—Hasta pronto, hyung—hizo una mini reverencia, antes de que Haechan abandonara y antes que el menor girarse hacia mi—. Hola, Jaemin.

—Hola, bebé. ¿Qué haces por acá?—le sonreí, aferrando mis manos sobre la reja posterior a dejar el palito en la bolsa.

—Te estaba hablando y no respondías. Mi madre dijo que te habían castigado, así que vine a verte—sus manos abrazaron las mías, dedicándome la sonrisa más dulce que pudo haberme regalado.

—Es así. Nada más despertar me quitaron el móvil y he sido obligado a limpiar toda la mañana—formé un puchero, acerándome a él.

Me sonrió antes de pellizcarme la mejilla.

—Pobrecito, te tienen solo para los mandados, Nana—siguió pinchando mi cachete.

Mi rostro se refregó contra su mano, probando que sus dedos acariciaran mi piel.

—Mm...—le di la razón e hice un intento de aegyo, cosa que lo hizo reír.

—¿Hay algo que pueda hacer por ti?—sus nudillos subieron y bajaron sobre mi mejilla, acariciando con delicadeza y haciéndome preguntar en mi interior si no estaba soñando.

—Además de intentar que me bajen el castigo, hay muchas cosas que puedes hacer por mi...—mordí mi labio inferior.

Volvió a sonreír, acercándose más a mi.

—¿Cómo cuáles cosas, dices tú?

—Tu sabes qué cosas—susurré con una sonrisa sobre sus labios.

Dejó un piquito sobre mis labios, acto seguido abriendo el portón desde fuera y adentrándose a mi casa, dejándome perplejo.

—Veré que puedo hacer.

Dios, estaba loco por Jisung.


me encanta lo soft de este cap por favor dígame que no soy la única a la que le pasa

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me encanta lo soft de este cap por favor dígame que no soy la única a la que le pasa

Hush➳JaeSung; NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora