Tragué sonoramente, preguntándome si no lo estaba soñando.
Me senté, apoyándome con mis brazos, encontrándome a la altura de Jisung, quien seguía sin emitir palabra.
Decanté por lo simple.
—¿Y eso?
Bueno, eso había sido demasiado simple de mi parte, sobretodo para nombrar a su erección.
Sus hombros se elevaron unos segundos, queriéndome decir que no tenía idea alguna.
—La carne es débil—soltó luego de unos instantes compartiendo miradas.
Negué riendo, acomodándome sobre el lugar.
—¿Solo puedes decir eso?—inquirí.
—Bueno... tú estás peor—señaló con su dedo.
Eso me hizo reír de nuevo. Le acaricié el casco con cariño.
—Touché.
Estuvimos unos segundos más, sentados en absoluto silencio buscando una opción más viable que una paja mutua.
O bueno, ahora que lo pensaba no era tan descabellado... ¿verdad?
—Jisunggie—llamé su atención con delicadeza y volteó hacia mi—, ¿quieres que te ayude con eso?
Sus ojos se abrieron como platos, haciendo al igual que un pescado con la boca.
—¿Qué?
—Que si quieres que te ayude con tu problema. Como tú hyung debo cuidar de ti, y ayer no te cuidé como debía—me acerqué más a él, con una sonrisa en mi cara.
—Jaemin hyung, ¿no es extraño?—sus manos afirmaron mis hombros.
Junté nuestras miradas, apegándome aún más a su rostro.
—¿Por qué tendría que serlo? No es muy diferente de lo que estamos haciendo estos días.
Sus labios formaron un puchero, y supe que se lo estaba planteando seriamente.
—¿Temes que afecte nuestra amistad? Que yo recuerde tu y yo ya habíamos hablado sobre esto. Nada va a cambiar entre nosotros, bebé, tienes que saber eso—por más que me doliera yo había hecho un compromiso con él. Nada de esto destruiría nuestra relación.
Lo sentí tragar con dureza, apretando sus ojos con fuerza. Luego de unos instantes negó con la cabeza, aunque no sabía a qué se refería del todo. No sabía si le decía no a mi propuesta o a nuestra amistad, así que dudé en continuar.
Abrió los ojos nuevamente, soltando su agarre de sobre mi. Suspiró extenuado, no sabía qué clase de cosas rondaban su cabeza, sin embargo no debían de ser simples, a juzgar por cómo sus ojos me contemplaban.
Una de sus manos llegó a mi nuca, atrayéndome a él. Me sorprendí un momento, antes de fundirnos en un beso, y eso se debió a que fue distinto a todos los demás.
Sus labios acariciaban con suavidad los míos, con un mínimo movimiento nada más que dulzura. Aquel lo recuerdo como el beso más lindo que Jisung me había dado, de todos.
Ya no solo se trataba de nuestra amistad, él intentaba hablarme, explicarme, contarme todo en sus pensamientos sin la necesidad de hablar.
Lastimosamente yo no era tan listo como él creía, así que una vez se separó, con los ojos brillantes y una mueca de tristeza en sus labios, no supe qué decir.
—No puedo hacerlo, hyung—soltó antes de separarse nuevamente de mi, dejándome perplejo—. Lo siento, hyung. No puedo.
Finalmente agarró sus cosas y abandonó la habitación, y segundos después mi casa.
Eso no me lo esperaba, para nada.
De pronto me sentí horrible. Sentí como la comida se revolvía en mi estómago y como un nudo se formaba en mi garganta.
Llegué al baño como pude, limpiando el agua de mi nariz con mi brazo. Bloqueé la puerta y me sostuve del lavamanos, contemplándome en el espejo.
Mis ojos estaban cristalizados, pero no sentía ganas de llorar. Mis cachetes estaban rojos, y mis labios inflamados. Mi cabello estaba despeinado y enredado, y lo único que atiné a hacer fue juntar agua en el lavamanos y hundir la cabeza.
Todo por olvidar este rato.
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habemos capitulo veinte, eso quiere decir que en menos de diez está el final
pregunta seria: en los siguientes capítulos puede que haber escenas subidas de tono, así que les pregunto si les gustaría leer relaciones sexuales explicitas o algo mas implícito, cosa que haya que inferirlo, todo depende de como lo quieran, ustedes mandan
