Nunca supe cómo lo logro Jisung, pero me habían bajado el castigo.
Bueno, no del todo, pero de que él niño tenía poderes definitivamente los tenía.
Me había reducido un poco la condena, a ser tan solo una semana, y el móvil me lo regresaría. Eso sí sin salir, menos a jugar básquet o a la piscina de Chenle.
Era una cosa por otra, quería creer, de todas maneras Jisung había logrado quedarse conmigo en esa tarde, donde nos encerramos en mi cuarto a jugar videojuegos.
—Tu consola es mejor que la mía, Jisunggie. Aún no entiendo por qué insistes tanto en venir a jugar—me dejé caer sobre el piso, acostándome sobre mi costado y apoyando mi codo en el suelo, y mi rostro sobre mi mano, para así obtener una vista perfecta de la espalda de Jisung y del televisor.
Se mordió el labio, presionando el control con sus grandes manos. Parecía estar lo suficientemente concentrado como para no percatarse de que estaba haciendo esa cosa de las mejillas que me encantaba.
—Mi consola solo es más cara, y los juegos que trae igual. No tiene mucha ciencia, supongo que no es muy divertido jugar con ella yo solo. Además los juegos qué hay para la tuya tienen mejores historias.
—Sí ese es el caso puedes regalármela, yo encantado de jugar como isleño y tener a una zorra como vecina, o un zorro—bebí de mi refresco.
—Ah, sueña—volteó hacia mi, riendo—. Además creo que no hay zorros en el juego.
—¿Y que sí hay?
—Pues yo tengo a una gata, un mono y un pulpo, aunque depende de a donde viajes.
—Entiendo.
—¿Por qué las quejas? ¿Acaso te molesta que venga?
—Para nada, es más bien al contrario—me apegué más a él, abrazándolo con mi brazo libre—, después me cuesta despegarme de ti.
Río negando con la cabeza, antes de volver a su juego.
—Por cierto, ¿de que va este juego?
—Se supone que eres un robot contratado para investigar a otros robots que creen que son personas reales.
—¿Soy un detective androide? Que genial...
—Sí, y las historias cambian así que depende de las opciones que elijas—le acaricié el muslo con cariño.
—De acuerdo—volvió a concentrarse en el juego, de vez en cuando preguntándome por consejos.
Lo observé un rato, escudriñando cada parte de su espalda. No era tan ancha, pero seguramente lo sería. Jisung era más bajo que yo por poco, y a causa esas manos que tenía podíamos inferir que sobrepasaría el metro ochenta.
No sabía cómo tomármelo. Yo dejé de crecer a los dieciséis, hasta hace un año atrás. Según el doctor aún daba chance de estirarme, pero después de unos exámenes infirió que no más de tres centímetros de mi estatura actual.
Un sentimiento de nostalgia me inundó y supe que era tiempo de dejar de recordar al Jisung de doce años en mi cabeza, si no quería ponerme a llorar.
Jisung pausó el juego, moviendo los labios en un gesto que interprete rápidamente como estarse planteando algo.
—¿Qué sucede?—lo abracé hacia mi.
Se dio media vuelta, pensativo.
—El...
—¿El...?—lo incité a continuar.

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Hush➳JaeSung; NCT
Fanfiction❝Jaemin nunca había probado lo mal que sabía el silencio, hasta ahora.❞ ↬romance/comedia/fluff ↬homosexual (jaemin x jisung) ↬capítulos cortos ↬escenas y lenguaje explícito [ bemycorean© | 2020 ]