vii.

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Necesitaba aprender a sobrellevarlo, lo que sentía por Jisung.

Posterior a estar un rato decolorándonos el cabello ambos lloramos... bueno, no tan así pero estábamos a nada de hacerlo.

Una parte de mi hemisferio se reía con el aspecto de Haechan, el intento de rubio había quedado amarillo y tampoco lo era tanto, era un color demasiado apegado al mostaza para mi gusto. Mientras que, el hemisferio restante, sentía la migraña golpear con la misma intensidad de mi primera resaca. La sensación la relacioné rápidamente a cómo si me estuvieran prendiendo fuego el cabello, sin embargo pensé que si pensaba en algo la molestia se esfumaría, aún después de enjuagarme tres veces el casco. Era la primera vez que me teñía y ya estaba a una decoloración de la calvicie.

Me senté en la tina de Haechan, mientras él pasaba una toalla por su cabello frente al espejo. Ambos estábamos molestos pero a la vez nos causaba gracia. Pff, todo lo que hacen los adolescentes en un rato libre. Jungwoo, a diferencia nuestra (ya que él era un adulto, teóricamente hablando) llevaba un rato en la primera planta, con la excusa de comer algo.

—No sé porqué te hago caso en todo—se lamentó Haechan, sentándose sobre el inodoro.

Sonreí de oreja a oreja.

—Porque me amas—me colgué de su cuello, tratando de darle un beso en el cachete.

Me empujó con diversión, una vez logré mi cometido.

—Puede, pero no es recíproco—alzó una ceja.

Me giré hacia él sin entender, sintiendo un ruido en la planta baja. Seguramente su madre había llegado y se había topado con el alegre Jungwoo, y este, gracias a su naturaleza amigable, se había quedado conversando con ella.

—¿Y eso?—inquirí, desabotonado en totalidad la guayabera que llevaba puesta, dejando a la vista una musculosa que él me había dejado.

Se mordió el labio acercándose a mi. Abandonó su lugar se sentó a mi lado, llegando a mi oído.

—Porque tú amas a Jisung...

Sin más lo empujé sin mucha fuerza, sin embargo al estar ambos en la orilla de la tina se resbaló hacia atrás llevándome con él seguido de un sonoro estruendo.

No pudimos evitar carcajear. Ambos estábamos estancados en la tina, dejando tan solo nuestras piernas libres.

Escuchamos cómo corrían a la planta de arriba y en un dos por tres mi madre, la madre de Haechan y Jungwoo a medio mascar un sándwich entraban en el baño.

—¡Lee Donghyuck!

—¡Na Jaemin!

—¡Mamá!—soltamos Haechan y yo al unísono.

No fueron necesarios más de cinco minutos cuando mi madre me agarró por la oreja y me llevo directamente a la casa, acompañado de Haechan quien estaba en mi misma situación. Y Jungwoo claro no dejaba de reír.

No era una situación muy conveniente, es decir, Haechan y yo estábamos rubios, o un intento de, y era el rubio más pajoso que jamás en tu existencia habrías visto producto de hacer todo mal en la vida y en el proceso de decoloración.

Haechan y yo llegamos al estudio de mi madre y ambos nos sentamos en lo que esperábamos que nos arreglara la embarrada de nuestra vida.

Algo bueno salió de todo esto, y es que, además de no castigarme, mi madre me dejó quedarme rubio. Está demás decir que lo emparejó, dejando un tono cenizo grisáceo y además me tiño de un azul algunos mechones. Mientras que por el lado de Haechan, todos concordamos en que el rubio cenizo no quedaba para su tono de piel, así que lo oscureció un poco dejándole un tono castaño claro, algo acaramelado.

Todo eso pasaba mientras yo no dejaba de textearle y enviarle fotos a Jisung, quien no se molestaba ni siquiera en verlos.

Fue entonces donde caí en cuenta que en todo el día jamás me habló. Ya iban a ser pasadas las siete de la tarde y nada, ni una señal de vida. Probé llamarlo y la desilusión fue peor. Jisung no era así, menos conmigo, eso significaba que o estaba enojado o estaba sin internet, y el último caso no lo compraba, de no tenerlo vendría directamente a mi casa.

Algo se removió en mi estómago mientras más lo analizaba. Era obvio, la culpa era mía. Si tan solo no hubiera aceptado besarme con él no estaría en esta incierta situación.

Ciertamente estaba exagerando pero no podía evitarlo. Jisung era la única persona que podían controlarme, y, para bien o para mal, no me disgustaba. Él podía hacer todo lo que quisiera conmigo.


y así gente es como jaemin consiguió el cabello de la era de boom, ahora sigamos

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Hush➳JaeSung; NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora