Capítulo especial.

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UN AMOR DISPAREJO

Capítulo especial.

—Kiara Jacksyn—

—Dos años después—

Ha pasado un largo tiempo desde aquella vez donde cometí la locura de casarme con Nicolás en la fiesta de graduación, fue nuestra mejor locura de amor, los dos nos venimos a vivir a Colombia porque nos salió una gran oportunidad de trabajo que para nosotros fue lo mejor. Nuestra pequeña Keisy es una niña hermosa, ojos color café como los míos, pero con la misma mirada de Nicolás y su color de cabello castaño y lacio, le cae a los lados de la cara, tiene una sonrisa hermosa y siempre que sonríe se le hacen dos hoyuelos en sus mejillas. Hemos pasado momentos muy felices y también tristes, pero seguimos juntos porque nuestro amor sigue más fuerte que nunca.

La fundación que creó mi papá y la cual lleva mi nombre la hice crecer, gracias a Dios y a mi trabajo pude expandirla y ahora hay más de diez fundaciones que ayudan a las personas de pocos recursos que tienen alguna enfermedad terminal, ha sido muy bello todos los momentos que he pasado con todos los que hacen parte de la fundación porque tenemos secciones de rehabilitación para personas que les hace falta una parte de su cuerpo, este tiempo lo he disfrutado como ningún otro.

Mis amigos siguen siendo los mismos locos que conocí, solo que un poco más maduros, hace algunos meses no nos vemos porque no puedo estar viajando, tengo mucho trabajo en las fundaciones porque yo me hago cargo de la mayoría de cosas, pero hoy los veré, estoy en el aeropuerto junto con Nicolás y nuestra pequeña Keisy, estamos aquí para pasar vacaciones junto a nuestra familia, le hemos dicho que todos nos esperen en casa de mis papás que se casaron ya hace algún tiempo, le hemos dicho que le mandaremos una sorpresa, pero nunca le dijimos que la sorpresa somos nosotros.

—¿Mami, falta mucho para llegar? —la vocecita de Keisy me hace mirarla, Nicolás la lleva cargada y ella sonríe con alegría, lleva un vestido rosado que hace ver su piel más blanca—. Ya quiero ver a mis abuelitos, a mis tíos y a mi primita Marisol.

Sí es cierto, Milagros estaba embarazada y dio a luz unos meses después que yo, no sabía de su embarazo porque su periodo le llegaba normal, hasta que un día se puso mal y se enteraron de que estaba embarazada, es una niña muy hermosa, muy parecida a mi hija, pero de cabello rubio.

—Princesa, ya vamos a llegar y verás a todos —beso su mejilla—. Seguro Marisol estará feliz de verte.

—Claro, si no se pueden ver porque se olvidan que tienen padres —Nicolás le hace cosquillas y ella ríe a carcajadas—. Mis dos princesas, lo mejor que ha llegado a mi vida.

Seguimos hablando entre risas, Keisy es muy ocurrente y el pensar que cuando esté grande va a ser como el papá me da pavor, tiene un temperamento muy fuerte y eso que solo es una niña. Nos subimos al auto que hemos alquilado y Nicolás se pone en marcha, ya quiero llegar y abrazar a todos, los he extrañado mucho y creo que es hora de verlos. Llegamos a casa y se escuchan las risas desde adentro, saco la llave de mi bolso y abro la puerta, entramos y todos quedan sorprendidos al vernos.

—¡Primita Keisy! —la primera en reaccionar es Marisol y Oscar la baja de sus brazos, ya camina y eso que está pequeña todavía, pero es muy traviesa tanto como mi niña.

—¡Marisol! —mi hija reacciona de la misma manera.

—Hija —mi mamá me da un abrazo tan acogedor que me hace ser más feliz—. Nicolás.

—Señora Marcela —Nicolás le da un abrazo y luego saluda a sus papás—. Los extrañé.

—Chicos, nos hubieran avisado que venían, así los hubiéramos ido a recoger —Dulce nos da un beso en la mejilla—. Cómo estás de guapa, y esa niña tan hermosa.

—Muy hermosa —musita Aron.

—Claro, salió a la tía Sacha —mi amiga nos saluda y luego le da besos a mi hija—. Estás hecha toda una hermosura.

—Gracias, mis papis siempre me lo dicen —Keisy le sonríe.

—Vaya, salió egocéntrica como el tío —Josiah le sonríe—. Pero así debe ser, preciosa.

—Me alegra que estén aquí —Milagros nos hace sentar—. Ya era hora que vinieran a visitarnos, nos tenían olvidados.

—Claro, como ahora son tan importantes ya no quieren venir —bromea Oscar soltando una risita—. Pero no se van a deshacer de nosotros por ahora, a donde vayan ustedes iremos nosotros.

—Te extrañé —Thomas me da un abrazo y luego le extiende la mano a Nicolás—. Bienvenidos.

—Veo que les ha convenido estar por allá en Colombia — Robi nos sonríe—. Pero me alegra que ya estén aquí, así sea por vacaciones.

—Los hemos echado de menos —Melisa se nos acerca—. ¿Para cuándo el segundo bebé?

—Para el año de las bombas —le digo entre risas—. Con Keisy nos basta.

—Así de quieta será —Daniel se ríe—. Se nota que es tremenda, pero hermosa.

—Va a ser hermosa —comenta Diego—. Ya los imagino a ustedes echándole a los pretendientes.

—No hablemos de eso —el señor Steel nos hace reír—. Nuestra nieta será monja.

—Mira, mejor cállate y no digas lo que no es —su esposa le da un golpe que nos hace reír—. Ella hará con su vida lo que quiera.

—De acuerdo contigo —la apoya mi papá.

—Deberíamos de pasar a la mesa a esperar que nos hagan la comida porque acá las bellezas no avisaron que venían —Sofía nos abraza—. Todos juntos nuevamente.

—Hay que aprovechar estas vacaciones —comenta Brenda con su pequeña panza. Está embarazada y Josiah es el más feliz.

Nos vamos a la mesa y comenzamos hablar, nos contamos todo lo que ha pasado en estos tiempos, mis amigos son lo mejor que me ha pasado, mi familia me ha servido de apoyo y creo que así debemos estar siempre. Nada ha sido fácil, pero de igual manera seguimos en la lucha porque todos tenemos sueños por cumplir y los cumpliremos juntos, nuestra amistad es tan fuerte que nada podrá alejarnos por mucho que estemos en otra parte del mundo. Mi corazón siempre le va a pertenecer al mismo chico porque no importa el tiempo que pase, él siempre será mi amor disparejo.

Un amor disparejo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora