•『 Gato de la fortuna 』•

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Servamp

(Esto es un experimento, perdonen los errores ;b)

Supersticiones, creencias sin fundamentos científicos y respaldadas por ideas mágicas. Ajenas a la opinión o a una religión, sólo fé en la buena y la mala fortuna.

Algunas personas ya no creen en esas cosas más allá de ser juegos para niños o recuerdos de la infancia, aquello era lo que te apenaba. Alargando tu perspectiva después de la nostalgia o de la melancolía en tu situación actual, siempre fuiste fiel a que algunas cosas traen consigo energía negativa, tanto que pueden arruinar un día casi perfecto. No hay explicación, simplemente pasan, eran sencillas y concisas, sin secretos o acuerdos entre líneas. Sólo una oración que había abandonado el papel arrugado donde había sido escrita.

Esa era la mejor parte, ¿por qué la gente busca darle una explicación a algo así? Eran más tontos quienes querían tener una respuesta para todo que los que simplemente disfrutan del misterio, o al menos eso pensabas diariamente cuando lanzabas sal sobre tu hombro para luego ser el centro de atención. Miradas curiosas y preguntas interminables, eran demasiadas.

Aún así era una razón que no quieres aceptar, pues de alguna forma rompería el orgullo que cargas contigo. En un brazo llevas tus creencias y en el otro un sentimiento sin nombre, pesado y molesto, pero que se aferra a ti y al que te aferrabas también.

Pero incluso cuando el pelaje negro de aquel gato te gritaba que sólo serían problemas innecesarios no pudiste ceder ante la culpa. La ventisca helada característica de la época se colaba entre tus ropajes y las gotas que caían poco a poco amenazaban con una tormenta, no serías aquel cruel estudiante que dejaría a un animal indefenso en medio del clima despiadado y, por lo mismo, te tragaste aquella creencia para tener el valor de tomar entre brazos a aquel gato negro que se escondía de la multitud. Tu aliento formó una nube frente a tus ojos y te diste cuenta de lo nervioso que estabas, las manos temblorosas alcanzaron el pelaje que subía y bajaba por la respiración del animal en un ritmo lento, seguiste siendo precavido hasta tomarlo y casi de inmediato lo escondiste entre el enorme abrigo que le habías robado a tu padre esa mañana.

Un gato negro se cruzó en tu camino, sin una forma de saber si traía consigo una maldición o una recompensa por la buena obra. También podría ser un gato común, callejero, y por las fechas seguramente víctima de las personas que los adoptan por Halloween para luego ser echados sin remordimiento alguno. Un mundo de posibilidades donde sólo una sería la correcta, tal vez la tentación comenzaba a pesarte, el indagar suena mejor si esperas algo después de tanto esfuerzo.

[...]

—No te preocupes, todos tenemos momentos así. Sólo no fue tu día.—

"No fue mi semana." Piensas, el mal humor empeora cuando el líquido trasparente y frío alcanza tu mejilla, ardiendo sobre el moretón que ocupaba gran parte de tu rostro.

Te habían asaltado.

—¿Por qué no me dijiste que habías dejado dinero en mi abrigo? Esos idiotas creyeron que les mentí cuando dije que no traía nada.—

—Sería tu buena suerte del día, piénsalo, encontrar dinero entre la ropa es asombroso— Desde tu lugar en el sofá hasta cuando se gira para tomar otro algodón, él siempre fantaseaba.—. Quería animarte, veo que fue una mala idea. Lo siento.—

-≫One Shots; Male!Reader 《¡Varios!》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora