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Miré por la ventanilla del coche. El cielo estaba empezando a nublarse. Sentí un escalofrío recorrerme el cuerpo entero. No estaba dispuesta a soportar más tormentas, no cuando había estado gastando toda el agua del mundo llorando a mares en mi habitación como una idiota.

—La Universidad es una gran oportunidad para conocer gente nueva —dijo mi padre, de repente, supuse que para cortar el silencio—. Seguro que te lo pasarás genial.

Asentí con la cabeza, sin dejar de mirar por la ventana.

La despedida con Sophia había sido horrible. Me había hecho sentir tan mal como si la dejara abandonada en la cuneta de una carretera. Había llorado a mares, diciéndome que me llamaría cada día para decirme con cuántos chicos se había acostado, me había hecho reír. Ryan y Jay se habían despedido de mí con unos cuantos abrazos cortos y secos. En cuanto a Logan...

No, no quería pensar en ello.

—¿Sabes? —mi padre intentaba sacar conversación de cualquier forma posible—. He conseguido meter a esos tres imbéciles entre rejas. Al parecer, tenían más asuntos turbios de los que pensaba; habían estado traficando con drogas y con armas durante mucho tiempo.

—¿Por cuánto tiempo?

—Tienen un máximo de diez años, claro. No creo que los dejen durante más de cinco, de todas formas. Sólo les servirá como escarmiento.

Asentí con la cabeza.

—Aunque le debemos mucho al muchacho que llamó a la policía.

Enarqué una ceja.

—¿A quién?

—Mhm... No recuerdo cómo se llamaba. Iba acompañado de una chica. Trabaja contigo.

Seguro que eran Ryan y Sophia.

—¡Ah, sí, ya lo recuerdo! —sonrió ampliamente—. Se llamaba Connor, y era el hermano de uno de ellos. La chica creo que se llamaba Abigail o algo así.

—¿Qué? ¿El hermano de uno de ellos?

—Sí, del rubio —mi padre le restó importancia—. Si no fuera por lo que traía, no habríamos sido capaces de obtener pruebas suficientes para encerrarlo.

—¿Qué era? —pregunté, interesada.

—Un Pen Drive con muchas cuentas del rubio. Al parecer, había estado metido en muchos asuntos turbios antes de todo esto y los había estado capitulando en ese pen. Tenía la esperanzade que nadie lo encontrara, pero el chico explicó que lo había encontrado en su coche.

Así que eso era lo que había estado buscando Ethan esa noche... Creía que yo lo tenía.

—El chico estaba bastante interesado en que lo consiguiéramos.

—Lo imagino.

No podía imaginar a Connor siendo hermano de Ethan, o a Abigail ayudándolo a conseguir pruebas para meterlo en la cárcel. No comprendía nada.

—¿Estás nerviosa? —preguntó mi padre de repente.

—Si sólo vamos a rellenar el formulario —sonreí.

—Pero mañana empezarás la Universidad. Es una nueva etapa de tu vida, ¿no tienes curiosidad por conocer gente nueva? ¿Amigos? ¿Amigas? Eso sí, cuidado con los chicos, los pijos son los que menos me gustan.

Reí amargamente. No quería pensar en chicos.

Logan...

No, tenía que borrarlo de mi cabeza.

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