Desde la fiesta, no sé por qué, he estado más tiempo con David y sus amigos que con Melanie y Jesse.
No me malinterpreteis, sigo viéndome con mi mejor amiga. Sobre todo por las tardes en casa de una u otra, o en el centro comercial. Lo cierto es que en clase cada una va a su rollo.
El caso es que he estado mucho tiempo con David, Erik y Riley. Ah, y Doug, un amigo suyo que solo viene a clase cuando le apetece. Creo que le he visto una vez en lo que llevamos de curso. No lo parece, pero es simpático. Pero los que me caen mejor son Riley y Erik. Son muy simpáticos conmigo. Riley me defiende cuando ellos se ríen de mí —es decir, siempre— y Erik me hace reír. Me he metido en su grupo sin siquiera darme cuenta.
De hecho, ahora mismo estoy sentada con ellos en la cafetería.
—Pero, ¿cómo puedes preferir a Batman antes que a Superman? —le pregunta horrorizado Erik a David.
—Superman es un guaperas metido en un traje ajustado. Nada más.
—¡Y Batman es solo un millonario aburrido!
—Pero Superman no tiene el Batmóvil, que es lo mejor del mundo.
—No, ¡porque no lo necesita, sabe volar!
—Pues yo prefiero a Ironman —señala Riley, tomando su sándwich.
—¿Y tú? —me pregunta David. Creo que quiere un punto de apoyo.
—¿Entre Batman y Superman?
Asiente con la cabeza. Erik y él me miran fijamente, como si mi opinión marcara el punto final de la discusión.
—Yo prefiero la mujer maravilla —digo, encogiéndome de hombros.
—No te librarás tan fácilmente, mujer maravilla —David me tira de un mechón de pelo, sonriendo—. ¿Cuál?
—Mhm...
La verdad es que mi hermano está enganchado a este tipo de películas, así que conozco mejor el tema de lo que me gustaría.
—Batman.
—¡Ja!
—¡Venga ya!
David se está riendo de Erik, mientras él me fulmina con la mirada y Riley sonríe.
—Son como dos niños pequeños —me dice.
Al cabo de un rato de discusión, debemos volver a clase. Casi me caigo de la silla de la impresión cuando, al ponerme la bata de laboratorio, veo que alguien se coloca a mi lado. Es April, la nueva novia de Jesse. Ni siquiera me había fijado en que iba a esa clase conmigo, pero la bata le sienta de maravilla. Como todo. Se ha recogido el pelo oscuro en un moño y veo que tiene los ojos castaños delineados. Perfecta y estúpidamente delineados.
—Hola —me saluda, alegremente.
—Hey —respondo, no muy segura de qué carácter adoptar.
—Hoy no has venido a nuestra mesa a la hora del almuerzo —me dice.
¿Y a ti que más te da?
—No —frunzo el ceño.
Nunca antes se había acercado a mí. Ni siquiera a saludarme. ¿Y ahora se comporta como si fuéramos amiguitas?
—Veo que pasas mucho tiempo con David Walker.
Esta vez no respondo. Ya me cae mal de por sí, pero si empieza a hablarme de cosas que no le importan, me cae peor.
Y lo mejor es que me cae mal sin que siquiera la conozca. Qué queréis que os diga, no soy perfecta, no puedo evitarlo.
—Me alegra que lo hayas conocido.
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Cuando todo llegue
RomanceTodos odiamos el instituto, eso es un hecho. Pero cuando te llamas Katherine Crawford todo es peor, mucho peor. Si alguien me hubiera dicho que mi primer día en último año iba a ser así de malo, me habría quedado en casa durmiendo. Pero no, como soy...