—¡Eunhyuk! —exclamó papá.
De repente todo el mundo empezó a hablar a la vez.
—¿Qué está haciendo él aquí? —quiso saber Aislinn. Izzy puso la mano en mi brazo y preguntó:
—¿Quiénes son estos tipos?
—Este es mi padre —contesté con un hilito de voz al mismo tiempo que apartaba a Aislinn de mi camino para abrazarlo.
—Kyungsoo —dijo mi padre rodeándome con los brazos—. Kyungsoo…
Era demasiado bueno para ser cierto. Que mi padre y Cal estuvieran ahí,
¡juntos!
Abracé fuerte a mi padre. Mis lágrimas resbalaban por el cuello de su camisa.
—Estás bien —recalqué entre sollozos—. Estás bien.
—Más o menos —contestó mi padre con una sonrisita ronca—. Todo gracias a Cal.
Me aparté. Mi padre tenía los ojos enrojecidos. Vi la muerte en ellos. Las marcas púrpura de la Extracción danzando sobre su piel me parecieron tan devastadoras como la primera noche.
Pero estaba ahí, y eso era lo más importante. Deslicé la mirada hacia Cal, que estaba de pie junto a papá.
—Tú también estás bien —dije suavemente.
Cal sonrió o hizo ese gesto extraño con el labio inferior parecido una sonrisa.—Sí —se limitó a decir. Aunque esa palabra estaba cargada de significados.
Me sentía tan aliviado y feliz que quise abrazarle, pero en el último momento me arrepentí, alargué la mano para estrechar la suya y declaré:
—Me alegro.
Sentí el contacto cálido y áspero de su mano y me ruboricé.
—¿Cómo habéis llegado hasta aquí? —pregunté a mi padre—. ¿Dónde han estado?
—¿Podemos ir a un lugar menos transitorio para hablar de esto? —inquirió mi padre echando un vistazo al pasillo.
Sentí que estaba a punto de echarme a llorar. Transitorio, por Dios, cómo lo había echado de menos.
Estaba seguro que Aislinn estaba a punto de decirle que ni hablar pero papá se adelantó y respondió:
—Claro que sí. Podemos hablar en el comedor.
Por un instante mis padres se miraron el uno al otro y aunque es lo más normal del mundo que dos padres se miren, no pude evitar sonreír.
Como todas las habitaciones de la casa de las Brannick, el comedor estaba prácticamente vacío. Había un sofá un poco menos monstruoso que el del Salón de la Guerra. Mi padre y Cal se sentaron en él. Yo me senté junto a mi padre. Aislinn e Izzy se quedaron de pie en el umbral y papá ocupó el borde de un asiento cercano.
—Ni tan siquiera soy capaz de expresar cómo me alegro de verte — reconoció mi padre apretando mi mano con la suya, temblorosa.
Enlacé mis dedos con los suyos.
—Lo mismo digo. Quiero decir, no es que me alegre de verme a mí, sino que me alegro de verte a ti.
—Sí, lo he entendido —observó papá con una sonrisa.—¿Cómo encontraron este lugar? —preguntó Aislinn como para matar cualquier esperanza de tener un momento de familia agradable—. Está protegido contra los de su especie.
—Hay un agujero en la esquina noroeste —contestó Cal—. Puedo arreglarlo, si quieres.
Eso cogió por sorpresa a Aislinn, pero reaccionó en seguida.
—No necesitamos ayuda. Mañana por la mañana voy a enviar a Finley para que lo solucione.
Las Brannick descendían de una bruja blanca. Al parecer Finley conservaba todavía algunos poderes.
—Y tú podrás ir a ayudarla —le comentó Aislinn a Izzy—. Ya empieza a ser el momento que aprendas a protegernos.
—No ha sido fácil encontrarlos —reconoció mi padre—. Cal me dijo que te había mandado con las Brannick. Pero cuando trató de localizarte con su magia...
—Era como si hubieras desaparecido —se lamentó Cal—. Ninguno de los hechizos funcionó. Ni siquiera el hechizo de rastreo.
—Fue por culpa del Itineris —le expliqué—. No sabía qué hacer conmigo ahora que estoy limpio de magia, por decirlo de algún modo.
—Lo sospeché —admitió papá—. De todas maneras, hemos pasado las últimas semanas tratando de llegar hasta aquí. Cal no veía prudente que usara el Itineris en mi estado. De modo que hemos tenido que viajar al viejo estilo.
—¿Les ha llevado tres semanas llegar desde Inglaterra hasta Tennessee? — preguntó Aislinn levantando una ceja.
—No vinimos directamente —explicó Cal cruzándose de brazos—. Antes tuvimos que hacer un montón de otras cosas.
—¿Qué montón de otras cosas? —inquirí.
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Spell Bound [Kaisoo]
FantasyJusto cuando Lee Kyungsoo empezaba a aceptar sus extraordinarios poderes mágicos como demonio, el Concilio Prodigium se los arrebata. Ahora se encuentra solo, indefenso y a la merced de sus enemigas, las Brannick. O al menos así lo cree Kyungsoo, h...