Luhan y yo entramos en el invernadero discretamente. Mi corazón latía con fuerza. Quería correr hacia Kai, pero Lara estaba junto a él, sonriente.
—Empiezo a estar cansado de disimular —le susurré a Luhan. Éste me lanzó una mirada de comprensión.
—Estudiantes —habló Lara—. Como muchos de vosotros sabéis, el señor Kim aquí presente es un miembro de L´Occhio di Dio. —Lara dio un paso en dirección a Kai y le desabotonó la camisa, mostrándonos a todos el tatuaje de color negro y dorado que llevaba sobre el corazón. La multitud estalló en exclamaciones de asombro. Desde luego, todos sabían quién era en realidad Kai, pero verlo con sus propios ojos era otra cosa.
—Y el Ojo es nuestro enemigo —continuó Lara.
Kai me miró a los ojos y trató de sonreír. Pero me di cuenta de que, en realidad, estaba temblando.
Apreté los puños con tal fuerza que me clavé las uñas. Mi magia se resolvía como un tsunami haciendo presión sobre un dique invisible.
—Pero el señor Kim es el peor miembro de L´Occhio di Dio. ¿Alguien puede decirme por qué? —Los ojos de Lara se clavaron en los míos—.
¿Señor Lee? Puesto que usted es una de las personas que Kim trató de asesinar el año pasado, ¿por qué no informa a sus compañeros del peligro que representa el señor Kim¿
—Kai no trató de asesinarme.
Probablemente mis palabras habrían sonado más convincentes si no hubiera encontrado dificultades para pronunciar la palabra «asesinarme».
Me aclaré la garganta y continué:—Estaba aquí para vigilarme, y nada más.
—¿Y también estaba aquí para vigilar a Elodie Parris? ¿Por qué tendría el Ojo tanto interés en usted, señor Lee?
Me había metido en un terreno peligroso y Lara lo sabía tan bien como lo sabía yo. Estaba atrapado y esta vez no a causa de la magia, sino de las palabras. No quería declararme demonio delante de todos los estudiantes, que todavía creían que yo era un brujo corriente. Por otra parte, temía que cualquier cosa que dijera incriminara más a Kai. Así que bajé la cabeza y me mordí los labios.
—Yo puedo decir qué quiere el Ojo de ti, Kyungsoo —reveló Kai. Trataba de sonar alegre, aunque su tono de voz era tenso a causa del dolor—. Nos enteramos de que era un experto en parchís, y como el Ojo organiza todos los veranos un campeonato de parchís, se nos ocurrió que...
Lara chasqueó los dedos y los hilos de magia que flotaban a su alrededor ardieron al rojo vivo. La voz de Kai se quebró de dolor. Tuve que morderme el interior de la mejilla para no ponerme a gritar.
—Kim no es sólo un miembro del Ojo, también es un traidor a su gente —declaró Lara—. Representa la mayor amenaza para todos nosotros, razón por la cual va a sernos de gran utilidad.
Luhan me cogió de la mano y me apretó los dedos.
—Hoy usaremos a Kim para nuestra práctica. El ritual del que les hablé anoche aumentará sus poderes, pero antes quiero ver con qué contamos. —Luego, como si estuviera organizando un juego de acampada, dio dos palmadas y dijo—: Bien, todo el mundo en fila. Cada uno de vosotros tendrá la oportunidad de utilizar su hechizo de ataque en contra del señor Kim. Les pido que traten de no matarlo. El señor Callahan puede curarlo cuantas veces sea necesario, pero sus poderes tienen un límite.
Levanté la mirada y se me secó la boca. Estaba tan concentrado en Kai que ni tan siquiera me había dado cuenta de que Cal estaba también en el invernadero, apoyado contra la horca. Tenía los brazos cruzados y me miraba con una mezcla de alivio, ira y tensión. Le hice un saludo con la mano y él me correspondió con la cabeza. Luhan me apretó la mano más fuerte.
—Cal —murmuró—. Otra cosa a nuestro favor.
Y así era. Lástima que era imposible que me sintiera feliz viendo lo que mis compañeros le hacían a Kai. Como yo no tenía poderes, me tuve que sentar y limitarme a mirar. Y Lara se aseguró de que mirara. La primera vez que traté de cerrar los ojos, me los congeló, obligándome a mantenerlos abiertos. Tampoco podía mover el cuello ni volver la cabeza para desviar la mirada.
Michaela fue la primera de las brujas que practicó con Kai. Dudó antes de poner en práctica su hechizo, por lo que éste no le salió muy bien: rebotó en el pecho de Kai y apenas lo hizo estremecer. Pensé que, tal vez, con un poco de suerte, les pasaría lo mismo a todos. De acuerdo que Kai era nuestro enemigo, pero mis compañeros tampoco eran asesinos. Y si Lara no los hubiera azuzado, quizá se lo habrían tomado con más calma. Pero cuando Michaela volvió a su sitio entre los demás, Lara envió una descarga de magia sobre la espalda de Kai que lo hizo doblar sobre las rodillas.
—El próximo tendrá que hacerlo mucho mejor —exigió Lara haciendo que me preguntara cómo había llegado a considerarla agradable. O cuerda.
Y no pude hacer otra cosa que quedarme ahí sentado, con las lágrimas resbalando por mis mejillas, viendo cómo los brujos y las brujas, unos tras otros, lanzaban hechizos de ataque contra Kai. Las hadas lo congelaron con hielo y lo quemaron con el calor. Una conjuró una enredadera que se le cerró alrededor del cuello haciéndole imposible respirar. Ni tan siquiera me atrevo a mencionar lo que le hicieron los metamorfos. Después de cada ataque, Cal ponía las manos sobre el cuerpo de Kai y le hacía recuperar la conciencia o detenía una hemorragia. Cada vez que Kai volvía a ponerse en pie se veía un poco más pálido y débil. Cuando le tocó el turno a Luhan mi estómago se retorció. La perspectiva de ver a mi mejor amigo bebiendo la sangre del chico que yo quería era más de lo que no podía soportar. Por suerte, no tuve que verlo. El ataque anterior al de el fue tan fuerte que, cuando Cal se arrodilló junto a Kai para curarlo, Lara tuvo que suspender la actividad.
—Es suficiente por hoy. Un poco más y corremos el riesgo de perderlo. Tendrá su oportunidad mañana, señor Luhan
Lara volvió su atención al resto del grupo. Todos parecían… ni tan siquiera tengo una palabra para describirlo. Destrozados, agotados. No hay nada peor para un brujo o bruja que ser obligado a usar sus poderes contra alguien.
—Buen trabajo —nos felicitó Lara como si acabáramos de terminar un examen de matemáticas y no de torturar a un compañero—. Ahora tengo una idea mejor sobre sus fuerzas y el modo de perfeccionar sus poderes. Ya pueden volver a la casa.
Nadie dijo ni media palabra. Luhan vino a sentarse junto a mí. Yo no pude moverme hasta que Lara salió del invernadero. Cuando por fin me vi liberado del hechizo que me tenía inmovilizado corrí en busca de Kai, que estaba tumbado sobre una de las gruesas colchonetas que usábamos para clase de defensa. Tenía los codos apoyados en las rodillas y la cabeza hundida entre las manos. Me arrodillé a su lado y lo abracé torpemente. Se estiró hacia mí y me abrazó. Y permanecimos abrazados durante mucho rato: yo acariciándole el pelo y él acariciándome la espalda.
—Estoy bien —habló al fin—. Ya sé que es difícil de creer, pero no me ha dolido ni un poco. No me han hacho ningún daño. Quiero decir, excepto en el alma y la cabeza, ninguna de las dos cosas me han resultado jamás demasiado útiles.
Nos soltamos sin ganas y nos pusimos de pie.
—Tu magia es increíble —le comentó Kai a Cal, que estaba de pie al borde de la colchoneta, junto a Luhan—. Aunque déjame decirte, ahora que me has hecho regresar de entre los muertos por centésima vez, que nuestra relación está un poco desequilibrada.
—Me puedes comprar una hamburguesa cuando salga de aquí —ironizó Cal. Como no era propenso a hacer bromas, no supe si lo decía en serio o no.Me aparté de Kai para darle a Cal un incómodo abrazo de lado.
—Me alegro de verte —le dije—. Y no sólo por esto… —Señalé con la cabeza a Kai, quien me correspondió levantando una ceja. Entonces, haciendo un esfuerzo por no ponerme roja, pregunté—: ¿Llegaste ayer, como todos nosotros?
—Sí —contestó Cal lanzando un suspiro y metiendo las manos en los bolsillos—. Iba de camino a coger unas cosas en la tienda de campaña y de repente me encontré aquí, en la casa del estanque.
— ¿Y cómo es que no te hemos visto hasta ahora? —inquirió Luhan.
—Mi casa estaba cerrada —respondió—. Las ventanas estaban completamente selladas. Esta mañana me ordenaron presentarme aquí. Lara dijo que necesitaba mis habilidades especiales. Debo admitir que no me había esperado una actividad tan intensa.
Cal se veía agotado. La magia de la curación es difícil y un solo hechizo requiere mucha energía. Y curar a un sujeto al borde de la muerte, en repetidas ocasiones, era devastador. No me extrañaba que tuviera ese aspecto de perro apaleado.
Sin embargo, Cal era fuerte. Por eso, se sacudió el cansancio de encima y preguntó:
—¿Así que quieren convertirnos a todos en demonios?
—Éste parece ser el plan —admití, y lo puse al corriente brevemente de todo lo que Lara había dicho en la reunión de la noche anterior, añadiendo—: Y por lo que Elodie me contó, quieren hacer un experimento para ver qué pasa cuando convierte un vampiro en demonio o…
—¿Cómo que te lo dijo Elodie? —preguntó Kai.
—Oh, Elodie. Ah, sí, claro, es que Elodie me tiene poseído. De vez en cuando se mete en mi cuerpo y, ya sabes. De hecho —me apresuré a decir, ya que la expresión de Kai se había vuelto peligrosamente oscura—… de hecho, es muy positivo, porque puede hacer magia a través de mí.Me quedé en silencio unos segundos para que los chicos pudieran asimilar la información.
—Está bien —convino Kai, muy despacio—. Esto es realmente inquietante, pero estoy a favor de cualquier cosa que pueda ayudarnos. Especialmente si piensan usarme como conejillo de Indias para probar distintos tipos de tortura.
Al igual que antes, su voz bromeaba pero sus ojos sufrían. Me acerqué y lo abracé por la cintura, tratando de convencerme de que a Cal no iba a importarle.
—¿Qué hacemos ahora? —preguntó Luhan.
—¿Honestamente? —pregunté suspirando—. Les diría que nos dedicáramos a buscar un hechizo que nos permitiera atravesar la niebla asesina y otro para construir un bote mágico.
Cal hizo un sonido que podría haber sido una risa y Luhan me dedicó una sonrisa. Kai me abrazó más fuerte.
—¿Pero…? —empezó a hablar.
—Pero —añadí— eso sería como tratar de ponerle una tirita a María Antonieta. Lo mejor que podemos hacer es hablar con la señora Casnoff.
—¿Cómo? —quiso saber Kai.
—No lo sé… Sólo sé que podría haberle clavado una estaca a Luhan y sin embargo no lo hizo.
—Porque quiere convertirlo en demonio —dedujo Cal. Negué con la cabeza.
—Tal vez. Pero no estoy seguro. Escuchen, Lara es malvada pero la señora Casnoff era… bueno, no puede decirse que fuera agradable, pero, chicos, ya habéis visto qué mal aspecto tiene. Algo la preocupa. Creo que vale la pena el intento.
—Quizá sepa dónde está el grimorio —aventuró Luhan agarrándome del brazo.—Puede ser —convine tratando de mostrarme entusiasta y menos aterrado de lo que estaba en realidad. Ciertamente quería recuperar mis poderes, per la profecía de Torin pesaba sobre mi pecho como una lápida. De sólo pensarlo, me dolía el corazón.
Me volví hacia Kai, y le pasé los dedos por la camisa, que todavía estaba manchada de sangre.
—Vamos a tratar de hablar con la señora Casnoff, pero antes hay otra cosa de la que tenemos que hablar —planteé.
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Spell Bound [Kaisoo]
ФэнтезиJusto cuando Lee Kyungsoo empezaba a aceptar sus extraordinarios poderes mágicos como demonio, el Concilio Prodigium se los arrebata. Ahora se encuentra solo, indefenso y a la merced de sus enemigas, las Brannick. O al menos así lo cree Kyungsoo, h...