Capitulo 29

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Tan   pronto   como   estuvimos   dentro,  la   entrada   se   cerró  detrás   de nosotros.
—Cómo no —escuché a Kai decir para sí. Levanté los dedos y de ellos surgió una esfera luminosa. No es que fuese de mucha ayuda. Todo lo que alcancé a ver fue un montón de oscuridad, granito pulido y poco más.
—Así que esto es el Infierno —dijo Luhan—. Para ser sincero, me lo imaginaba más caliente.
Eché un vistazo en la penumbra.
—No tengo ni idea —acabé confesando—. ¿Alguien ve algún cartel que diga: «Infierno, por aquí»? ¿A ser posible con una flecha?
—Desgraciadamente no —contestó Kai—. Pero siento algo extraño.
¿Me pasa sólo a mí?
Ahora que lo mencionaba, yo también sentía algo. Era como si la caverna contuviese una energía casi imperceptible. Al bajar la vista, comprobé que el vello de mis brazos estaba totalmente erizado. En mi interior sentía la magia revolverse y latir con fuerza.
—No, estoy seguro de que estamos en el lugar correcto. Lo que significa que probablemente debería hacer esto. —Me puse de cara a los tres y me concentré tanto como pude—. Manténgase a salvo —dije entonces.
Eso fue todo lo que se me ocurrió como hechizo de protección, pero inmediatamente sentí que mi magia empezaba a crecer y luego a fluir suavemente desde mis manos. El hechizo, de un blanco lechoso, formó volutas alrededor de Kai, Luhan y Cal antes de asentarse sobre ellos.
—De acuerdo, chicos, ¿se sienten protegidos?
—Yo sí —dijo Kai—. También me siento como si alguien se hubiese propasado conmigo, pero eso no tiene nada que ver.

Puse los ojos en blanco.
—¿Y ustedes dos?
—Sí —contestó Cal—. Lo que quiera que hayas hecho, creo que ha funcionado.
—Lo mismo digo —añadió Luhan.
—Formidable.
Comencé a avanzar y los demás me siguieron.
—Kai —dije—, ¿quieres compartir con nosotros algún dato sobre el Cristal del Demonio que nos pueda ser de ayuda?
—Hum, vale. Bien, después de la guerra en el Cielo, los ángeles que habían luchado en el bando equivocado fueron relegados al nivel más básico.
—Correcto —asentí—. Papá me lo contó. Los demonios no son más que pura magia negra. Hasta que se les adjudica un cuerpo, claro.
—No lo sé, a veces cuando pareces pura magia negra... ¡au! Kai se detuvo cuando le di un codazo en el costado.
—Comoquiera que sea —continuó—, los demonios fueron llevados a la fuerza a otra dimensión. Lo que la gente llama el Inframundo, o el Infierno, o como queráis. Supuestamente, allí es donde se encuentra el Cristal del Demonio, que no es más que piedra impregnada de toda esa magia negra. Básicamente, kriptonita demoníaca.
—Entonces ¿vamos a viajar a otra dimensión? —titubeó Luhan—. ¿Cómo con el Itineris?
—Ésa es la idea —contestó Kai.
Teniendo en cuenta que el Itineris dejaba a Luhan al borde del colapso, comprendí que pareciese un poco asustado.
—Pues esto no parece otra dimensión —dije—. Simplemente parece...
—Una cueva —sentenció Cal.

—Sí, una cueva.
Tan pronto como lo dije, mi corazón empezó a palpitar. La claustrofobia comenzaba a causarme problemas.
—Aparte de la sensación de que hay algo extraño en el aire, no siento nada que me haga pensar que estamos en el verdadero Infierno.
Apenas salieron las palabras de mi boca cuando la esfera de luz se esfumó con un zumbido. Junto a mí, Luhan dio un grito de asombro. Intenté traer la luz de vuelta. Cuando de pronto pude verlos a todos de nuevo, pensé que lo había conseguido. Pero entonces noté que la luz de la caverna no era la luz tenue y azul que yo había creado. Aquélla era de un amarillo naranja chillón, casi como el de una farola.
Parpadeé. Era una farola. Y ya no estaba en una cueva. Estaba en una habitación. La habitación de un motel, a decir por la alfombra barata y las camas de matrimonio idénticas. En una de las camas había dos figuras y por el sonido de su respiración, suave y constante, supe que estaban durmiendo.
—¿Qué diablos pasa aquí? —preguntó Kai al mismo tiempo que un débil gemido alcanzaba mis oídos. Era Luhan. Estaba de pie junto a mí con los ojos muy abiertos y tapándose la boca con la mano.
La agarré del brazo.
—¿Qué te pasa? —pregunté.
Un crujido de madera retumbó en la habitación y tres hombres vestidos de negro entraron corriendo. Uno de ellos me rozó y su presencia era tan real  y sólida como la de Cal a mi lado. Las figuras de la cama se sentaron gritando. Fue entonces cuando pude ver el mechón rosa. No había ninguna duda: una de esas dos personas era Luhan. Mi amigo saltó de la cama enseñando los colmillos, mientras los hombres de negro (que no eran otra cosa que miembros de L'Occhio di Dio) levantaban estacas de madera por encima de sus cabezas. Oímos un espantoso sonido de alguien que chupaba sangre cuando una de las estacas alcanzó su objetivo: Amanda, la primera novia de Luhan. La chica que lo convirtió en vampiro.

Spell Bound [Kaisoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora