Capítulo 8

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A la mañana siguiente. Izzy organizó una visita guiada por la residencia de las Brannick. Tal como había imaginado, había alambres de púas y búnkers, pero lo que más me llamó la atención era la tranquilidad y el carácter inhóspito del lugar.
-Nosotras siempre hemos vivido aquí. Las otras Brannick usan la casa como centro de rehabilitación. Vienen aquí para entrenarse, para clases de estrategia y esas cosas -me dijo Izzy mientras nos dirigíamos al sótano.
En él había un par de catres cubiertos por ásperas mantas azules. En el techo, parpadeaba la luz de unos fluorescentes.
-¿Dónde está tu padre? -le pregunté a Izzy, sentándome de piernas cruzadas en uno de los catres-. Quiero decir, obviamente tienes un padre,
¿verdad?
-Nuestro padre caza a los Súper por su cuenta -contestó Izzy jugueteando con el pelo-. Viene sólo de visita y esas cosas. Por lo general, veo a mi padre cada tres meses o algo así.
-Son como las amazonas -declaré.
Izzy se sentó junto a mí y comenzó a tirar de la manta.
-Es un fastidio -murmuró.
Tuve la intención de tomarla de la mano, pero me arrepentí en el último segundo.
-Gracias por darme la foto de Luhan -dije por cambiar de tema.
-De nada -me contestó Izzy ruborizándose y mirándose las uñas-. Cuando dijiste que conocías a un vampiro con una raya rosa en el pelo, me acordé de la fotografía que había conseguido la última semana y pensé que se trataba de la misma persona.

-¿No tendrás por ahí alguna otra fotografía?
Me aliviaba saber que Luhan estaba bien, pero eso no aligeró la sensación de malestar en mi estómago cada vez que pensaba en mi padre, en Kai y en Cal.
Izzy negó con la cabeza.
-No. La conseguí gracias a un amigo de mi madre especialista en cazar vam... quiero decir, en mantener a los vampiros a raya. -Izzy agachó la cabeza y me miró por debajo del flequillo-. Te preocupa tu padre,
¿verdad?
-Sí -contesté con un hilillo de voz-. En realidad estoy preocupado por un montón de gente. ¿Crees que ese tipo del espejo, Torin, sabe dónde está mi padre?
Un pensamiento cruzó por la cara de Izzy.
-Tal vez -dijo echándose hacia atrás en el catre-. Pero siempre suele hacerse el listo antes de decirte algo que sea verdad.
-Creo que entre listillos nos entenderemos -auguré poniéndome en pie.
Corrí hacia la escalera, con la intención de mantener una conversación con Torin. Hasta que no tuviera la certeza de que toda la gente que me importaba estaba bien, no podría empezar a dedicar mis energías mentales al problema con las Casnoff.
Mi papá estaba en el Salón de la Guerra, apoyado en las mesa con los brazos cruzados, hablando con Torin. Los dos se callaron de repente cuando entré. No me gustó la expresión de sus caras.
-¡Hola! -saludé golpeando con los nudillos la puerta-. De hecho, venía a hablar contigo.
-Está bien -convino mi papá. Yo negué con la cabeza.
-No me refería a ti. Es decir, es cierto que tenemos que hablar. Pero primero quiero hablar contigo. -repuse apuntando con el dedo a Torin.

-Por supuesto -dijo con una sonrisa de oreja a oreja-. Me imagino que vas a preguntarme lo mismo que tu papá. ¿Dónde está Eunhyuk? ¿Está vivo? ¿Hay alguna forma de ponerse en contacto con él?
-¿Le has estado preguntado sobre papá?
-Sí -contestó mi papá lanzando una mira de odio a Torin-. Aun así, no me ha servido de gran cosa. Había olvidado lo irritante que puedes llegar a ser.
Sin dejar de sonreír, Torin apoyó la barbilla en su mano y dijo:
-¿Sabes? Si me liberas y me dejaras salir de este maldito espejo, podría ir yo mismo a buscar a Eunhyuk. Suponiendo que no haya ardido hasta quedar reducido a cenizas, claro está.
Apreté los puños y dije una palabra que nunca antes había pronunciado delante de mi papá, pero a el no pareció importarle.
-De acuerdo -convino mi papá y, con un movimiento de la muñeca, cubrió de nuevo el espejo con la tela-. Torin casi nunca sirve de gran cosa
-añadió frotándose la nuca. Alrededor de su boca se formaron unas arrugas de preocupación-. Aislinn debería haberse deshecho de él hace años.
-¡Te he oído! -gritó Torin desde detrás de la tela. Mi papá puso los ojos en blanco.
-¿Quieres salir un rato? -me preguntó.
Dudé. Lo que realmente quería era hablar con Torin, pero también mi papá y yo nos debíamos una charla. Por otro lado, Torin no se iba a ir a ningún lado.
-Sí, claro -respondí.
Fuimos los dos a dar un paseo. A la luz del día, el bosque que rodeaba la residencia de las Brannick parecía menos amenazador y hasta bonito. No hablamos durante un largo rato. Mi papá no lo hizo hasta que llegamos junto a un enorme árbol que se arqueaba sobre un hilito de agua demasiado minúsculo para ser llamado riachuelo.

Spell Bound [Kaisoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora