Capitulo 31

210 44 12
                                    

Cerca de la recta final quedan 3 capitulos más y terminamos está hermosa historia
**~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~**

La mañana siguiente, nos reunimos junto a la gran roca que protegía al Itineris. Yo llevaba mi uniforme de Hex Hall, imaginando que sería lo menos llamativo que podía vestir para colarme de nuevo en el colegio. Luhan se había puesto lo mismo, y también la menor de los Brannick. Ninguna de las dos parecía muy contenta, a juzgar por la manera en que tiraban de sus faldas.
—¿Llevaban calcetines hasta las rodillas todos los días? —preguntó Izzy arqueando la ceja—. Es motivo suficiente para demoler este lugar.
Aunque estaba preocupado y asustado, me reí entre dientes.
—Pues espera a que lleguemos y veas lo que se siente al vestir un uniforme de lana en clima húmedo. Querrás hundir la isla entera.
—No está tan mal —dijo Cal. Luhan soltó una risotada.
—Lo dice el chico que lleva franela en agosto...
—Está bien —dijo Aislinn, ajustándose la funda de la pistola en la cintura. Tres hojas de Cristal del Demonio pendían de la correa. Izzy Y Finley llevaban algo parecido amarrado bajo sus chaquetas, igual que Luhan y Cal. Yo no llevaba armas por motivos evidentes. Me eché un vistazo a la punta de los dedos, todavía de color rosa por las quemaduras. Por lo menos hacían juego con mi otra cicatriz de Cristal del Demonio, el corte profundo y violeta que surcaba la palma de mi mano.
Ese tipo de pensamientos me ayudaban a controlar el miedo a lo que estaba a punto de pasar. Cuando volví a prestar atención Aislinn estaba diciendo:
—... y que Kyungsoo consiga el ritual.

Sacudí la cabeza; no era momento para soñar despierto. Claro que ya habíamos repasado el plan una docena de veces. Primero iríamos al colegio. Luego Aislinn y Finley harían salir a los Casnoff mientras Izzy, Luhan, Cal y yo nos colábamos en el edificio y buscábamos el ritual. Aislinn y Finley conducirían a Lara y los demonios que había liberado (fueran cuantos fuesen) en dirección al foso. Allí los alcanzaría yo con el ritual y entonces, usando el hechizo del grimorio, destruiría a las Casnoff, el ritual y el mismo foso con una explosión de destrucción masiva.
Sonaba realmente sencillo. Incluso fácil. Pero si algo había aprendido el pasado año era que nada resulta fácil cuando se trata de magia.
—¿Todo el mundo lo tiene claro? —preguntó Aislinn.
—Como el agua —suspiré.
—De acuerdo; Finley y yo iremos primero. Esperen unos minutos y luego vayan Kyungsoo, Luhan, Izzy y Cal.
—Y nosotros esperaremos aquí —añadió mi padre, afirmando con la cabeza hacia papá. La noche pasada, todos habíamos acordado que era demasiado peligroso para papá venir con nosotros a Graymalkin. Sin poderes no tendría forma de defenderse y yo me distraería demasiado preocupándome por él.
Me puse frente a mis padres y los rodeé, estrechándolos en un abrazo colectivo.
—Estaré bien —dije, aunque el temblor en mi voz me delataba—. Lloverán golpes sobre las Casnoff. Quizá hasta consiga una nueva cicatriz para mi colección.
Los dos me abrazaron aún más fuerte.
—Te queremos, Kyungsoo —dijo papá.
—Bastante —dijo mi padre haciéndome reír.
Me aparté antes de que las lágrimas volvieran a avergonzarme y cogí la mano de Luhan. Aislinn y Finley ya se habían ido.
—¿Preparados? —pregunte.

—Preparados —respondieron todos en voz baja. Miré a papá y a mi padre por encima de mi hombro. Estaban abrazados por la cintura.
Di un paso al frente. La oscuridad creció y sentí aquella horrible calma en mi interior. Y entonces, de repente, me encontré de vuelta en la arboleda de la isla de Graymalkin. No podía decir si fue gracias a mi magia (que se había vuelto más fuerte) o a la adrenalina que recorría mis venas, pero el aterrizaje no me pareció tan duro esta vez. Para Luhan no fue tan fácil, y Cal tuvo que ayudarlo a recuperarse poniendo una mano en su frente. Su respiración se tranquilizo al momento, y sus mejillas recuperaron algo de color.
—Gracias —suspiró.
Desde algún lugar en la distancia me pareció oír un búho.
—De acuerdo, chicos, ¿listos para la masacre? —les pregunté.
Izzy aún parecía un poco débil, pero tomó mi mano con decisión. Luhan me cogió la otra y Cal se acercó por detrás y me rodeó la cintura.
Cerré los ojos y me concentré. Tras un golpe de aire frio, nos encontramos en el césped de Hex Hall. Y justo en medio de lo que parecía ser la segunda guerra mundial.
Tan pronto como abrí los ojos vi un rayo de magia volar hacia mí. Lo desvié con la mano justo a tiempo, pero venía otro detrás. Éste alcanzó a Izzy en el hombro izquierdo. Gritó. En unos segundos Cal llegó junto a ella y la arrastró hacia los árboles. Hice un esfuerzo por entender la pesadilla que se estaba librando a mí alrededor. Había demonios por todas partes. O mejor dicho: hombres lobo convertidos en demonios que iban y venían con los ojos inyectados en sangre disparando destellos de color púrpura con sus garras. Hadas convertidas en demonios que flotaban resplandecientes, con aquella luz sobrenatural, agitando el aire con sus alas negras. Estaban luchando contra algo y, al principio, busqué con los ojos a Finley y a Aislinn, pensando que estarían en medio de aquello. Pero no, estaban luchando entre ellos.
Sacudí la cabeza sin querer creer lo que estaba viendo. En el sótano había visto sólo unos quince demonios. Pero en el césped los había a docenas y ni rastro de Finley y de Aislinn.

Intenté ordenar mis ideas. Debía entrar en la casa y encontrar el ritual. Pero al divisar a una hada demonio merodeando en la entrada, me pareció imposible.
Así pues, seguí a Izzy y a Cal hacia los árboles. Luhan me siguió los pasos. Los cuatro nos agachamos, asimilando la escena infernal que se desarrollaba frente a nosotros.
—¿Qué están haciendo? —preguntó Cal.
Observé que los demonios gruñían, daban bufidos y se arañaban entre ellos.
—Están luchando —murmuré—. Es lo que pasa con los demonios. No son los seres más controlables del universo. Dios, seguro que Lara ni siquiera es consciente de lo que ha desatado.
Con un gesto de dolor, vi que una hada demonio atacaba a una figura que me era familiar: Daisy. El hada podía haber sido Nausicaa, pero era difícil de decir. Las alas que un día fueron verdes, ahora eran azul marino oscuro y sus bordes parecían afilados como navajas.
Me sacudí el miedo de encima y dije:
—Pero no importa. Lo importante es encontrar el ritual y a las Casnoff y...
Terminé la frase con un grito al notar algo que arremetía contra mí. No, no contra mí. Dentro de mí.
Elodie.
Esta vez mi magia le devolvió la embestida y su fantasma revoloteó a unos centímetros de mí, equilibrándose con las manos.
—Lo siento, lo siento —dijo moviendo los labios—. Iba con prisa. El ritual no está en la casa. Lo tiene Lara.
—¿Qué?
—Supo que veníais. No sé cómo pero se enteró. Kyungsoo, todos son demonios. Cada uno de los alumnos de Hex Hall. Los ha convertido a todos.

El colegio tenía unos cien alumnos.
—¿Dónde está Lara?
—Está en el foso. Está trabajando en los pocos alumnos que quedan. La expresión «trabajando en» me hizo temblar.
—Izzy, ¿Cómo estás?
Aunque Izzy se apoyaba en Cal, metió la mano bajo su chaqueta, completamente seria y sacó su hoja de Cristal del Demonio.
—Estoy bien.
No estaba seguro de creerle. Sin embargo, le ofrecí mi mano.
—Voy a usar el hechizo de transportación. Nos llevara directos al foso. Pero cuando lleguemos… —miré a todos a los ojos—. Va a ser terrible. Seguramente peor que terrible.
—Nos las apañaremos —dijo Cal.
—Sí —dijo Luhan sonriendo débilmente—. Somos unos tipos peligrosos por méritos propios.
Apreté su mano.
—Has dado en el clavo.
Nos apiñamos los cuatro y aunque estaba exhausta después de hacer tanta magia, me invadió el frescor de una ráfaga de aire.
Nada más aterrizar supe que estábamos en el lugar correcto. Había tanta magia latiendo allí que me dolían los dientes y la piel. Abrí bien los ojos para observar el profundo foso que Kai y yo habíamos visitado el verano anterior. Entonces no era más que un agujero enorme en el suelo. Ahora resplandecía con una luz verde e intensa. Lara estaba de pie junto al borde del agujero, con el pedazo de pergamino arrugado en sus manos. Mi corazón dio un brinco al verlo. El ritual.
Me levanté. Detrás de mí, a lo lejos, se oían aullidos. Probablemente, en pocos minutos tendríamos a los demonios de Lara sobre nosotros.

Lara me diviso desde el otro lado del foso. La luz verde escalofriante iluminaba su cara, haciendo que su sonrisa resultase siniestra al decirme:
— Kyungsoo. Presentí que volveríamos a verte.
Si creía que yo iba a tener la típica «charla con el villano» de las películas, estaba muy equivocada. Alcé una mano mientras la otra sacaba el grimorio de la cintura del short.
El poder comenzó a acumularse alrededor de la planta de mis pies, ascendiendo por los tobillos, inundándome las piernas, el torso, hasta correr brazos abajo y chisporrotear en la punta de mis dedos.
—Ah, sí —dijo Lara, apretando firmemente el ritual contra su pecho—. Mátame. Destruye el hechizo. Cierra el foso. Y entonces todos estos demonios volverán a ser normales.
Concentré mis poderes. Tenía que ser perfecto. No habría una segunda oportunidad.
—Lástima de tu familia, claro.
Abrí los ojos, confundido, y seguí la mirada de Lara hacia el foso. Sentí como si toda la magia y la sangre que corría por mis venas abandonasen mi cuerpo gota a gota.
Allí, en el fondo, inconscientes, estaban Finley y Aislinn.

Spell Bound [Kaisoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora