Capitulo 25

234 50 11
                                    

Al despertarme al día siguiente, me dolían todos los huesos a causa del influjo del grimorio. No pude levantarme de la cama hasta pasado el mediodía. El mero hecho de ponerme en pie me supuso una agonía, pero tenía que ver qué había pasado.

Me había preparado para lo peor, pero los estragos de la noche anterior eran mucho pero mucho más terribles de lo que había imaginado.

La vidriera del vestíbulo principal estaba completamente hecha añicos. Sólo quedaban unos pocos fragmentos de cristal aún aferrados a la estructura de madera. Durante la noche, se había puesto a llover y el agua empapaba la alfombra.

—¿Crees que sólo se llevaron a Taylor? —preguntó Luhan.

Estaba tan desesperado por escaparme corriendo a buscar el grimorio que tardé un siglo en contestar.

—No lo sé. No sé si pueden hacer el ritual con más de una persona. Pero no tiene mucha importancia, el caso es que ya han empezado —dije, al mismo tiempo que un escalofrío sacudía mi cuerpo y mis poderes se agitaban gritando su libertad.

—¿Qué es lo que estan haciendo aquí? —gritó una voz a nuestras espaldas.

Nos dimos la vuelta y vimos a la Vandy, con las manos en las caderas. Parecía cansada.

—Nosotros solamente… —empezó a decir Luhan, pero la Vandy levantó una mano para interrumpirlo.

—No me importa lo que estén haciendo. Vuelvan ahora mismo a su habitación.

Luhan se dirigió hacia la escalera, pero yo no me moví.

—¿Tú también quieres que nos conviertan en demonios? —le pregunté a la Vandy—. Me queda claro que eres bastante idiota, pero no puedo creer que seas tan mala persona.

—¡Cállate! —me ordenó la Vandy frunciendo el cejo—. ¡Vete a tu habitación!

Tuve que apoyarme en Luhan para llegar a nuestro cuarto. Al entrar, la puerta se cerró detrás de nosotros y oímos el clic de la cerradura. Me desplomé sobre la cama, temblando.

—Vendrán a por nosotros. Cada noche viviremos la misma pesadilla, y nos preguntaremos quién será el próximo —auguró Luhan. Luego, sentándose sobre su cama, añadió—: ¿Qué vamos a hacer, Kyungsoo?

«¡Conseguir el grimorio y recuperar mis poderes!», gritó una voz en mi interior tan alto que tuve que taparme las orejas con las manos.

—No lo sé —contesté, al borde del llanto. ¿Hay alguna sensación en el mundo peor que la desesperación?

Me acurruqué sobre la cama. Me sentía tan abatido por el sufrimiento que cuando vi que algo se movía dentro de nuestro espejo creí que eran alucinaciones.

—¿Qué diablos es eso? —inquirió Luhan.

Haciendo un esfuerzo, me incorporé para mirar hacia donde señalaba Luhan y vi que una sombra se movía dentro del espejo. Y luego apareció una imagen: Torin. Estuvo dentro del espejo durante unos segundos y acto seguido desapareció. Salté del lecho temblando de pies a cabeza.

—¿Has visto eso? —le pregunté a Luhan.

—Sí. Había un tipo en el espejo —respondió, con los ojos muy abiertos. Puse las manos contra el cristal.

—¿Torin? ¿Estás todavía allí?

No tenía ni idea de cómo se las había ingeniado Torin para pasar del espejo de la casa de las Brannick al espejo de nuestra habitación. Su imagen vaciló delante de mis ojos, casi como si fuera un viejo aparato de televisión y, sin embargo, me pareció ver cierto gesto de irritación en el rostro de Torin antes de que su imagen se desvaneciera. «Tus padres», dijo Torin antes de esfumarse.

Spell Bound [Kaisoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora