—No me gusta —dijo Kai esa misma tarde, sentados en el suelo de mi habitación.
—A mi tampoco, pero tienes que admitir que es mejor que dejar que te torturen cada día.
—No estoy tan seguro de eso —murmuró para sus adentros.
En Thorne Abbey había sido capaz de invocar al espíritu de Elodie. Vale, a decir verdad, nunca supe a ciencia cierta si la convocaba yo o era ella quien aparecía cuando le daba la gana. De modo que me sentí un poco estúpido cuando dije: «¿Elodie? ¿Estás por aquí? Necesito hablar contigo». Capté un movimiento con el rabillo del ojo y, al instante siguiente, Elodie se presentó a mi lado. Abrió la boca para decir algo, pero se interrumpió al ver a Kai. Durante unos segundos se miraron el uno al otro hasta que yo dije, tan amablemente como pude:
—Mira, Elodie, sé que él y tú tienen asuntos pendientes, pero necesito tu ayuda. Las Casnoff lo están usando para hacer prácticas de tiro y, si esto sigue así, muy probablemente morirá.
Elodie hizo un gesto que fue muy fácil de interpretar.
—Te dije que esto no tenía sentido —replicó Kai poniéndose en pie. Lo tomé de la manga y lo obligué a sentarse de nuevo.
—Espera. Elodie, por favor.
Elodie flotó hacia nosotros con una expresión indescifrable en el rostro.
—¿Qué quieres que haga?
Aliviado, solté la manga de Kai y contesté:
—Todo lo que puedas. Alguna clase de hechizo de protección o invisibilidad. Lo que sea.
Elodie se cruzó de brazos y clavó su mirada en Kai. Luego hizo un gesto con la mano y dijo:
—Oh, está bien — y se zambulló dentro de mí.
Por extraño que pueda parecer, Kai se me quedó mirando. O se nos quedó mirando, debería decir, Tenía una expresión en la cara que nunca antes le había visto: pétrea, fría… Pero más extraño que nada era el hecho de verlo con Elodie dentro de mi cabeza. Elodie estaba enfadada. Su rabia fluía por mis venas y se concentraba en mi estómago. Y no sólo estaba furiosa, también triste y herida.
—Dame tus manos — le ordenó Elodie a través de mí.
Kai dudó por un momento, pero luego puso sus manos entre las mías. Recordé que no mucho tiempo atrás esas mismas manos acariciaban mi cara mientras él me besaba.
No.
No me acariciaban a mí, sino a Elodie.
«Basta de pensar en estas cosas», le dije a ella mentalmente.
«¿Crees que yo no tengo recuerdos?», repuso.
—Está bien —prosiguió Elodie en voz alta, dirigiéndose a Kai—. No puedo hacer que te vuelvas invisible, pero este hechizo te mantendrá a salvo del dolor y limitará los daños que puedan hacerte. No va a durar para siempre, por lo que les sugiero que encuentren pronto la manera de salir de aquí lo antes posible.
—Gracias por el consejo. No se nos había ocurrido antes.
—¿Quieres el hechizo o no?
Kai frunció el cejo y asintió con la cabeza, cogiéndome las manos con fuerza. Al cabo de unos instantes la magia de Elodie se deslizó como una lluvia desde mi cabeza hasta la punta de los dedos y, de allí, a Kai. Tan pronto como el efecto de la magia se desvaneció, Elodie dejó caer mis manos.
—Ahí lo tienes — señaló.
—Gracias — dijo Kai moviendo sus dedos.
—Como tú digas —convino Elodie.
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Spell Bound [Kaisoo]
FantasyJusto cuando Lee Kyungsoo empezaba a aceptar sus extraordinarios poderes mágicos como demonio, el Concilio Prodigium se los arrebata. Ahora se encuentra solo, indefenso y a la merced de sus enemigas, las Brannick. O al menos así lo cree Kyungsoo, h...