6. Sobre hielo

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- ¿Estás lista Avenida? - pregunta Kim del otro lado de la línea.

- Sí Butter, ya pueden pasar por mí. Los esperaré abajo - corté la llamada sin esperar una respuesta.

Hoy era la salida al estadio de hockey, Kim quedó en pasarme a buscar junto con Amalia y Nela, los demás nos encontraremos en el lugar.

Había optado por llevar un pantalón negro alto, una blusa color blanca y le hice un nudo delante, unos tenis vans negros y como peinado, el pelo suelto con un poco de ondas. Era sencillo, no pretendía ni siquiera usar una pizca de maquillaje aunque no sea fan de usarlo.

- Señorita Calle, ¿a que hora paso por usted? - se acercó a mi, Richard.

- Mmm... - me quedé pensando, no sabía si decirle que pasara a buscarme a una hora exacta o le digo que yo lo llamaría. Preferí optar por la primera opción, ya que si me pasaba del rango de horario permitido, mi madre me enterraría viva - Ve por mí a las nueve, por favor Richard. Y si nos retiramos más temprano, yo te aviso ¿de acuerdo? - eran las 5:32 pm, supongo que sería tiempo suficiente para compartir con ellos. Él asiente para luego retirarse del lugar.

Escucho la bocina de un auto a las afueras de la casa, de inmediatamente supe que eran ellos.

Bueno, a quien engaño, recibí un mensaje de Amalia avisando que estaban afuera.

Me despedí de los que restaban en la casa y salí a paso rápido hasta llegar a aquel auto.

- ¡Calle se te cayó el papel! - gritó Kim tras la ventana a lo que yo me freno mi andar y giro en mi entorno buscando el dichoso papel - ¡En el que estás envuelta bombóm! - todas las chicas rieron y yo no fui la excepción - ¡Anda sube! - me adentré al auto y después de saludarnos y elogiarnos entre todas, nos dirigimos hasta el lugar.

Ya una vez allí, nos desmontamos del auto. Era un lugar bastante grande.

Es un estadio de hockey ¿que esperabas?

Quedamos paradas en la entrada del lugar, un chico apareció y sin preguntar ni decir nada, abrió las puertas y nos dejó pasar.

- Bienvenidas señoritas - dijo aquel hombre asintiendo, fruncí mi ceño. Este lugar parecía cerrado y nosotras entrábamos como Fallon Carrington de Dinasty a una fiesta.

- Chicas, creo que está cerrado, será mejor que vayamos a otro sitio - comenté.

- ¿Que dices mujer? - habla Marianela - Estamos adentro, por lo tanto, está abierto - se encogió de hombros y se le escapó una sonrisa de burla a lo que yo enarqué nuevamente una ceja.

¿Estábamos allanando un estadio de hockey? No, no era posible ya que aquella persona nos abrió la puerta.

- ¡Hey! - gritó Sebastián al momento en que nos visualizó, él ya se encontraba jugando junto a Jaramillo. Se acercó a la orilla de la pista para poder hablar mejor. En ese momento, giré mi cabeza en todo el alrededor, miraba como buscando algo pero no sabía el qué.

Hasta que la vi y supe que al momento de verla, mis ojos se quedaron mirándola fijamente y me di cuenta que era a ella a la quien buscaba sin darme cuenta. Ella estaba parada cerca de una cabina hablando con aquel hombre que nos había abierto la puerta anteriormente, hablaban y reían como si se conocieran de toda la vida y eso hizo que frunciera mi ceño.

- ¡Calle! - sentí un pequeño golpe en mi brazo haciendo que enfocara mi vista a la persona que causó aquel acto.

- Perdón, no entendí ¿Que decían? - miré al grupo y Jaramillo se encontraba con nosotros.

La Nadadora Estrella Donde viven las historias. Descúbrelo ahora