20. Motociclista

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POV María José

Me desmonté del coche apenas Daniela se estacionó en el lugar.

Corrí hasta la entrada, localicé con la mirada el típico letrero de Recepción y me dirigí hacia el.

- Permiso buenas tardes, ¿habitación de Valentina Garzón? - pregunté con desesperación sin importarme que la mujer detrás de la pequeña isla que dividía la sala de espera con la recepción, estuviera hablando por teléfono.

- Dame unos segundos - dijo al teléfono - ¿Perdone? - mencionó una vez que descolgó el aparato.

- Valentina Garzón - dije simplemente mientras movía mi pies con desesperación.

- ¿Familiar?

- Hermana - dije inmediatamente.

La mujer me informó dónde estaba la habitación y se ofreció acompañarme pero antes de que apenas se pusiera de pie, salí corriendo yo misma hacia el segundo piso y subí por las escaleras ya que era mucho más rápido que el ascensor.

Al llegar a la habitación indicada, con el corazón latiendo sin parar y con lágrimas que amenazaban por salir, toqué dos veces y entré.

POV Daniela

Luego de ver a María José salir con rápidez, lo hice igualmente después de apagar el auto.

Caminé con velocidad para adentrarme al hospital.

Analicé mi vista alrededor buscando a esa pelinegra de mechón plateado pero no la visualizaba.

Me acerqué a recepción para tratar de pedir información sobre la hermana de Poché pero como me lo imaginé, no la obtuve.

Yo no era familiar, por lo tanto, no tenía autorización para pasar. Le pedí muchas veces que por favor que me dejara pasar, que era una amiga pero aún así, mi petición fue denegada.

Resignada, no me quedó más de otra que tomar asiento en la sala de espera así como me había dictado la mujer sentada en recepción.

Pasaron alrededor de unos quince minutos en los que sólo me dediqué a ver mi teléfono a cada minuto y a mover mi pies con impaciencia cuando decidí ponerme de pie y caminar hasta la pequeña cafetería que yacía en el hospital para ordenar una botella de agua.

Me acerqué al pequeño refrigerador y al ver la variedad de cosas, cambié la botella de agua por una de jugo y justo al darme la vuelta, choqué con algo o más bien, con alguien.

- Lo lamento - miré a la persona que había chocado por un segundo y luego bajé la mirada - Nos vem... - volví a elevar mi vista al instante ya que algo me resultó conocido, más bien, la persona me resultó conocida.

- ¿Daniela? - dice confundido mientras poco a poco se va dibujando una notable sonrisa en su rostro.

- ¿Johan? - dije asombrada y sin esperarmelo, se acercó a mi y me abrazó fuertemente, al principio me descoloqué un poco pero luego le respondí casi con la misma intensidad.

Casi ya que no podía hacer mucho, era más fuerte que yo.

- ¡Oh por Dios! ¡Pensé que jamás te volvería a encontrar! - exclama una vez que se separa de mi.

- ¡Vera! Pero... ¿Qué haces en New York? ¿No era que te habías ido México?

Johan Vera era mi mejor amigo desde que estuvimos en el kinder pero él era tres años mayor que yo, unos meses antes de que él saliera del lugar de niños, yo había ingresado. Con el poco tiempo que duramos compartiendo, nos llevamos bastante bien que incluso luego de que él saliera del kinder, él comenzó a ir a mi casa con su madre para jugar.

La Nadadora Estrella Donde viven las historias. Descúbrelo ahora