Capítulo 37

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Daiki Pov.

—¡¿DAIKI?! —gritó una mujer del piso de abajo quien se estaba asomando por el balcón.

—¡¿AMOR?! —grité sorprendido viéndola tan hermosa como recordaba.

Salté por la ventana para caer a su balcón muy emocionado. Detrás de mí venía ___.

—Muy buenas habilidades hija —dije sorprendido mirándola con gran alegría.
Recibí un golpe en mi cabeza por parte de mi esposa.

—Eres un tonto, pensé que habías muerto —decía ella entre lágrimas, me rodeó con sus brazos mientras lloraba en mi pecho.

—Tranquila, ya estoy aquí —abracé con fuerza su cuerpo.— Te extrañé.

—¡No Daiki!— me empujó por el pecho, en verdad se veía enojada. —No puedes venir como si nada y solo darme un abrazo—

—Perdón— quería decir algo más pero ella no me dejó.

—Me conseguí a un hombre que quiso hacerle daño a mis dos hijas todo por un maldito hechizo del que quise despertar, pero no pude, nuestra hija se fue de mi lado a vivir sola a no sé donde, y tu quien sabe en qué lugares rondabas mientras nosotras sufrimos por tu regreso— dijo ella con el entrecejo fruncido tomándome por el cuello de mi ropa.

—¿Sabes por qué no regresé?— la miré a los ojos. —Un general importante vino en busca mía para experimentar conmigo, ¿por qué? Por esto— hice con mis manos una esfera de cristal haciéndole mirar aquella cosa brillante la cual lancé a las afueras de la terraza y con otro pedazo de cristal en forma de aguja fue lanzada atravesando aquella esfera siendo trozada, con poderes psíquicos volví a juntar todas las piezas de la esfera atrayendo y cubriendo por mis manos. —Estos poderes eran lo que buscaban, poderes que tú no querías ver porque te daba miedo, por esto fue que me tomaron, pero logré escapar dejando a un buen amigo atrás sin poder salvarlo, una vez que llegué a la ciudad quería llegar de nuevo a casa, abrazarla, decirles lo tanto que las extrañaba, pero temía que les hicieran daño a ustedes dos por mi culpa, podía suceder que tomaran a ambas para experimentar o sólo tomar a nuestra niña y hacerle daño solo por saber cuál era la capacidad de su poder, ¿me entiendes?— la tomé de los hombros tratando de no elevar mi voz o apretar demasiado sus hombros, no quería lastimarla.

—Ambos tuvimos miedo— su voz eran tan temblorosa.

—Todo ya está mejor que antes, aquel miedo ya no existe, ya no buscan de mí ni de nadie— solté sus hombros al estar un poco más tranquila la atmósfera.

—Y volvemos a estar juntos —decía entre su llanto con una leve sonrisa.

—Claro que si —le di una gran sonrisa.— Ya no llores —limpie los caminos de lágrimas con mis mangas tomando de la barbilla para ver bien su rostro, unos instantes después junté nuestras frentes.
—¿Puedes aceptarme de nuevo en tu vida y ser de nuevo tu esposo?—

—Tu y tu encanto— rió ella cerrando sus ojos.

—Anda, dime— hice un puchero, le agradaba eso.

—¿Recuerdas que así me pediste ser tu novia en la escuela?— me miró dando una gran sonrisa.

—También lo hice para pedirte matrimonio— hice mi voz fingiendo hablar como un niño pequeño.

—Creo que siento empalagoso mi sistema visual y creo que igual del gusto— dijo ___ con ese tono irónico. —Sigan así y lloro miel— una amenaza dulce. —Mamá, ¿ya vas a decir "sí" o lo vas a hacer sufrir?— su madre me miró con sonrisa traviesa.

—Lo voy a hacer sufrir— dijo muy segura dando unas palmadas en mi mejilla.

—No~, no quiero sufrir— me arrodillé frente a ella abrazándola por las piernas.

—Entonces hazme convencer— eso me animo un poco, me puse de pie abrazando y agradeciendo muchas veces.

—¿Quieres conocer a mi hija adoptiva?— dijo invitándome a entrar al departamento.

—¡Claro!— con entusiasmo entré buscando a la persona antes mencionada.

—Te presento a Ami— dijo ella acercándose a la mesa tocando el hombro de la misma, una linda niña de ojos oscuros, pero brillantes.

—Hola, me llamo Daiki— hice una leve reverencia sonriendo a la pequeña.

—Hola— respondió siendo tímida.

—Ahora que nos volvemos a reunir... creo que volvemos a ser una familia— ___ se encontraba jugando con sus manos y con una gran sonrisa.

—Siempre lo fuimos— respondí poniéndome de pie para abrazarla.

Los días pasaron y volví a enamorar a mi esposa, bueno, me confesó que aún me amaba y extrañaba todo de mí como yo de ella, fue ahí donde me di cuenta que aquel hilo rojizo que nos une jamás se rompió porque somos el uno para el otro.

Tiempo después le ofrecí viví conmigo junto con la pequeña niña, al principio no quería irse porque estaba cerca de ___, pero entre la heroína y yo logramos convencerle y le encantaría el lugar y de vez en cuando ___ nos visitará.

Una muy gran disculpa por desaparecer por meses, en verdad no me inspiraba a seguir a pesar de tener el comienzo de este capítulo, perdón.
Espero y puedan entenderme.
Aquí no acaba esta historia, pero el final ya está algo cerca para continuar con otros proyectos.
Nos leemos después 💕✨💕✨💕✨💕✨💕

ATRACTIVA | Genos x T/NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora