Capítulo 54

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Septiembre llegó en un santiamén.

Teníamos grandes expectativas respecto a este mes porque sería cuando las madres de nuestros hijos vendrían a vivir con nosotros, empezaríamos los estudios y la fecha tentativa para el lanzamiento de mi marca comercial.

El primero de ellos ya se realizó. Siendo el quinto mes de embarazo, decidimos tener la experiencia de padres completa. Al contratar un ayudante en los quehaceres del hogar, mi tiempo se hizo más amplio y mi mal humor por tener tiempo disponible más del acostumbrado era constante.

Eso cambió hoy en la mañana cuando me levanté para hacernos desayuno y salir a nuestro primer día de clases.

Decidimos dejar a Carlos (contra su voluntad) para que cuide y salga con las madres de nuestros hijos si así lo desean. Supongo que Mario venció el miedo a manejar la noche que me llevó a mi casa porque estaba borracho, pero igual no es algo que quiero hacerle enfrentar y él parece estar bien con eso.

A medio camino, Mario enciende la radio y busca una emisora hasta conseguir una dónde, casualmente, suena Adventure of a Lifetime de Coldplay. Le da todo el volumen a la canción y me sorprende cuando comienza a tararear la canción.

Con disimulo, desvío la mirada casa cierto tiempo y lo observo incrédulo. Es un hombre totalmente diferente al que conocí hace más de un año: no lleva un traje, se le siente el buen humor, sonríe y hasta canta.

Estoy enamorado como un idiota de este idiota.

—¿Por qué me miras furtivamente y sonríes? —inquiere y me baja de las nubes—. ¿Estás imaginando cosas sucias para el camino?

—No te miro furtivamente. Estoy... aprovechando para echarle un ojo a la calle.

—Sí, claro —responde con ironía.

La siguiente canción en sonar es Paradise de la misma banda y le subo mas volumen. Quiero cantarla, pero más quiero escucharla.

En cierta forma, me identifica la letra de la canción. Todos tenemos grandes expectativas de la vida para el futuro, esperamos algo grande. A veces nuestros miedos, carencias, prejuicios, estigmas, nos hacen hundirnos en un vacío, en algo que no podemos llenar fácilmente con algo.

Sí, habían días o noches en lo que todo era un poco más difícil que en otros y yo solo deseaba estar en otro sitio, ser otra persona, vivir otra vida.

Estar en el paraíso.

Todo fue diferente, a mejor, cuando Kelvin llegó a mi vida porque gracias a él aprendí a valorar mi vida, lo que soy y las cosas que puedo lograr.

Cuando termina la canción volteo a ver a Mario y lo consigo viéndome con su sonrisa tonta de hombre enamorado, la misma que también me enamora cuando se la veo.

—¿Qué me ve, señor Mario? —regreso la vista a la calle.

—Todo, señor Boat. Es increíble que comparta mi vida con una persona tan... Increíble.

—¿Es increíble que yo sea increíble? —me burlo—. Es increíble que el incrédulo y culto señor Mario redunde en una oración.

—No está mal dicho —hace una expresión de superioridad—. Existe lo increíblemente increíble y tú lo eres.

—Usted no merece menos, señor Mario. Una persona tan... increíblemente increíble —suelto una risita al repetirlo— se merece algo igual.

Reduzco la velocidad cuando el semáforo se pone en amarillo e intento cambiar la emisora que solo está pasando publicidad. Justo en el momento que voy a cambiar, comienza a sonar The Scientists. Mario pone su mano sobre la mía que ha bajado a la palanca y entrelaza nuestros dedos. Con nuestras miradas clavadas el uno en el otro, lleva la mano lentamente hasta sus labios y le deposita un tierno beso.

Enséñame a VivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora