Volví a despertar en mi cama. Me pregunté si Jacob me había llevado hasta allí, la última —y única— vez que me había despertado en mi cama después de haberme dormido en el sofá no le había preguntado.
Cuando Alison me dejó en clase me dijo que no podría ir a buscarme, pues acabaría su turno algo más tarde porque iba a cubrir a un compañero. Obviamente le dije que no se preocupara.
—Eh, chica nueva —Oí una voz femenina. Era de una chica de aspecto ricachón, la típica que se preocupa más de ir a la moda que de aprender. Por eso me sorprendía que siempre llevase el mismo brazalete metálico—. Las chicas y yo vamos a hacer una fiesta de pijamas, ¿te unes? —continuó cuando la miré.
Abrí los ojos de par en par. ¿Alguien me estaba invitando a una fiesta de pijamas? ¡Y encima era la chica que imponía respeto en el instituto! Todos la trataban bien, incluso algunos profesores, a pesar de que a veces era irrespetuosa con ellos.
—¿"Las chicas"?
—¡Las de la clase, boba! —rio— Bueno, no todas tienen el privilegio de ser invitadas a mi casa, pero tú me caes bien. Me gusta lo inteligente que te ves cuando respondes algo que ha preguntado el profesor. A lo mejor podrías ayudarme con Biología...
Ah, así que era eso. Intenté no mostrarme decepcionada y, cuando lo logré, pensé que no me importaba. No iba a hacer una amiga si era una interesada, pero no había sido desagradable conmigo, así que no me importaba ayudarla en algo bueno como eran los estudios.
Le dediqué una sonrisa.
—Está bien, iré. Muchas gracias por la invitación.
—¡Fantástico!
—Por cierto, mi nombre es Victoria.
—Vale, Victoria. A las cinco en mi casa, ¿vale? Toma, aquí está la dirección —dijo y me entregó un papelito parecido a una tarjeta de visita.
Volví corriendo a casa, tenía que preparar rápido las cosas para la fiesta de pijamas y no quería llegar tarde. Pero eso no me impidió llamar a Anne y a mis padres para contarles sobre la invitación. Los tres se alegraron y me dijeron que de todos modos tuviese cuidado.
—¡Tu primera fiesta de pijamas! —Me había dicho Anne, entusiasmada.
No era realmente la primera, porque con ella había hecho muchas, pero sabía a qué se refería.
La moto de Peter no estaba y cuando entré en la casa vi que Jacob estaba dormido. ¿Alguna vez dormía en su cama?
Suspiré, se habían puesto todos de acuerdo para no estar y no poder decirles que me iba a una fiesta de pijamas. No quería llamar a Alison y a Peter porque estaban trabajando y tampoco quería despertar a Jacob, el pobre dormía tan poco... y ver su expresión plácida hizo que pensara que despertarlo en aquel momento libre de pesadillas sería un crimen.
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Morganville Chronicles #1 - La debilidad de Elliot
VampireDesde fuera, Morganville es una ciudad como otra cualquiera, pero una vez te adentras en sus calles comienzas a darte cuenta de que algo se esconde tras cada esquina en la noche, tras los cristales tintados de los coches durante el día. Eso es lo qu...