Capítulo 30. Todo tiene solución menos la muerte

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Experimentar una relación de noviazgo era una de las cosas más bonitas que me había tocado vivir

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Experimentar una relación de noviazgo era una de las cosas más bonitas que me había tocado vivir. Poder decir y pensar que Jacob era mi novio me hacía sentir tan bien que había merecido la pena todo lo malo por lo que había pasado al irme a vivir a Morganville. Incluso haber sido mordida o que mi muñeca no volviese a ser la misma nunca más.

En realidad, nuestra vida no había cambiado mucho desde mi declaración, con la excepción de que ninguno de los dos se mostraba inseguro o tan tímido como antes con el otro y también estaba el hecho de que nos besábamos. Jacob incluso me hacía bromas subidas de tono de vez en cuando para hacerme sonrojar, aunque no habíamos hecho nada. A él no le importaba no hacerlo —aunque me había pedido permiso para hacer cosas él solo pensando en mí— y yo aún no me sentía preparada.

Como aún no me sentía preparada para decírselo a mis padres. Seguro que pondrían el grito en el cielo, sobre todo al saber que se trataba de un chico mayor de edad.

Cuando se lo dije a Anne le pedí que no les contara nada y ella, tan comprensiva como siempre, juró que me guardaría el secreto mientras me mostraba su entusiasmo.

También se lo conté a Roxanne, aunque ella seguía de capa caída por el desencanto que había tenido con Mavin, y una tarde de las vacaciones de primavera nos reunimos en Territorio Neutral —donde habían aceptado a Alison como camarera— y me contó su historia.

Su madre se había quedado prendada de su padre y cuando tenía dieciséis años se quedó embarazada de ella —eso explicaba lo joven que aparentaba ser la profesora—, pero él no quiso hacerse cargo y la dejó sola.

Ellas salieron adelante junto a su abuela durante años mientras Alice terminaba de estudiar y no volvieron a saber nada de su padre hasta hacía poco más de seis años.

Era sorprendente pensar que Roxanne y Susan no eran medio hermanas teniendo en cuenta la diferencia de edad y el abandono de su padre.

Y es que la historia se ponía peor. Después de lo que me contó acabé detestando al hombre sin conocerlo. ¡Encima ahora era vampiro y se trataba del protector de su madre y su hermana! Ella se había negado en rotundo a serlo.

Morganville Chronicles #1 - La debilidad de ElliotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora